"Si crecen sin control las cepas resistentes a los antibióticos tendremos que afrontar serios problemas"

El doctor Félix Gascón Luna, director de la Unidad de Análisis Clínicos del Área Sanitaria Norte de Córdoba, ha sido nombrado coordinador del Grupo de Trabajo de Análisis Clínico y Bioquímica, creado por el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), en el marco del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Este especialista fue el impulsor en la sanidad pública andaluza hace casi dos décadas del Módulo de Petición Analítica (MPA), que se encarga de integrar todos los resultados de laboratorio en la historia electrónica de los pacientes mediante el sistema Diraya. Gracias a esta innovación, un médico puede pedir una analítica en Córdoba, hacérsela en Almería y ser consultados los resultados en cualquier punto sanitario de Andalucía y en Clic Salud. El catálogo de codificación de pruebas analíticas de la sanidad pública andaluza incluye actualmente cerca de 30.000 pruebas y va a servir de modelo para el Servicio Aragonés de Salud.

¿Por qué es tan importante frenar la residencia de los antibióticos? 

En 2011 la Unión Europea puso sobre la mesa el problema creciente de la resistencia a los antimicrobianos (medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones, entre los que se incluyen los antibióticos). El problema de estos fármacos es que cuando se sobreutilizan, no se usan bien ,o incluso empleándolos de forma correcta, existe un riesgo de que los gérmenes creen resistencia. En España fallecen cada año unas 4.000 personas por resistencia a los antimicrobianos. En 2014 el Consejo interterritorial del Ministerio de Sanidad, junto con grupos del Ministerio de Agricultura, impulsaron el PRAN (Plan Nacional de Resistencia a los antibióticos) y también se cuenta con los PROA (Programas de Optimización para el Uso de Antimicrobianos). Son equipos multidisciplinares, apoyados en herramientas informáticas, para cruzar información sobre el uso de antibióticos y que persiguen mejorar los resultados clínicos de los pacientes con procesos infecciosos; reducir los efectos adversos asociados a los antibióticos, entre ellos la generación de resistencia, y efectuar una evaluación para garantizar que los tratamientos son costo-efectivos.

¿En qué nivel está España en el uso de antibióticos?

A través del PRAN y los PROA se ha detectado que existe bastante variabilidad en la aplicación de estas recomendaciones en España. El objetivo es compartir a su vez la información con otros países. Se ha hecho una revisión de 114 países para ver cómo estaban en iniciativas PROA de optimización del uso de antimicrobianos, ya que con el movimiento de la población, si hay países donde se trabaja menos un buen uso de los antibióticos, en estos territorios se pueden estar generando cepas multirresistentes que antes o después pueden llegar a otras naciones, incluida España. En estas recomendaciones nos tenemos que poner de acuerdo España, la Unión Europea y organismos supranacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

¿Cuál va ser su misión dentro del grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad?

Este grupo de trabajo se creó el 12 de enero y tenemos retos importantes. Mi trabajo, por mi trayectoria profesional, se centrará en establecer estándares y flujos de información de estudios de laboratorio. A final de año debemos contar con una aplicación informática funcional, ya que es un proyecto financiado con fondos europeos Next Generation. Pretende desarrollar una solución tecnológica fácil de instalar en todos los centros sanitarios, que tenga bajo coste y que sea interoperable, para que la información pueda ser compartida. La herramienta deberá permitir que cuando los clínicos la consulten se generen alertas si se está usando un antimicrobiano con una pauta no aconsejada. Se trata de contar con mapas de resistencia por cada antimicrobiano, mapas que son de mucha utilidad. Es un instrumento de ayuda al prescriptor, que se basa en la integración de la información aportada por los laboratorios de Microbiología, laboratorios clínicos en general y departamentos de Farmacia para ver qué antibiótico se indica a los pacientes. Además, hay que integrar otros datos de la historia clínica, como el estudio de función renal o hepática, porque muchos de estos fármacos están condicionados al estado general del paciente. 

¿Qué importancia tienen los antibióticos en la atención médica?

Muchas veces, cuando se habla de la medicina, se dice que se divide en dos partes, antes y después de la existencia de los antimicrobianos. Su aparición ha permitido que la mortalidad que había por enfermedades infecciosas cayese en picado, sobre todo en países con un sistema sanitario adecuado. La utilidad de los antimicrobianos se puede ver a gran escala, por ejemplo, en cirugías de relevancia, como los trasplantes, para evitar la aparición de infecciones.

«A nivel mundial están faltando medicamentos por el déficit de materias primas»

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¿A qué se debe el alza de la resistencia a los antibióticos?

Los gérmenes tienen tendencia, ecológicamente hablando, a crear resistencia, aunque se usen bien, pero si se usan mal peor todavía. Son seres vivos y, si se les ataca con un antimicrobiano, van generando mutaciones. En un momento determinado una de esas mutaciones puede llevar aparejada la resistencia a ese antimicrobiano. Si no se hacen las cosas bien hay más probabilidades de que ese germen escape al tratamiento, se reproduzca y surja una cepa resistente a la medicación. Por ejemplo, si una persona se toma un resto de antibiótico que le recetaron una vez o no se toma la dosis adecuada del antibiótico ni todos los días que le haya dicho su médico porque ya se siente mejor esto favorece que aparezcan cepas resistentes. El grupo IRAS, que vigila las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria, intenta controlar lo más posible la aparición de la resistencia. Si crecen sin control las cepas resistentes a los antibióticos tendremos que afrontar serios problemas, de ahí que se esté trabajando en evitarlo. El desarrollo de nuevos antimicrobianos cada vez es más lento, a diferencia del siglo pasado. 

¿Por qué están escaseando algunos antibióticos, entre ellos una amoxicilina infantil? ¿Supone un problema para los pacientes? 

A nivel mundial están faltando medicamentos por el déficit de materias primas y la tensión internacional existente en los mercados. Sin embargo, suelen ser déficits puntuales de suministro, que se están pudiendo resolver con otras alternativas de tratamiento. 

¿Qué cifras máximas debería haber de consumo de antibióticos?

No puedo concretar una cifra, pero lo importante es que podamos contar pronto con una herramienta que aporte una información veraz de cómo se están usando todos los antibióticos para poder distinguir entre su empleo correcto e incorrecto. 

¿Está también la sanidad privada concienciada sobre un buen uso de estos medicamentos?

Sí. Todos vamos a una, ya que la sanidad privada también se ve afectada por este problema

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