Córdoba atrae por sí sola. Esta afirmación es compartida y unánime entre los profesionales del sector turístico y, sobre todo, es un axioma respaldado por los cientos de miles de visitantes que acuden a contemplarla cada año. 

La definición más breve e ilustrativa sería la de gran ciudad patrimonial, porque Córdoba es una ciudad con un ingente legado cultural y monumental. Su situación estratégica, cercana al río Guadalquivir, y la herencia de las distintas civilizaciones la han convertido en un lugar privilegiado.

La Unesco (Organización Cultural, Científica y Educacional de Naciones Unidas) reconoció en 1994 la importancia universal de los bienes históricos cordobeses, ampliando el título de Patrimonio de la Humanidad no sólo a la Mezquita-Catedral, sino también a todo el conjunto urbano que la rodea y que es objetivo permanente de los turistas.

En la actualidad, Córdoba cuenta con cuatro inscripciones en la Lista del Patrimonio Mundial concedidas por la Unesco: la Mezquita-Catedral (1984), el centro histórico que la rodea (1994), la Fiesta de Los Patios (2012) y Medina Azahara (2018). Además, como el resto de España, disfruta del título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad concedido también al Flamenco (2010) y a la Dieta Mediterránea (2013), que también son motivo de visita de muchos turistas de corte cultural y gastronómico.

Una pareja se fotografía en una de las zonas del conjunto arqueológico de la ciudad palatina de Medina Azahara. MANUEL MURILLO

No obstante, y orientados por el Instituto Municipal de Turismo de Córdoba (Imtur), junto a estas cuatro maravillas cordobesas, podemos establecer otra serie de razones para visitar la ciudad que se sitúa como el top 10: 1. Su patrimonio monumental; 2. Los patios; 3. el origen del auténtico Caballo de Pura Raza Española (PRE); 4. Sus museos; 5. Su sobresaliente gastronomía; 6. Sus eventos y exposiciones a lo largo del año; 7. Su artesanía, su joyería y su lugar destacado en el mundo de la moda; 8. Sus fiestas y tradiciones; 9. El flamenco; y 10. Su naturaleza, de gran valor medioambiental.

Las 4 joyas patrimoniales son Medina Azahara, los Patios, el Casco y la Mezquita

Todo ello hace que Córdoba cuente con una amplia agenda turística repleta de actividades que se distribuyen por los diferentes ámbitos señalados anteriormente. Además, consigue atraer turismo gracias a una oferta gastronómica original y de calidad; a otro evento esencial de nuestra cultura, tradición y religiosidad como es la Semana Santa; a que pone a disposición de los visitantes una variada propuesta de movilidad, sencilla y sostenible en muchos casos; a que ofrece una vertiente de turismo familiar, así como la doble opción de las visitas guiadas por un lado y las rutas para realizar de forma libre por otro.

Novedad en el Alcázar

El amplio abanico de la oferta turística se potencia desde esta misma semana con un estreno muy interesante y ambicioso: el espectáculo Naturaleza encendida: Raíces, una representación de luz y sonido en el Alcázar de los Reyes Cristianos estrenado el pasado jueves, 24 de noviembre, que combina tradición y vanguardia, música e iluminación, sentimiento e historia.

'Raíces', en el Alcázar de los Reyes Cristianos. CHENCHO MARTÍNEZ

Según los propios organizadores, «se puede vivir el atardecer más mágico de Córdoba, es un recorrido inigualable, con diversas proyecciones y escenarios lumínicos, para entender y vivir cómo el tiempo forjó el carácter de la ciudad que se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad».

Si paseamos al aire libre también disfrutamos de una gran belleza en las calles

La gerente del Imtur, Remedios Molina, tiene muchas esperanzas en este espectáculo para impulsar el turismo en la capital: «Se trata de una propuesta turística permanente en Córdoba, pero que se va a ir adaptando a las diferentes épocas del año, para incorporar matices durante todo este tiempo de proyección. Además, ha sido creada específicamente para nosotros y esa exclusividad pensamos que es un valor añadido para el producto, que mezcla el carácter lúdico con el histórico, y que atraerá a mucho más público. Ese turismo de experiencias es el que hay que aumentar».

Este moderno espectáculo tendrá pases diarios, tiene una duración aproximada de 1 hora y está concebido para todos los públicos. El marco incomparable de los jardines y espacios florales del Alcázar son el enclave perfecto para desarrollar esta iniciativa audiovisual que ya está teniendo una gran acogida por el buen ritmo que lleva de venta de entradas (hay dos tipos general y premium).

Monumentos, museos y rutas

Los ingredientes del turismo cultural y monumental que prima en Córdoba son innumerables y, por citar algunos de los más visitados, además de la Mezquita-Catedral, la ciudad palatina de Medina Azahara y el propio Alcázar, existen otros como la Sinagoga, el Puente Romano, la Capilla de San Bartolomé, la Torre de la Calahorra -un auténtico museo vivo de Al-Andalus-, el Templo Romano, las Caballerizas Reales -donde se forjó el caballo de PRE y que ahora son escenario del espectáculo ecuestre Pasión y duende del caballo andaluz-, el Hospital del Cardenal Salazar, el Alminar de San Juan, la Torre de la Malmuerta, los mausoleos romanos o el monasterio de San Jerónimo de Valparaíso.

El Festival de los Patios y, en general, el Mayo Festivo cordobés es un atractivo único que concita mucho interés. FRANCISCO GONZALEZ

Junto a ello, los patios de Córdoba, aunque en mayo es cuando están en su máximo apogeo, se ha logrado que sea un fiesta que se puede disfrutar todo el año, a través del Palacio de Viana, de campañas como las de Navidad o del Centro de Interpretación de la Fiesta de los Patios de Trueque 4.

Por otra parte, y si paseamos al aire libre, también podemos disfrutar de mucha y diversa belleza en Córdoba. Recomendable es pasar bajo el arco de Caballerizas o el del Portillo, pasear junto a la muralla de la calle Cairuán o la del Marrubial; detenerse para transportarse siglos atrás en las puertas de Almodóvar, de la Luna, de Sevilla o del Puente; o admirar fortificaciones como la Torre de Belén, la de Chancillarejo o la de la Puerta del Rincón.

Otra opción, igualmente interesante y llamativa, es la ruta de las Iglesias Fernandinas (iglesias de la Magdalena, San Agustín, San Andrés, San Francisco y San Eulogio de la Axerquía, San Lorenzo, San Miguel, San Nicolás de la Villa, San Pablo, San Pedro, Santa Marina, de Santiago y Santo Domingo de Silos). La ruta incluye templos con la singularidad de su arquitectura medieval y de su función como núcleos de repoblación de la trama urbana.

Todo ello sin olvidarnos de los triunfos de San Rafael, las calles y plazas típicas, las casas y palacios antiguos, los conventos, los conjuntos escultóricos o los molinos en torno al Guadalquivir. Una gran ciudad patrimonial pero cuyo principal y más valioso patrimonio es la gente que la visita... y también la que la cuida.