Unas rutas turísticas darán a conocer el Casco partiendo de las esculturas de Belmonte

La Delegación de Casco Histórico del Ayuntamiento de Córdoba ha creado tres rutas turísticas que parten de cada una de las estatuas de Belmonte, tres itinerarios que pretenden dar a conocer el casco histórico de la ciudad. 

Así lo ha indicado hoy la delegada de Casco Histórico, María Luisa Gómez Calero, quien ha presentado en el estand de Fitur un vídeo en el que se recogen dichos recorridos. A la presentación han asistido la delegada de Turismo, Isabel Albás, y el autor de las obras, José Manuel Belmonte.

En cada una de las esculturas se ha colocado un código QR con las rutas. “La idea es que partiendo de estas obras los visitantes se acerquen a nuestros monumentos, a nuestras iglesias, a nuestras calles, a nuestros patios…. y conozcan nuestro casco histórico”, ha señalado Gómez Calero. 

“Estos conjuntos escultóricos, situados en tres enclaves destacados de nuestra ciudad, son una trilogía que resume a la perfección el factor humano del Patio y homenajea a sus cuidadoras y cuidadores”, ha señalado la delegada.

Las rutas y las esculturas

La primera de las esculturas que se erigió en este homenaje fue la escultura de la Regadora, en pleno centro de Córdoba, en la Puerta del Rincón. En esta escultura la protagonista representa el presente de los Patios. Una gran mujer en bronce, de 1,90 metros, que con su cubo de agua cerca riega sus macetas con una caña y una lata como es tradición.

En el castizo barrio del Alcázar Viejo, también conocido como San Basilio, zona en la que se encuentran algunos de los Patios más galardonados, se puede disfrutar de la segunda escultura dedicada a los cuidadores y cuidadoras, Abuelo y niño. Esta obra representa el pasado y el futuro de la tradición. El abuelo que, curtido por la edad, la experiencia y el esfuerzo, introdujo a su hija en la atención al patio, y el niño (su nieto) que representa a las futuras generaciones que toman el relevo trasmitido de generación en generación, una arraigada manifestación cultural cargada de valores positivos que permanecen en el tiempo.

La escultura más reciente es la de El Pozo de las Flores, situada en la plaza del Poeta Juan Bernier. Las protagonistas están realizadas en bronce a tamaño natural. La abuela con vestido, delantal y alpargatas, que aparece sentada en una silla, está sosteniendo una maceta de geranios en su regazo, realizando el trabajo de trasplantes de esquejes y limpieza de las hojas marchitas. La niña, con un vestido rosa, sujeta una flor en su pecho, mira y aprende de su abuela cómo cuidar el patio, ambas conectadas en un juego cómplice de miradas.

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