Bajo el manto de la Virgen

En la tarde de este jueves, festividad de la Presentación del Niño Jesús en el templo, la popular Candelaria, la hermandad de los Dolores ha vuelto a celebrar la presentación de los niños a la Virgen volviendo a abrir las puertas del camarín de la Señora de Córdoba para todo aquel que quiso pasarse bajo su manto.

Una acto que poco a poco fue cobrando forma, como es habitual, el sacerdote a los pies de la Virgen de los Dolores, inició la liturgia de la palabra recordando este especial día donde cuarenta días después del nacimiento de Jesús, el Niño es presentado en el templo por sus padres José y María. Una palabra que fue seguida con atención por los numerosos padres, niños y abuelos que se dieron cita en el Santuario de la Virgen de los Dolores, portando en sus manos la vela con la simbólica luz tan presente en esta fiesta.

Tras la liturgia de la palabra el hermano mayor de Los Dolores invitó a los asistentes a formar la cola para poder subir al camarín y pasar bajo el mato de la Virgen de los Dolores que lucía espléndida vestida con la saya de la cruz de Soledad y el manto de los Alféreces.

Una cola que en breve cruzaba prácticamente la iglesia con los más pequeños en brazos y otros, sin saber muy bien a donde iban, de la mano de sus abuelos. Todo un ritual que año tras año se vive alrededor de la Virgen de los Dolores, una tradición que pasa de padres a hijos y de abuelos a nietos. “Traje a su padre con cinco años y ahora a él” decía Luisa, una señora que llevaba a un bebé de cinco meses en sus brazos.  

Y no solo pasaron los niños pequeños también los adultos, devotos de la Virgen que buscaban la protección de la Virgen de los Dolores en este especial día que desde el año 1976 la hermanad de los Dolores celebra con la satisfacción de ver que cada año decenas de niños quedan bajo la protección de la Señora de Córdoba.