Radiografía de la mujer

El techo de cristal no se rompe en Córdoba ni en los sectores más feminizados

Ellas son mayoría, pero ellos ocupan los cargos de dirección en Sanidad y Educación | Los sindicatos advierten de que las cargas familiares siguen frenando la promoción femenina

Manifestación por los derechos de las mujeres en Córdoba, en una imagen reciente.

Manifestación por los derechos de las mujeres en Córdoba, en una imagen reciente. / MANUEL MURILLO

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Que un sector esté feminizado no es sinónimo de que no exista techo de cristal. La presencia mayoritaria de mujeres en determinados ámbitos profesionales de Córdoba sigue sin ser garantía de que las mujeres consigan promocionar lo suficiente como para ocupar cargos directivos en la misma proporción que los hombres. La presencia de una o varias mujeres como cabezas visibles de una empresa o institución lleva en ocasiones a pensar que el avance es mayor aunque, según las responsables de igualdad de distintos sindicatos, siguen siendo una excepción los grupos directivos paritarios en muchos ámbitos de la Educación, la Sanidad o la ayuda a domicilio y más aún aquellos en los que la mayoría se equilibra a favor de las mujeres. 

Sanidad | Un 72% del personal sanitario son mujeres

La sanidad pública cordobesa está en manos de las mujeres. Casi 8.000 féminas están en plantilla en los centros hospitalarios y centros de salud de la provincia, lo que supone un 72% de los contratados. Basta entrar a un hospital para ver cómo las mujeres son quienes desempeñan la mayoría de las tareas de enfermería, auxiliares, cocina y otras categorías, incluida la de la medicina, donde en los últimos años, según la responsable de Igualdad de CSIF, Eva Vázquez, que, además, es médico de profesión, el relevo generacional que suponen los residentes está llegando a través de ellas, ya que también son mayoría en las facultades de Medicina. Sin embargo, «los puestos de más responsabilidad siguen estando ocupados más por hombres». En su opinión, «hay una evolución positiva, aunque hemos detectado que la pandemia provocó un freno en esa progresión, ralentizando la promoción de las mujeres en muchas categorías». Ana Acaíña, técnico especialista en Medicina Nuclear y responsable de Igualdad de CCOO, coincide en el diagnóstico. Prueba de ello es que aún no exista un plan de igualdad en el SAS a partir del cual desarrollar medidas correctoras.

Eva Vázquez, médico y responsable de Igualdad en CSIF.

Eva Vázquez, médico y responsable de Igualdad en CSIF. / CÓRDOBA

«El hospital Reina Sofía no tiene un plan de igualdad, intentaron hacer uno provincial y nos negamos porque queremos uno a nivel regional con las mismas condiciones para toda Andalucía», explica, «nos presentaron una propuesta sin datos económicos ni de la distribución de personal por categorías y género». Aunque hay una directora gerente mujer, «en los cargos intermedios la mayoría son hombres y eso se traduce en una brecha salarial importante», destaca Acaíña. Según Eva Vázquez, «calculamos que con la evolución actual, la igualdad retributiva tardará cincuenta años en llegar en ámbitos de la función pública como este». Los dos sindicatos coinciden en que la causa es que «el rol de cuidadora sigue recayendo en la mujer, lo que lleva a que sean ellas quienes piden más excedencias y permisos para poder conciliar, frenando así sus posibilidades de ascenso». 

Educación | Evolución a distintas velocidades

La enseñanza es otro de los ámbitos laborales más feminizados. Con 7.530 mujeres trabajando en el sector, el 68% de la plantilla, según datos de CSIF, el techo de cristal sigue siendo una realidad cuando se mira hacia los puestos de poder. La evolución, sin embargo, varía según las etapas siendo mucho mayor el avance en etapas como Infantil y Primaria, donde las mujeres representan el 80% del personal docente y son ellas también las que cada vez más son mayoría en los equipos directivos. En otras etapas educativas, la desigualdad es más acusada. La Educación no se libra de la precariedad laboral que soportan muchas mujeres que ocupan puestos marcados por la temporalidad como el personal técnico de integración o los maestros de adaptación lingüística, que en el cómputo global desequilibran la balanza en contra de las mujeres y ahondan la brecha salarial.

Ana Acaíña, técnico en Medicina Nuclear y responsable de Igualdad de CCOO.

Ana Acaíña, técnico en Medicina Nuclear y responsable de Igualdad de CCOO. / Manuel Murillo

En la Universidad de Córdoba, hace tiempo que las mujeres, salvo en carreras técnicas como las ingenierías, son mayoría aplastante. Otra cosa es el número de mujeres catedráticas o con puestos de responsabilidad en los centros y departamentos. Solo entre el personal docente e investigador, la brecha salarial entre hombres y mujeres supera el 25%, siendo especialmente acusado entre los 29 y los 40 años, esa franja asociada a la fertilidad en la que muchas se ven obligadas a elegir entre la carrera profesional y la familia. Según Ana Acaíña, «a las mujeres les cuesta más aceptar la movilidad profesional por este motivo, lo que limita en gran medida las posibilidades de promoción». 

Ayuda a domicilio | Ellas son más, pero no siempre están arriba

Otro de los sectores más feminizados es el del cuidado profesional de personas dependientes que desarrollan las trabajadoras de ayuda a domicilio. Según Rosario López, trabajadora y responsable de Igualdad de CTA, «casi un 80% de los empleados son mujeres aunque vemos que cada vez más se están incorporando hombres, ya que hay usuarios con discapacidad jóvenes que prefieren ser atendidos por un hombre». Entre los coordinadores y ayudantes de coordinación, el número de mujeres es mayor, según López, «porque una de las carreras que se exige para el puesto es la de trabajadora social y ahí son mayoría las mujeres». Cuando se refiere a puestos directivos de las empresas, la cosa cambia y la presencia masculina predomina.

Rosario López, delegada de CTA en Ayuda a Domicilio.

Rosario López, delegada de CTA en Ayuda a Domicilio. / MANUEL MURILLO

El perfil de las trabajadoras de ayuda a domicilio es muy diverso, pero si hace años era un destino habitual de las mujeres separadas sin formación, «cada vez hay más inmigrantes que han estado como internas en casas, una forma de esclavitud del siglo XXI, con experiencia en el cuidado de mayores, que se están incorporando tras acreditarse». En los últimos años, según CTA, ha habido avances para reducir la temporalidad de los contratos, «pero todavía hay gente con contratos de 25 horas y menos que seguimos denunciando». 

Limpieza | El techo de cristal pesa menos que el sueldo

La brecha salarial que se refleja en las medias anuales, esas que marcan la diferencia entre lo que cobran mujeres y hombres en Córdoba, se nutre principalmente de los sectores con ingresos más bajos, ocupados en gran medida por mujeres. La limpieza es otro de los sectores más feminizados y el patrón se repite. Según Ana Acaíña, de CCOO, además de la parcialidad, los contratos fijos discontinuos o los horarios partidos, también suelen ser hombres los que están en puestos de coordinación y los que dirigen estas empresas. Sin embargo, es el salario lo que más pesa a las trabajadoras del sector.

Silvia Sepúlveda, limpiadora y delegada de CCOO.

Silvia Sepúlveda, limpiadora y delegada de CCOO. / MANUEL MURILLO

Según Silvia Sepúlveda, limpiadora de un instituto, sus ingresos están por debajo del salario mínimo interprofesional. «Con 17 años de antigüedad, jornada completa y 2 quinquenios, cobro 801 euros», explica, «no me quejo de las condiciones laborales, pero sí del sueldo». Las diferencias entre limpiadoras son llamativas. «Hay institutos con personal propio que cobran 500 euros más que las que trabajamos para las empresas subcontratadas en los centros que han externalizado el servicio», comenta. La edad media de las limpiadoras de Córdoba está entre los 40 y los 50 años y en el caso de las limpiadoras de los centros educativos, tienen contrato fijo discontinuo. «En julio y agosto, como no hay clase, no trabajamos y vamos todas al paro hasta septiembre».

Abogacía | Ellos son más, pero las jóvenes pisan fuerte

Según datos del Colegio de Abogados de Córdoba, en la provincia hay 2.347 letrados colegiados de los cuales 1.812 son ejercientes, es decir, aquellos que actúan en los juzgados. De los que están en activo, un 60% son hombres. Esta es la realidad global aunque entre los jóvenes la cosa está cambiando. En la abogacía joven (nacidos después de 1983), la mayoría ya son mujeres, 230 de un total de 441, también entre los ejercientes, donde el 53% del total son féminas. Según Concepción Ortega, letrada con treinta años de experiencia y responsable de la delegación de Igualdad del Colegio de Abogados cordobés, «la incorporación de la mujer ha sido muy lenta, pero en los últimos años se nota el empuje de la gente que sale de la Facultad de Derecho, donde ellas son más que ellos».

El techo de cristal no se rompe en Córdoba ni en los sectores más feminizados.

El techo de cristal no se rompe en Córdoba ni en los sectores más feminizados. / A.J. González

La mayoría de los letrados son autónomos, si bien el techo de cristal sigue existiendo en los grandes despachos, donde los equipos directivos, afirma, están copados por hombres. «A la hora de contratar, se buscan los mejores perfiles, pero a ciertas edades siguen pesando las cargas familiares más a las mujeres», afirma. De ahí que estén proliferando despachos de abogadas jóvenes que se juntan para buscar la conciliación estableciendo, por ejemplo, horarios que sean compatibles con la atención a los hijos. «Hay que intentar acostumbrar a los clientes a que haya horarios razonables porque está claro que un horario continuo ayuda a la conciliación familiar».

Concepción Ortega, responsable de Igualdad en el Colegio de Abogados.

Concepción Ortega, responsable de Igualdad en el Colegio de Abogados. / CÓRDOBA

Los sesgos machistas se siguen dando en la profesión no solo a la hora de que los despachos contraten a un hombre o una mujer sino en la elección de abogado o abogada por parte de los usuarios. «Hay temas como derecho de familia o violencia de género para los que muchas personas buscan a una abogada mujer y hay otras áreas en las que, según qué perfiles, buscan que sea un hombre el que les atienda o que sean más reacios a que su caso lo lleve una mujer joven que un hombre joven», afirma Ortega, que considera que «la trayectoria pesa mucho», aunque todavía se nota ese rastro del machismo en detalles como que en un despacho donde hay un hombre y una mujer, «a él le llamen don y a ella le digan niña». 

Agricultura y paradas | Las expulsadas del mercado laboral

La agricultura es uno de los ámbitos laborales de los que la mujer ha sido excluida. Según CCOO, «el avance de la mecanización las ha desplazado de muchos trabajos». Prueba de ello, señalan, es que las guarderías para temporeras han desaparecido, lo que ha relegado a muchas féminas sin posibilidad de trabajar en otros sectores al cuidado familiar y a la casa. La temporalidad de los contratos en el sector primario es más acusado en las mujeres, donde la brecha salarial se eleva por encima del 44% en la provincia. Además, «los hombres siguen siendo los titulares de las explotaciones y son ellos quienes reciben las ayudas aunque la propiedad sea compartida con una mujer». Las mujeres excluidas forman parte de una bolsa de desempleo que no hay forma de reducir. «Llevamos años sin bajar del 59% en las cifras de paro femenino, llegando a veces a superar el 60%», explican desde el sindicato, «si se observan los datos por edades, las menores de 25 se incorporan al mercado laboral antes que los hombres». A partir de esa edad, los números se dan la vuelta y no es casual, ya que es en ese momento cuando muchas mujeres, con y sin estudios, inician su proyecto de vida y posibles cargas familiares. Sin puesto de trabajo, tampoco hay techo de cristal que romper. 

[object Object]

La brecha salarial entre hombres y mujeres no se ciñe al periodo activo. Las excedencias por cuidado familiar, la temporalidad de los contratos, las dificultades para acceder al mercado laboral, las largas temporadas en el paro y las retribuciones más bajas tienen reflejo directo a largo plazo en las pensiones de las mujeres. Según datos de UGT, las mujeres son el 65% de las beneficiarias de la pensión de jubilación no contributiva, que son las de menor cuantía, con una media de 370 euros mensuales. En Córdoba, el 46% de los pensionistas viven por debajo del umbral de la pobreza, pero si se analizan las pensiones según el sexo de la persona que las recibe, los porcentajes de pensiones de mujeres cuyo importe está por debajo del umbral de pobreza duplican a las percibidas por los varones. Contra esas desigualdades, continúan las movilizaciones de los pensionistas, que este lunes vuelven a concentrarse ante el Ayuntamiento contra la brecha salarial. 

Suscríbete para seguir leyendo