Expertos señalan en el juicio por abusos sexuales a una joven en una discoteca en 2018 que no se le administró droga

La sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha acogido este jueves la última sesión del juicio contra un hombre acusado de abusar sexualmente de una mujer de 26 años en octubre del año 2018. En esta sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia, han declarado dos médicos forenses que atendieron a la víctima poco después de que ocurrieran los hechos.

Si bien la joven declaró que creía que le habían echado algo en la bebida (en su momento se habló de un supuesto uso de burundanga), los médicos han descartado que en el organismo de la chica hubiera algún rastro de este elemento o de otro que pudiera haber sido usado para menguar sus capacidades. Eso sí, los mismos médicos han dejado claro que la chica se encontraba bajo una clara influencia del alcohol, teniendo en cuenta que han calculado que, en el momento de los hechos, presentaba dos gramos de alcohol por litro de sangre.

A eso habría que sumar, han incidido, en que los síntomas de esta "franca embriaguez" podrían ser más intensos en una persona que sufre diabetes, como es el caso de la víctima, que en una persona sin dicha enfermedad.

Tanto Fiscalía y acusación particular como defensa han preguntado a los mismos expertos por unas quemaduras que la chica presentaba esa noche, tres de ellas en la barriga y una cuarta en un pecho. Los expertos consideran que, por la morfología de las heridas, las mismas podrían haber sido causadas por un cigarrillo.

Los hechos

La Fiscalía y la acusación particular mantienen que la joven sufrió un ataque a su libertad sexual el día que se produjeron los hechos, en la madrugada del 12 de octubre del año 2018. La joven conoció al supuesto abusador en una conocida discoteca del centro de Córdoba, luego salieron a la calle y se fueron a una plaza cercana. Allí, supuestamente, el procesado abusó sexualmente de ella aprovechándose, en este caso, de que tenía sus facultades mermadas dado el nivel de alcohol en sangre.

Varias cámaras grabaron la vuelta de ambos a la discoteca, ya separados, y en los vídeos se observa cómo ella iba tambaleándose. La víctima ha asegurado que no se acuerda del momento que transcurrió entre que salió de la discoteca y regresó a la misma, aunque sí ha insistido en que le costaba mucho hablar. Cuando regresa al pub va a ver a sus amigos, a los que les cuenta que cree que ha podido pasar algo. En ese momento, llaman a una ambulancia que traslada a la joven al Hospital Reina Sofía, donde es interrogada por dos policías locales que también han declarado en el juicio que a la joven le costaba mucho hablar y que tenía la lengua como anestesiada.

La defensa, por su parte, pide la absolución de su representado al entender que los hechos de los que se le acusan no han quedado probados. Al finalizar la sesión, el acusado ha defendido su inocencia y ha asegurado que "fue todo consentido" y que "nunca, en mi vida, a ninguna persona le he hecho nada en contra de su voluntad".

La Fiscalía mantiene la petición de pena

Con todos los relatos cosechados, la Fiscalía ha decidido mantener la petición de pena de siete años de prisión por un delito de abusos sexuales, entendiendo que, aunque no se le echó burundanga en la copa como se creía en un primer momento, la joven no estaba en sus plenas capacidades dado el nivel de alcohol que había en su sangre. Además, pide una multa de unos 900 euros por un delito leve de lesiones por las quemaduras que presentaba la chica.