REPORTAJE

4D: cuando Córdoba apostó por Andalucía

Se cumplen 45 años de las multitudinarias manifestaciones que dieron paso a la autonomía andaluza y en las que los cordobeses tuvieron voz propia

Manolo Rubia, José Aumente, Alfonso Genovés, Cecilio Valverde, Antonio J. Delgado, Carmelo Casaño, Rodríguez Alcaide, Rafael Vallejo, Emilio Fernández, Matías Camacho y Manuel Gracia.

Manolo Rubia, José Aumente, Alfonso Genovés, Cecilio Valverde, Antonio J. Delgado, Carmelo Casaño, Rodríguez Alcaide, Rafael Vallejo, Emilio Fernández, Matías Camacho y Manuel Gracia. / Ricardo

Irina Marzo

Irina Marzo

Ni el frío, ni la lluvia, ni los intentos de boicot de Fuerza Nueva pudieron parar aquella mañana de domingo las ansias de libertad. El 4 de diciembre de 1977 miles de andaluces se echaron a la calle para reivindicar la autonomía andaluza y el derecho a decidir del pueblo andaluz. En Córdoba, a diferencia de la trágica jornada vivida en Málaga, donde se registraron numerosos heridos y la muerte del joven de CCOO Manuel José García Caparrós, la manifestación transcurrió festiva y prácticamente sin incidentes, apenas hubo guerra de banderas. 

Dos años más tarde, en 1979, la manifestación del 4D en Córdoba sí dejó 14 heridos, 4 de ellos graves (entre ellos Manuel Encina, trabajador de Electromecánicas, que perdió un ojo) y se detuvo a 11 militantes de Fuerza Nueva. «Eran un reducto pequeño. No eran más que esos y si se atrevieron a ir es porque iban armados», reflexiona Rafael Vallejo, exparlamentario andaluz y encargado en aquella ocasión de la convocatoria. Pero la de la mañana gris de hace ahora 45 años transcurrió sin problemas y fue el bautizo de muchos cordobeses (150.000 dijeron los convocantes; 40.000 la policía) que ese día decidieron tomar la calle por primera vez. «Al menos fue la primera manifestación legal a la que íbamos», explica el fotógrafo Francisco González, que entonces tenía 17 años y era miembro del club juvenil de la asociación de vecinos de San Basilio. «Recuerdo cuando salimos a la Cruz Roja y vimos aquella marea inmensa que nos dejó boquiabiertos». 

Muchos hicieron también sus primeras pancartas: «Andaluz defiende tu tierra»; «No hay autonomía sin libertad», «Pan, trabajo y libertad», «Andalucía, autonomía»; «Andalucía unida jamás será vencida». Decenas de banderas andaluzas colgaban de los balcones; la más grande, en la fachada de Galerías Preciados. Una ensalada de siglas --las propias de los primeros años de la democracia-- había convocado la marcha regionalista que se replicó en las 8 provincias andaluzas. «Aquellas manifestaciones no eran espontáneas; en los meses sucesivos la Junta dirigió en parte el proceso de la autonomía partiendo de ese sentimiento andaluz, poco nacionalista, que siempre caracterizó a este pueblo», comenta Rafael Vallejo

El andalucismo en Córdoba tenía entonces un exponente privilegiado: José Aumente (PSA), que, tirando de su inteligente clarividencia, declaró a CÓRDOBA al término de la manifestación: «Ha sido un éxito histórico». Otros diputados, como Antonio Zurita (PSP), hablaron de «día grande»; mientras que Cecilio Valverde (UCD) apeló al sentimiento: «Es un día muy emocionante». Su compañero de filas Antonio José Delgado miró al futuro: «Hoy se están fraguando los cimientos de una Andalucía mejor y más próspera»; mientras que Manuel Gracia (PSOE) se adelantó varios capítulos en el discurso político al reclamar «una autonomía solidaria» porque «no queremos romper la unidad de España», dijo.

Ignacio Gallego (PCE) fue el encargado de ponerles voz a todos ellos al leer el manifiesto en una tribunilla levantada ante el bar Boston, en las Tendillas, al término de la protesta: «No puede haber una España próspera con una Andalucía mísera», declaró. El diputado comunista enumeró en aquella lectura los problemas que asolaban la comunidad: la emigración, el paro, la situación del campo, la fallida planificación industrial de décadas, peores condiciones de vida respecto a otras comunidades... Reclamó un estatuto de autonomía para construir el futuro y gritó al término de la lectura: «¡Viva Andalucía libre y autonómica!».

Cuando acabó su discurso --le gritaban «Ignacio, amigo, el pueblo está contigo»--, por los altavoces pudo escucharse el himno de Andalucía, que «fue coreado por cuantas personas --más bien escasas-- conocían su letra». 

Guerra de banderas

No deja de ser curioso que, después de haber estado arrinconado por el 28F, se instaure ahora el 4D como el Día de la Bandera andaluza cuando en aquellas primeras manifestaciones lo de los símbolos aún escocía a muchos. De hecho, los únicos incidentes de aquel 4D de 1977 en Córdoba que recogió la prensa local estuvieron motivados por una especie de guerra de banderas que llevó, primero, a los diputados de Alianza Popular a salirse de la marcha a la altura de la calle Cruz Conde cuando algunos manifestantes silbaron a las banderas nacionales que asomaron los de AP por el balcón de su sede. Y, segundo, cuando en las Tendillas alguien ondeó una bandera republicana que alteró los ánimos, nada andalucistas, de los de Fuerza Nueva.

Suscríbete para seguir leyendo