La periferia retiene a su población y el núcleo urbano de Córdoba sigue perdiendo vecinos

El núcleo urbano de Córdoba sigue perdiendo habitantes mientras la periferia se mantiene. Así se comportó la población a lo largo de 2021 según muestran los datos del Nomenclator actualizados hasta el 1 de enero de 2022 y publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que analiza la evolución tanto en el núcleo de las capitales como en las zonas periféricas. Si en 2020, durante la época dura del confinamiento, 3.791 cordobeses se fueron de la ciudad, algunos de ellos para instalarse en los barrios del exterior, donde la población creció un 0,6%, en 2021, esas barriadas consiguieron retener a sus nuevos pobladores mientras que el núcleo urbano volvía a perder vecinos, 2.734 en total.

De ellos, unos abandonaron la capital y también la provincia y otros simplemente se instalaron en otro punto del municipio, fuera de la zona más urbana de Córdoba atraídos por un modo de vida más tranquilo y de puertas abiertas, donde quizás haya menos servicios al alcance de la mano, pero también es posible encontrar una vivienda a un precio más asequible.

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De esta forma, la zona central de la ciudad llegó al mes de enero de 2022 con 286.588 habitantes, 136.544 hombres y 150.044 mujeres, frente a los 289.322 de 2021 y los 297.365 que tenía una década antes. En diez años, la ciudad ha perdido 10.777 vecinos, manteniendo una tendencia a la baja que ha sido una constante desde 2009, cuando el núcleo urbano alcanzó los 299.192 habitantes, acentuándose a raíz de la pandemia. Los datos del padrón muestran que la provincia de Córdoba perdió entre enero de 2021 y enero de 2022 4.325 vecinos, mientras dejaron la capital 2.556 para irse a otros destinos dentro o fuera de España.

Barriadas periféricas

Si se suma la población que reside en las principales barriadas periféricas, se observa que apenas hubo cambios en 2021, pasando de 18.838 habitantes a 18.854. Sin embargo, hay zonas que crecen mientras que otras pierden habitantes. Así, las principales receptoras fueron Villarrubia, Alcolea, que con 6.101 personas empadronadas es la barriada periférica más poblada, seguida por Villarrubia, con 6.010 y que también aumento el número de inscritos, y Santa María de Trassierra, con 816 frente a los 787 del año anterior. Por contra, el vecindario de El Higuerón (4.531), Santa Cruz (589) y Cerro Muriano (807) se vio mermado.

La periferia alarga sus vínculos

El Nomenclator (población del Padrón Continuo por Unidad Poblacional) refleja la distinta proporción de mujeres y hombres en el núcleo urbano y en el exterior. Mientras en la ciudad viven más de un 52% de mujeres, el porcentaje se da la vuelta en el resto, siendo Cerro Muriano y Trassierra donde hay más hombres en proporción que mujeres, un 54,3% y un 53,1%, respectivamente. En Santa Cruz, Alcolea, El Higuerón y Villarrubia hay prácticamente la mitad de hombres que de mujeres.

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Aunque las barriadas periféricas son las que son, llama la atención el crecimiento sostenido que se ha producido en otra serie de núcleos exteriores al urbano en los últimos años. Una de esas zonas que no deja de crecer es la denominada como Nuestra Señora de Linares, con 3.150 vecinos en la actualidad, frente a los 552 que tenía en el año 2000. También es llamativo el número de habitantes empadronados en la zona de Las Quemadas, 2.187 en total, frente a los 844 que había al inicio de este milenio. Otros núcleos de población importantes son Majaneque, con 2.993 personas, una cifra que ha descendido ligeramente en los años de la pandemia. 

En las urbanizaciones del entorno de Medina Azahara viven 693 vecinos, una cifra estable desde hace más de una década, al igual que Encinarejo, donde tras unos años de retroceso en el número de residentes, vuelve a crecer.

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