Vecinos del Parque Figueroa han recibido con «alegría» el anuncio del Ayuntamiento de Córdoba de que el barrio contará con 5,1 millones de euros, de fondos Next Generation, para financiar su proyecto de rehabilitación integral, que se centra, principalmente, en dotar de aislamiento las azoteas y viviendas para hacer más llevaderas las altas temperaturas.
Un breve paseo por sus calles permitió ayer confirmar dos ideas destacadas: por una parte, el orgullo de pertenencia al Figueroa que, en líneas generales, muestran los residentes consultados y, por otra, la necesidad de avanzar en la eficiencia energética de los pisos.
Miguel Serrano, un vecino, afirmó ayer que «las familias tienen tres o cuatro aparatos de aire acondicionado. Yo puse cuatro en mi casa y, al menos, dos están encendidos. En verano hace una calor tremendo y se pone el piso a 50 grados. Que anden descalzos por la azotea, que se quedan las plantas de los pies pegadas», aseguró.
Miguel Serrano opina que «un barrio como este no lo hay. Tiene los pisos alrededor y la plaza dentro, y se puede ir andando. Sales a la plazoleta y estás a gusto», valoró. Sin embargo, comentó que tanto él como su hija viven en una cuarta planta y la reforma «hace falta».
En esta valoración coincidió, asimismo, Encarnación Muñoz, que ayer domingo saludaba a Fernanda Sepúlveda cuando fue consultada por este periódico. «Estar aquí es encantador, pero es una pena que esté cada cosa de un color y los vecinos de arriba se asan», señaló. A su juicio, «el barrio tiene de todo, pero es un desastre. Si estuviera con su pintura y sus toldos iguales, sería otra cosa. Este es de los mejores barrios que hay en Córdoba», defendió.
De su parte, en las proximidades de un bar un grupo de vecinos recordó, al ser preguntado por el nuevo proyecto, que «así se pusieron los ascensores. Subimos las cuotas y se pudieron pagar». El Parque Figueroa fue pionero en Andalucía en instalar ascensores en todos sus edificios de viviendas y los residentes lo recuerdan como un hito. Esta nueva rehabilitación «es una alegría para todos», destacaron estos residentes.
Rosalía Requena subrayó, asimismo, que «todo lo que sea beneficio para el barrio es estupendo». Sobre la necesidad de reformarlo, apuntó que «vivo en un tercero, el sol da toda la tarde y las fachadas son muy finitas, solo un ladrillo», por lo que «en verano hace mucha calor». Así, hizo hincapié en que «los vecinos hemos arreglado la azotea, pero vale muy caro y en poco tiempo vuelve el problema del calor y las goteras», lamentó.
En otro grupo de personas, María Jiménez recordó que el proyecto de la reforma se planteó hace algunos años (alrededor de seis) y Francisco Rodríguez auguró que «seguiremos pasando calor, porque para quitarlo tendrían que haber construido de acuerdo con la normativa. No tiene aislamiento, están los dormitorios pegados a los dormitorios y con la fachada, pero entonces no había quien protestara», señaló en referencia a mediados del siglo pasado.
