Isabel y Carmen son dos de las diez mujeres que participan en un taller de mayores en el que todos los miércoles dedican dos horas a realizar unos cojines con los que ayudan a mujeres recién mastectomizadas. Este grupo de costura se ha puesto en marcha como línea de colaboración entre Cruz Roja y la Asociación Española Contra en Cáncer en Córdoba, entidades que desde hace tiempo mantienen una relación muy fluida.
Así, cumpliendo rigurosamente con ese día a la semana, se dan cita en el centro de participación de personas mayores que la organización humanitaria tiene en el Parque de las Avenidas. Para estas mujeres, el quehacer que desempeñan es liberador y enriquecedor, se lo pasan bien elaborando estas almohadillas que ayudarán a iguales que les ha tocado pasar por un momento duro. Y también les sirve de distracción para mantener activa la cabeza. Todas, dispuestas alrededor de una mesa circular, siguen obedientes el ritmo que les va marcando Manoli, la monitora de Cruz Roja, costurera de toda la vida, que las acompaña y guía en los pasos a dar en esta labor altruista. "El número de cojines que hacemos va en función de la tela que tengamos", explica a este periódico mientras se afana en dibujar sobre unos lienzos, el patrón de unos corazones que más tarde serán apoyo para un proceso de rehabilitación.
Josefa es una voluntaria de las que ayudan a hacer cojines en estas reuniones de los miércoles, aunque, como cuenta, es asidua al centro con otras actividades de memoria. “Tener que hacer estas cosas para mujeres que lo necesitan es una satisfacción muy grande”, confiesa con cierta emoción. “Yo estoy deseando de tener algo así para hacer para salirme un rato de casa, tengo a mi marido enfermo y solo puedo venir los días que vengo al centro”. Tanto ella como el resto de compañeras se muestran "muy contentas" con la Cruz Roja y de hacer estos cojines, "más todavía".
Isabel Casado es coordinadora y voluntaria de la AECC. Ella ha sido una de las que recibieron el cojín tras ser operada de cáncer de pecho. “Una cosa tan sencilla nos viene muy bien, nos ayuda”, admite. Es por ello que pide más manos voluntarias porque “no lo hacemos por nosotras sino por la persona que se opera, que está mal. Es un detalle muy pequeño pero para la que lo recibe es una cosa muy grande”, añade. Porque cada vez que se termina de hacer un cojín son muchas las ideas que pasan por la cabeza; detrás de ese objeto hay toda una historia vivida y por vivir.
Proyecto Mickey
Sandra Serrano, trabajadora social AECC, explica que se ha comprobado "que anatómicamente estos cojines son muy beneficiosos para el post operatorio de las mujeres mastectomizadas ya que les permite dormir por el lado en el que se les ha intervenido". Este proyecto se llama Mickey y viene del año 1996: “El patrón lo diseñaron una asociación de mujeres del barrio del Naranjo que empezaron a a hacerlo”, aclara Serrano, que señala que, tras la disolución de dicha asociación la AECC, asumió el testigo de esa labor pero “la verdad es que no hay tantas voluntarias para hacer estas almohadillas, pero sí que cada vez hay más mujeres operadas”. El cojín se les entrega tanto si se ha extirpado el pecho como si es una tumorectomía. “Esta colaboración nos viene muy bien porque así conseguimos atender a más personas que lo necesitan”, afirma.
Para la responsable del Programa de Mayores de Cruz Roja en la provincia de Córdoba, María Torralbo, lo importante es que las personas mayores sean activas "puesto que son un potencial increíble", siendo este un elemento más que visibiliza el compromiso de estas mujeres mayores por tener una sociedad mejor. "Ellas vienen a compartir y a echar su ratito" que, además, ahora tiene el valor de esta acción comunitaria.
