La gran familia de la enfermedad renal

Alcer Córdoba, Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón, celebra durante este año su 40 aniversario. La entidad, que se constituyó legalmente el 15 de abril de 1983, fue impulsada por la primera persona que recibió un trasplante en el hospital Reina Sofía, Miguel Berni, cordobés que recibió un riñón en 1979. El alto número de trasplantes renales que ha realizado el Reina Sofía desde entonces, más de 2.000; las más de 1.000 personas que viven con un injerto funcionante hoy en día, junto a los casi 500 beneficiarios de diálisis semanal en Córdoba, justifican por sí mismos la necesidad de contar en Córdoba con una asociación como Alcer. 

La entidad ofrece servicios y respaldo en la actualidad a alrededor de 600 socios y sus familiares. El presidente de Alcer Córdoba, José María Reifs, que lleva 12 años en el cargo, señala que la asociación ha incrementado y adaptado sus servicios a las necesidades que sus socios han ido presentando. Alcer cuenta con una sede, en la plaza Santuario de la Fuensanta, local 2, en un local cedido por el Ayuntamiento de Córdoba, que se les ha quedado pequeño para todas las prestaciones que ha ido incorporando. «Queremos pedir al Ayuntamiento de Córdoba si nos podría ceder un inmueble suyo, que son unos almacenes, contiguos a nuestra sede, ya que esto nos permitiría dar más servicios y que no tengan que turnarse nuestros profesionales, que ahora se ven obligados a compartir espacios», expone el presidente de este colectivo.

Reifs resalta que los objetivos con los que nació Alcer Córdoba han cambiado en los últimos 40 años. «En los inicios se trataba, sobre todo, de dar visibilidad a la enfermedad renal y que en todas las provincias estuviera garantizada la atención sanitaria a los afectados, porque hace décadas no era así. Hoy en día, esa necesidad permanece, pero nuestros socios cuentan además con otros servicios, de tipo social, familiar, laboral y de mejora de la salud. 

Prestaciones

Así, esta entidad sin ánimo de lucro proporciona a sus asociados atención psicológica; asistencia social (para que los pacientes conozcan todos los recursos a los que tienen acceso por parte de las administraciones); orientación laboral (con el objetivo de que los pacientes renales o trasplantados no sean excluidos del mercado de trabajo y que se puedan adaptar los empleos a sus características), así como «atención nutricional, que es fundamental para afrontar la enfermedad renal con mayores garantías». Acerca de este último recurso, el presidente de Alcer Córdoba resalta que, hasta hace unos años, sólo se les proporcionaban a los pacientes renales consejos genéricos de nutrición, pero ahora se evalúa a cada persona de forma individual, lo que permite afrontar la diálisis mejor o incluso retrasar el momento de necesitar dializarse.

José María Reifs subraya a su vez la importancia de que los pacientes renales realicen ejercicio físico, adaptado a sus características individuales, e incluso «tenemos un proyecto de fisioterapia para tratar a los pacientes». Por otro lado, el responsable de Alcer en Córdoba recalca otros servicios positivos que impulsa esta asociación, como son los viajes y visitas, que sirven de respiro para los pacientes y sus familiares. 

«Contamos con un servicio que permite a los pacientes recibir diálisis en un hospital o centro que exista en la ciudad de destino a la que se viaje, lo que da posibilidad a estas personas de hacer excursiones de varios días o pasar incluso meses fuera de su lugar habitual de residencia. Además, gracias a un convenio que tenemos con el hospital Reina Sofía, disponemos de un servicio de taxi que, transporta al centro de diálisis a los pacientes que lo requieran y también existe un convenio con un establecimiento hotelero de Córdoba, que gestiona Alcer Jaén, para cubrir las necesidades de alojamiento que puedan necesitar enfermos o trasplantados renales de Jaén, ya que son atendidos también en el Reina Sofía. 

Atención personalizada

En los 40 años de vida de Alcer Córdoba ha mejorado mucho la atención que la sanidad pública presta a enfermos y trasplantados renales. El presidente de esta asociación señala que la diálisis se adapta ahora a las características de cada paciente y ya no es la misma para todos, además de que cada vez se está fomentando más la diálisis domiciliaria, que se efectúa el paciente en su propia casa. Además, un creciente número de enfermos de más edad pueden acceder a diálisis o incluso a un trasplante, injertos cuya supervivencia media también es mucho mayor que hace unas décadas. 

La investigación sobre la enfermedad renal, teniendo en cuenta que la mayor esperanza de vida está provocando que cada vez más personas sufran esta patología, es muy necesaria. Alcer Córdoba colabora en varios estudios de investigación, impulsados por el Imibic, hospital Reina Sofía y Universidad de Córdoba (mediante la Cátedra de Emprendimiento e Innovación en Nefrología, cuyo responsable es el exjefe de Nefrología del Reina Sofía Pedro Aljama). «Pronto se va a poner en marcha una investigación sobre el cuidado nutricional del paciente renal, impulsada por el jefe de sección de diálisis del Reina Sofía, Alejandro Martín Malo, y la vicerrectora de Innovación y Transferencia de la UCO, Lourdes Arce, avanza José María Reifs.

Relación con el hospital Reina Sofía

«Existe una estrecha relación entre Alcer y el Reina Sofía. El hospital cuenta con consultas de prediálisis, de enfermedad renal crónica o de trasplante y también disponemos de centros de diálisis, con todos los recursos que el enfermo renal puede requerir en cualquier fase de su patología. Colaboramos con el Reina Sofía en la Semana del Donante, con mesas informativas por el Día del Riñón, entre otras actividades para concienciar sobre la existencia de la enfermedad renal y la necesidad de donar órganos para continuar con la labor trasplantadora», detalla Reifs. Sin embargo, «si hubiera que poner un pero, dentro de la buena atención que recibimos de la sanidad pública, son varias mejoras que requieren los centros concertados de diálisis», sostiene. Por otro lado, Alcer necesita contar con más ayudas económicas públicas y privadas, que sean acordes a la alta cifra de pacientes que atendemos, para que el reparto de ayudas se efectúe en función de objetivos cumplidos y servicios que se prestan», defiende el presidente de Alcer. 

Historias de superación

José María Reifs recibió un primer trasplante, que le duró 12 años, luego pasó 10 años en diálisis y lleva con un segundo injerto ocho años. Una trayectoria la suya que han afrontado también otros muchos pacientes renales. Para él, «Alcer Córdoba es una asociación importantísima porque ayuda a personas que han pasado por lo mismo. Existen unos lazos muy estrechos entre los profesionales del hospital y los pacientes. La gran familia renal cordobesa la forman personas luchadoras, pacientes crónicos, cuya vida está condicionada por una dolencia renal, que es como una montaña rusa, ya que a veces falla el trasplante o empeora la patología y hay que tratar de reponerse. Entre los pacientes renales se conocen auténticas historias de superación. Éstos tienen la suerte de contar con excelentes profesionales sanitarios, con los avances de la medicina y con la generosidad de donantes vivos y fallecidos. Parte de esta familia eran algunos miembros de la directiva y socios que han ido muriendo o dejando paso a savia nueva. Ellos querrían que sigamos creciendo y es lo que vamos a hacer», añade el presidente de Alcer.

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