DO MONTILLA-MORILES

La Cata del Vino se libra de la lluvia y luce a rebosar

Los asistentes destacan la mejora de la organización y debaten, con disparidad de opiniones, el cambio de escenario | Jornada de colas y multitud en uno de los días más fuertes del evento durante el día

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

La lluvia que se ha dejado ver a primera hora de la mañana en Córdoba de manera testimonial ha dejado paso al sol y a unas temperaturas agradables por lo que muchos cordobeses se han decidido a acudir a la Cata del Vino Montilla-Moriles que luce a rebosar en la jornada de este sábado. Grupos de amigos, familias, parejas y alguna que otra despedida de soltera se han dejado ver en el Coso de Los Califas con copa en mano, dispuestos a degustar los selectos vinos de la provincia.

Unas 2.000 personas habían entrado en torno a las 15.00 horas, a la espera de que las 500 restantes lo fuesen haciendo en lo que queda de tarde, para completar el aforo, según han señalado a este periódico desde la organización. "Hemos empezado con un vino joven y, luego, hemos optado por un fino eléctrico de Toro Albalá", dice Yolanda Ballesteros, quien visita por primera vez este año el evento con su grupo de amigas.

cata 3

cata 3 / CHENCHO MARTÍNEZ

Tanto ellas como otros grupos de mediana edad que suelen frecuentar la Cata cada año coinciden en señalar que les gusta más "el ambiente durante el día". Varios asistentes lamentan que por la noche la cita "se ha vuelto más bien un botellón" o "una fiesta". Otros, como Eli, Guillermo y Melania dicen que el año que viene intentarán conseguir entradas para la noche, pues, coinciden, "el ambiente es más joven".

Luego están los cordobeses como Pablo del Moral, que se han sacado un "completo" para no perderse detalle y acudió a la cata viernes noche, sábado a medio día y repetirá en sesión de noche, acompañado de amigos. Este joven es ya un veterano de esta tradicional cita y explica que ha venido de Zaragoza (donde vive actualmente) expresamente para la cata.

1.700 flamenquines

También se han dejado ver por la plaza de toros este sábado varios grupos de despedidas de soltera como el de Lidia Navarro y sus amigas quienes la han traído desde Céspedes para decir adiós a su etapa de soltera y prepararse el cuerpo para su gran día. Su plan: "Beber mucho vino hasta que el cuerpo aguante", aunque también han intercalado algún que otro refresco para evitar contratiempos.

Además de la bebida, los barriles estaban llenos de comida de los restaurantes que también tienen su sitio en el evento. Flamenquines y croquetas de rabo de toro se han llevado la palma, según cuenta Rafael Plazuelo, propietario del Restaurante Río Grande, donde no han dado a basto, llegando a vender, desde que empezó el evento, unos 1.700 flamenquines.

Un entorno diferente

El entorno de la Plaza de Toros y el cambio de ubicación sigue despertando comentarios entre los asistentes. La comparativa de ambos escenarios está siendo uno de los temas de conversación en las reuniones, aunque hay diversidad de opiniones. A Benancio Cobos o Patricia Herrera, por ejemplo, le gusta más la Diputación, por el espacio y la ventilación, algo en el que coinciden varios asistentes que también señalan que hay menos sombra y hace más calor, por la falta de ventilación. Otros tantos, como Candela Ruiz, prefieren el actual escenario por el entorno "más mimetizado y acorde con la temática".

Mucho público en La Cata, este sábado.

Mucho público en La Cata, este sábado. / CHENCHO MARTÍNEZ

Mejora en la organización

Otro detalle en el que han coincidido la totalidad de los asistentes es la mejora de la organización con respecto a otros años. Señalan que las colas son más ágiles y eficientes a pesar de la multitud, lo que ha propiciado, "mejor ambiente". A pesar de ello, personas como Yolanda se han quejado de que "la música está muy baja". Pablo, sin embargo, señalaba, en este sentido, que "de día se puede conversar mejor".

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