Pymes, consumidores y sindicatos, contra el libre horario comercial en toda la ciudad

La medida aprobada por la Junta para los meses de abril y mayo se retomará en septiembre y octubre

Imagen de archivo de un comercio.

Imagen de archivo de un comercio. / NATALIA ROMÁN

Rafael Verdú

Rafael Verdú

La opción de alargar los horarios comerciales y abrir en cualquier festivo, decretada por la Junta de Andalucía para determinadas áreas y ciudades y que dejará de estar vigente este miércoles (y se recuperará en septiembre y octubre), no convence a casi nadie. Probablemente solo guste a los grandes distribuidores y centros comerciales, reacios a posicionarse públicamente ante una medida que saben polémica. Los pequeños y medianos comerciantes, las tiendas de barrio, no pueden asumir una jornada laboral indefinida y sin días de descanso, como sí hacen los grandes conglomerados con plantillas de cientos de personas. 

Francisco Martínez, presidente de la asociación de consumidores Facua-Córdoba, lo dice bien claro: «Esto solo favorece a las grandes superficies comerciales y causa un enorme perjuicio a trabajadores y a los pequeños locales». Además, recuerda que para hacer un favor al pequeño y mediano comercio, si esa era la idea, no hacían falta estas alforjas. Los establecimientos de menos de 300 metros cuadrados (como un supermercado de barrio), que son la gran mayoría del comercio de cercanía, ya pueden establecer los horarios y festivos que quieran. 

Tampoco se benefician de los nuevos horarios los consumidores, que según Martínez nunca han demandado la liberalización horaria. Facua confirma que durante mayo las grandes superficies han aprovechado la normativa autonómica para abrir en festivos que antes no estaban autorizados. 

Movimiento Ciudadano

Para el Consejo del Movimiento Ciudadano, la preocupación es otra. Temen, según su presidente Juan Andrés de Gracia, que la manga ancha en los horarios del comercio termine aplicándose también a la hostelería. En teoría, la liberalización de los horarios estaba pensada para beneficiar al turismo y fomentar las compras, lo que De Gracia considera «una falacia». Pocos turistas vienen a Córdoba para irse de compras, y menos todavía a unos grandes centros comerciales que están alejados de los monumentos.

Aquí aparece otro elemento paradójico de la norma aprobada de la Junta. La intención era que cada municipio declarase las denominadas Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT) para aplicar solo en ellas los nuevos horarios del comercio. El problema es que una gran mayoría de municipios (no todos están incluidos en la medida) no han regulado nada, y en consecuencia la Junta ha declarado ZGAT a todo el territorio afectado sin distinción. 

Ese es el caso de Córdoba, donde tienen consideración de zona de gran afluencia turística sitios que jamás reciben visitantes, como Fátima, el Barrio Guadalquivir y todas las parcelas sin excepción, por citar algunos. El término municipal en su completa extensión es una ZGAT, haya turistas o no, incluso las parcelas agrícolas y los polígonos industriales. Y por tanto, se permite que cualquier comercio abra todos los festivos de los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, además de los que ya estaban aprobados con anterioridad y que suelen coincidir con puentes. 

Reacción de los sindicatos

Los sindicatos inciden en este último aspecto, aunque cargan sobre todo contra las largas jornadas laborales y la falta de conciliación en el trabajo en el caso de las grandes superficies. A UGT le parece «una aberración» que se considere a toda Córdoba zona de afluencia turística. En palabras de Juan Martínez, secretario provincial del sindicato, «no me imagino un domingo por la tarde a un turista en Fátima comprando una camiseta de recuerdo. Nos parece una excusa puesta para permitir que las grandes superficies se puedan abrir». La medida permite «que las macroeconomías de las grandes cadenas suban un peldaño más y asfixien al pequeño comercio». 

CC.OO. piensa de manera parecida, pero incide más en el escaso impacto de la medida a la hora de hacer bajar las cifras del paro. «Los datos de empleo son los que son, no se ha creado nada y tenemos noticias de que las mismas plantillas que trabajan de lunes a sábado han cubierto los festivos; a eso el pequeño no puede hacerle frente». El entrecomillado es de María José Merino, responsable del área de Comercio. 

Los empresarios

¿Y cómo lo ven los empresarios más afectados, los del pequeño y mediano comercio? Rafael Bados, presidente de Comercio Córdoba, está de acuerdo con mantener la aplicación de la norma acotada a la zona patrimonial, lo que en la práctica supone dejarla sin efecto dado que allí no hay tiendas de más de 300 metros. Así es como estaba antes de la reforma del año pasado, cumpliendo con las demandas de los comerciantes. La libertad de horario «nos parece la solución menos mala», pero Bados aspira a volver a la situación anterior. Para ello habrá que analizar cómo ha funcionado la normativa actual dentro de un año, y estudiar alternativas en la comisión de comercio del Ayuntamiento, donde están representadas todas las partes (incluso las grandes distribuidoras).

Finalmente, la Cámara de Comercio mantiene una posición equidistante. Su secretaria, Carmen Gago, explica que «lo que es beneficioso para unos es perjudicial para otros», por lo que «hay que buscar el equilibrio entre todos». Y recordó que la competencia de horarios del pequeño comercio es mucho peor por parte de las tiendas online, que abren 24 horas los 365 días. 

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