PRELUDIO DEL MAYO FESTIVO

La primera Cata del Vino en la plaza de toros acaba con Puerta Grande y un 20% más de ingresos

El aforo más reducido del Coso de los Califas ha disminuido el número de visitas, pero no las ventas | Se estima que han podido acudir a la cita entre 25.000 y 30.000 personas entre mañana y noche

Afluencia de público en la sesión de clausura de la 38 Cata del Vino Montilla-Moriles.

Afluencia de público en la sesión de clausura de la 38 Cata del Vino Montilla-Moriles. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

La apuesta por la plaza de toros ha salido bien. Aunque la reducción en el Coso de los Califas del aforo  máximo a 2.500 personas podía ser un hándicap, el resultado ha sido el contrario. La edición 38 de la Cata del Vino Montilla-Moriles en Córdoba, la que hubiera sido la número 40 sin los dos años de interrupción de la pandemia, se cerró este domingo con «entre un 20% y un 25% más de facturación», según el Consejo Regulador de la Denominación de Origen y la satisfacción general de los participantes. A veces, menos es más.

En palabras del presidente del Consejo Regulador Montilla-Moriles, Javier Martín, la Cata “ha cumplido con el objetivo que nos habíamos planteado en los últimos años: incentivar el evento como un acto de promoción, que permite visualizar nuestros vinos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras". Según Martín, esta edición ha vuelto a enlazar las señas de identidad, que forman parte de nuestro ADN: la cultura, con el homenaje a Ginés Liébana y el recuerdo a Picasso; los toros y los productos de Montilla-Moriles. Ahora bien, sin olvidar que es, ante todo, un lugar de encuentro donde todos nos reunimos en presencia del vino. Y es que, cordobeses y foráneos, nos convertimos en sus mejores embajadores y prescriptores. Y, para finalizar, el ruego de siempre, que cuando la Cata cierre sus puertas no debe acabar el interés por los vinos de Montilla-Moriles".

El gerente del Consejo, Enrique Garrido, explicó que «aunque ha entrado menos gente que en la explanada de la Diputación porque el aforo es más pequeño, los que han venido lo han hecho con muchas ganas de pasarlo bien y han consumido más». A eso se suma el aumento del percio de las entradas (de 10 a 12 euros), que ha sumado un extra respecto a la última edición. «El resultado final se debe a que el ticket medio de gasto por visitante ha sido mucho más elevado que el año pasado». Garrido ha recordado que el 2022 fue el primer año postpandemia, lo que obligó a tener las máximas precauciones. «Tuvimos mucho cuidado con el control de aforo, aunque el recinto era más grande que este y actuamos con el freno echado de forma preventiva para evitar que hubiera aglomeraciones», recuerda, «no sabíamos cómo iba a responder la gente en este nuevo espacio y el resultado ha sido muy bueno». Se estima que este año han pasado por la cata entre 25.000 y 30.000 personas entre la mañana y la tarde.

Público asistente a la Cata del Vino de Montilla-Moriles.

Público asistente a la Cata del Vino de Montilla-Moriles. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Después de esta buena experiencia, la idea de cara al año próximo es que «si la Diputación nos lo permite y podemos volver a la explanada sería la primera opción y si no es posible, este recinto con algunos cambios nos permitiría darle otro uso y cumpliría perfectamente con nuestras exigencias», ha comentado Garrido, que no ha querido adelantar en qué consistirían esas modificaciones a realizar «porque habría que estudiar posibles mejores detenidamente en caso de que se hiciera de nuevo».

Un producto que "nos diferencia de otras provincias"

Por su parte, el Presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, ha trasladado su felicitación, según informa el Consejo Regulador, “por la magnífica organización de este evento que es de gran envergadura y sin lugar a duda la cita enogastronomica más importante a nivel andaluz. Este tipo de eventos es hacia donde todos tenemos que mirar ya que redunda en promocionar los productos y la gastronomía de Córdoba favoreciendo un turismo de excelencia que nos diferencia del resto de provincias y nos hace únicos. Para Hostecor es una satisfacción el poder colaborar y contribuir a que cada día sea más importante este encuentro profesional y público".

40 años y 38 ediciones

La primera cata se celebró en 1983 en el Bulevar Gran Capitán, aprovechando los stand de la feria del libro, que eran propiedad del Ayuntamiento de Córdoba. Ese año, cuando salieron los libros, entraron los vinos de la DO Montilla-Moriles, cuyo consejo regulador estaba presidido en ese momento por Manuel López Alejandre, que estaría al frente durante 25 años. Ese año, los vinos fueron catados en catavinos. Del Bulevar Gran Capitán, la Cata se mudaría después a la explanada de la Diputación, donde se ha celebrado hasta esta edición, en la que las catas arqueológicas que se están llevando a cabo han obligado al traslado a la plaza de toros, un traslado inicialmente y salvo cambio de estrategia, temporal. Desde hace diez años y tras la jubilación de López Alejandre, el presidente del Consejo Regulador es el jurista Javier Martín.

El año que viene, la idea es volver a la Diputación y si no es posible, volver a la plaza con mejoras", según Garrido

Una de las zonas que ha estado infrautilizada durante la Cata, a excepción del sábado, en el que se llenó de público, ha sido el corredor que se sitúa justo a la entrada a la derecha. Con sombra garantizada, aunque estaba abierto y con mesas desplegadas y el tiempo ha regalado en esta cata buenas dosis de sol, pocos se han animado a usar esta zona. «No sabíamos que esa parte se podía utilizar para la cata», han comentado algunas de las familias consultadas, que en general se han concentrado en el ruedo. 

El domingo de despedida, la plaza de toros registró otra sesión de día soleada y animada, con largas colas a la entrada, que permitió a las bodegas Montilla-Moriles clausurar la fiesta con una salida por la Puerta Grande, como dicta el argot taurino para las celebraciones exitosas. Ya queda menos para la próxima edición.

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