Kiosco Diario Córdoba

Diario Córdoba

REPORTAJE

Las sombras de la subida del SMI

El campo, la limpieza o la ayuda a domicilio son los sectores que más deberían verse beneficiados por el incremento | El problema llega cuando el cálculo no se hace sobre el salario base, sino que se suman los pluses

Trabajadora del hogar: Se trata de uno de los sectores con el salario base más bajo. M. MURILLO / O. BARRIONUEVO

El Gobierno ha acordado esta semana con los sindicatos (y con la ausencia de los empresarios) una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 8% durante 2023 hasta alcanzar los 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas. El suelo salarial pasa así de 1.000 a 1.080 euros y, según indicó el propio Ejecutivo, se verán beneficiados alrededor de dos millones y medio de trabajadores en España, los que menos cobran. En Córdoba, según los cálculos aportados por IU, la subida del SMI beneficiará a 90.000 personas.

Pero, ¿es oro todo lo que reluce? Está claro que subir el SMI es una medida positiva, al menos, a ojos de la mayoría. Lo es más aún en un periodo de fuerte inflación, con los precios incrementándose el año pasado por encima del 8% debido al valor de los alimentos y de la energía. Las pensiones también han subido un 8,5% y el sueldo de los trabajadores públicos, un 2,5%. Hay que tener en cuenta, además, que es año electoral y que el Gobierno de Pedro Sánchez prometió elevar el SMI hasta alcanzar el 60% del salario medio en España.

Pese a las subidas encadenadas de los últimos años, hay quienes no notan esos incrementos en su nómina. Es el caso de Lola Mármol, limpiadora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba (UCO) y que pertenece a la empresa Eulen. El salario base de este colectivo es de 771,70 euros, por lo que si solo se tiene en cuenta este sueldo, habría que aplicarles, obviamente, la subida. Sin embargo, el problema viene con la base sobre la que se calcula el incremento. Según explica Lola, que pertenece al sindicato CCOO, hubo una sentencia de un juez en Córdoba que estimó que en el cómputo debían entrar los pluses de antigüedad y de transporte. El asunto se elevó y otro magistrado determinó que el plus del transporte se quedaba fuera, pero que se mantenía la antigüedad.

Lola Mármol: Trabajadora de la limpieza en la Facultad de Derecho.

La antigüedad

Esta limpiadora recuerda que la antigüedad es, precisamente, lo que a este colectivo le permite subir un poco el sueldo base que tienen. Pero lo que a primera vista parece algo bueno, acaba teniendo una doble lectura. Las trabajadoras con más antigüedad superan por sí mismas el SMI cuando se les suman esos incentivos, lo que implica que, a pesar de tener sueldos muy contenidos, no se les aplica el incremento. «Yo siempre he dicho que esta sentencia para nosotras es una condena», lamenta Lola Mármol, que añade que «todo el mundo aspira a tener antigüedad para mejorar su salario y resulta que nosotras cobramos menos con más antigüedad». Y es que se da la circunstancia de que ahora puede entrar alguien nuevo a la empresa y, al no contar con plus de antigüedad, se le va a aplicar la subida del SMI y va a cobrar lo mismo o incluso algo más que las trabajadoras más veteranas.

«Siento que es una condena y una humillación para quien trabaje en limpieza y tenga antigüedad, que era a lo que hemos aspirado siempre», añade Lola, que además no entiende por qué no se ha recurrido al Tribunal Supremo, que en otros casos sí ha abogado por dejar fuera el plus de antigüedad para revalorizar acorde al SMI. «Nos han condenado a seguir cobrando una miseria para el trabajo que tenemos», apunta, y recuerda que hay compañeras que están aún peor, «haciendo comunidades, todo el día en la calle».

Sectores más afectados

La subida del salario mínimo interprofesional beneficia a los sectores con los salarios más bajos. En este caso, esos sectores son los de la limpieza, el campo, la ayuda a domicilio y las trabajadoras del hogar, es decir, los más feminizados. Antonia, que trabaja limpiando en una casa para una familia y haciendo la comida, sí verá incrementado ese salario medio.

El problema es que solo trabaja media jornada, 20 horas semanales concretamente, por lo que verá incrementado su sueldo en 40 euros. «Mis jefes respetan toda la norma y me tienen dada de alta», comenta esta trabajadora del hogar, pero reconoce que es un trabajo «muy sacrificado» para el sueldo que se percibe. «Aquí, al final, el problema viene del convenio, que es uno de los más bajos de todos los sectores. Subir el SMI supone una ayuda que a nadie le viene mal, claro está, pero sigue siendo un salario muy bajo para todo lo que hacemos», lamenta.

En el caso del sector agrícola, de los trabajadores del campo los sindicatos han señalado en más de una ocasión que el problema está, básicamente, en los incumplimientos. Quienes trabajan recogiendo ajo, cebolla o fruta se quejan de las pocas inspecciones que hay en el campo y que a veces son fáciles de sortear dado que no es necesario contratar con anterioridad. Se dan circunstancias en las que se contrata en el mismo día porque hace falta gente para alguna campaña y si ese día no pasa la inspección, los contratantes se ahorran cotizaciones a la Seguridad Social.

En el caso de la ayuda a domicilio es complicado encontrar a alguna trabajadora que quiera dar la cara, algo entendible porque tienen miedo a represalias, directamente, a ser despedidas. Aquí las trabajadoras fijas sí cobran por encima del SMI, pero muchísimas de ellas tienen contratos temporales y a media jornada que no dan para alcanzar un sueldo que pueda calificarse siquiera de digno.

Compartir el artículo

stats