ECONOMÍA

«En Madrid no podría vivir con mi pensión»

Esther Likona y Carmen Hidalgo ahorran en ocio y otros gastos como la energía para llegar a fin de mes con sus pensiones

Carmen Hidalgo y Esther Likona, ayer en un parque en Córdoba.

Carmen Hidalgo y Esther Likona, ayer en un parque en Córdoba. / MANUEL MURILLO

Pilar Cobos

Pilar Cobos

«Me trasladé a Córdoba hace cinco años y medio porque en Madrid no hubiera podido vivir con mi pensión, ni comprarme el piso», recordaba ayer Esther Likona al ser preguntada por su situación económica como pensionista. Después de cotizar durante 40 años, percibe una prestación de 834 euros.

Esther recuerda que cotizó «a tope» hasta 1996 como secretaria de dirección. Después, estuvo en paro y tras esto consiguió empleos como comercial y encuestadora por teléfono. «Los 15 últimos años, la cotización ha sido de caca, hablando en plata, porque cobraba unos 600 euros mensuales, el salario mínimo, aunque a veces tenía comisiones», explica. Finalmente, se jubiló con 64 años y ocho meses «porque no encontraba trabajo de ningún tipo». 

Esta pensionista ahorra en el ocio y, por ejemplo, «no me puedo permitir coger vacaciones en verano y salir de Córdoba. La paga extraordinaria tienes que procurar que te llegue hasta la siguiente, por si hay algún gasto extraordinario», detalla. Junto a esto, destaca que «no pongo el aire acondicionado para que no se dispare la factura de la electricidad. En verano esto es insoportable». Ante su situación económica, Esther admite que «afortunadamente, tengo piso en propiedad. Si tuviese que pagar un alquiler de 400 euros, tendría que pedir ayuda a mi hija». 

Al ser preguntada por la brecha de género, esta jubilada confirma que «las mujeres con las que hablo tienen bastante menos pensión que los maridos, habiendo cotizado los mismos años. Esto se acabará con el tiempo, porque ahora están más preparadas», augura. 

«Hemos sido hormiguitas»

Junto a ella, Carmen Hidalgo, que también es pensionista, valora que la subida del 8,5% en las prestaciones contributivas «es una ridiculez como están los precios. La comida ha subido una enormidad. Desde que empezó la guerra, han empezado a engañarnos unos y otros, y a dar el palo al bolsillo», lamenta. En su opinión, «la pensión mínima debería ser de 1.000 euros», como el Salario Mínimo Interprofesional. 

 Carmen ha cobrado hasta ahora 752 euros de pensión. Explica que en su familia «hemos sido hormiguitas, siempre estrechándonos el cinturón» y, a modo de ejemplo, comenta que en casa arreglaban las cosas ellos mismos, ella cosía y cortaba el pelo a su marido y sus tres hijos. «Mil filigranas», resume. 

Ahora vive sola, porque sus hijos se han emancipado, aunque recuerda que durante un periodo de tiempo dos de ellos volvieron a casa al quedarse en desempleo. En su caso, ha cotizado durante 18 años como empleada de hogar y en el comercio. «Como dan complementos por hijo, eso también ha ayudado a que suba un poco más la pensión», subraya. No obstante, con la cuantía que percibe «tenemos que ir ahorrando en lo que podemos. Te abrigas bien para intentar no gastar tanta calefacción», apunta. 

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