Diario Córdoba

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ENTREVISTA Marina Borrego y Vicente Palomares Secretarios generales de CCOO y UGT en Córdoba

CCOO y UGT salen a la calle para pedir salarios más altos y evitar que se repitan los errores de la crisis del 2008

Los secretarios generales de CCOO y UGT en Córdoba, Marina Borrego y Vicente Palomares. A. J. GONZÁLEZ

Los sindicatos CCOO y UGT han convocado para mañana jueves 3 de noviembre en Madrid una gran manifestación bajo el lema Salario o conflicto. Esta crisis no la paga la gente trabajadora. El objetivo, reclamar un aumento generalizado de los salarios (tanto del SMI como de los salarios de convenio) y el establecimiento de cláusulas de revisión salarial que protejan el poder adquisitivo de las personas trabajadoras. Las delegaciones cordobesas de ambas organizaciones sindicales estarán allí y lo harán amparados por muchos motivos. 

Córdoba es la tercera provincia con más paro de toda España según la última EPA publicada por el INE, ¿por qué pasa esto y cómo se soluciona? 

Marina Borrego (M. B.): Los datos del paro son malísimos y esto pasa porque vivimos del sector de los servicios y del primario. Mientras que no tengamos una industria que, realmente, nos dé un empleo estable y de calidad vamos a seguir estando así. Hay una temporalidad grandísima.

Vicente Palomares (V. P.): Esto es una cuestión que venía anticipándose y puede enquistarse aún más. Córdoba es una ciudad con un sector productivo de servicios, hostelería y hospedería, basados en el turismo muchos de ellos. Córdoba siempre ha tenido unos datos del paro negativos en estas fechas, pero ahora hay que sumarle la inflación. Esa alza de los precios hará que la gente empiece a prescindir de lo más prescindible y lo más prescindible es, precisamente, la fortaleza que tiene Córdoba, el sector servicios. Cuando la gente empieza a perder poder adquisitivo, deja de salir y deja de consumir. Y eso, a su vez, provoca más desempleo. Si no se corrige, que es lo que reclamamos los sindicatos, va a ir en aumento.

¿La provincia está ahora más empobrecida que antes de la pandemia? 

M. B. Sí. Todo está basado en una economía circular, si no tenemos mayores salarios, no tendremos nunca mayor poder de consumo, si no consumimos hay carencia de empleo. A lo largo de este tiempo esto queda demostrado y, además, las empresas no están perdiendo, sino que están subiendo los productos, pero no los salarios. Estamos en un círculo del que no vamos a salir.

V. P. El nivel de pobreza en Andalucía es del 37,8%, eso es una absoluta burrada que solo supera Extremadura. Estamos en una ciudad donde la brecha salarial con otros territorios es muy alta. Estos datos vienen a decir que el poder adquisitivo en Córdoba es bajo y entonces le afecta mucho cualquier cosa que ocurra, como es el alza de los precios. Además, esos precios están afectando a productos básicos, no de lujo. Todo el mundo necesita el coche para ir a trabajar, todo el mundo tiene que comprar comida básica como aceite o mantequilla… Eso al final es un empobrecimiento muy alto, había un estudio que decía que se podían perder al mes hasta 140 euros.

"El poder adquisitivo en Córdoba es bajo y le afecta mucho cualquier cosa que ocurra, como el alza de los precios"

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¿Ven a las empresas cordobesas dispuestas a hacer un esfuerzo para subir salarios? 

M. B. No. Ahora mismo, en la negociación colectiva que se ha firmado durante este tiempo no hay una subida salarial adecuada a la subida del IPC. En esa negociación colectiva, no llega ni al 2% la subida salarial, tanto en convenios de empresa como en convenios sectoriales. Y tampoco tienen intención de subirlos. Lo que sí han subido son los precios y por eso están ganando lo mismo, incluso algunos más, pero al trabajador eso no le llega. 

V. P. Creo que lo que se está haciendo por parte de algunas empresas es una absoluta barbaridad, que es llevarnos a una recesión. Hay empresas que han repercutido el alza de los precios incluso en productos que tenían almacenados y no tenían repercutido esa alza de los precios. Con lo cual, aparte de ser deshonesto, algunos están teniendo más beneficios a costa de esto. Tendríamos que irnos a analizar la historia. Tenemos una historia muy reciente que es la crisis del 2008, que se hizo con absoluta austeridad. Llevó a pérdidas de puestos de trabajo, a cierres de empresas, llevó a miles de familias a un empobrecimiento brutal y a diez años para poder levantar la cabeza. Si esa historia no nos ha enseñado, que hasta Europa lo ha aprendido, que la austeridad sin contemplación nos lleva a un callejón sin salida, mal vamos. Los empresarios tienen que tener claro que si no se aumenta el poder adquisitivo y las familias empiezan a retraer el consumo no va a ser necesario producir, y si no es necesario producir va a haber más desempleo y si hay más desempleo las empresas acabarán perdiendo más beneficios y algunas tendrán que cerrar. Yo lo que pido es luces largas porque creo que se están matando a sí mismas. 

Han convocado una gran manifestación en Madrid para mañana para exigir que los salarios aumenten acorde al encarecimiento de la vida, los precios llevan subiendo varios meses, ¿no llega tarde la movilización? 

M. B. Las movilizaciones empezaron con el año, hemos estado movilizándonos continuamente, ambos sindicatos y, además, unidos. Hemos tenido movilizaciones provinciales y regionales y ahora vamos a una estatal. La gran movilización no significa que sea la última ni que sea el fin de las movilizaciones. Estamos diciéndole al empresario con las movilizaciones que no nos vamos a callar y que esta crisis no la vamos a pagar como pagamos la anterior, que fue pagada por los trabajadores y las trabajadoras y sufrimos bastante. No vamos a parar hasta que esto no se consiga. 

V. P. Como bien dice Marina, las movilizaciones ya comenzaron a principios de año. Hay que separar las movilizaciones, una de ellas era por el alza de los precios y otra es por pedir salarios justos. Estamos en la de pedir salarios justos. Antes de llegar a esta situación había una mesa de negociación donde estaban sentados patronal y sindicatos intentando llegar a acuerdos. Esa negociación se paraliza porque, aunque la patronal no se levanta físicamente, sí lo hace moralmente. A partir de ahí es cuando empezamos a hablar de salarios. Hasta entonces se entendía que teníamos que llegar a un acuerdo. No obstante, también nos hemos movilizado por la contención de precios y es otra de las cuestiones de la manifestación de mañana. Aquí tendremos que hacer un esfuerzo todos y no puede ser como la anterior crisis que solo la pagó la clase trabajadora. Tenemos países como Alemania o Francia donde están subiendo los salarios, donde el salario mínimo interprofesional está teniendo un alza importante y Europa mandando mensajes de que hay que gastar, hay que invertir, para que se pueda producir y se tengan beneficios.

"Estamos diciéndole al empresario con las movilizaciones que no nos vamos a callar y que esta crisis no la vamos a pagar como pagamos la anterior"

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Aunque no esté en el calendario, ¿cabría pensar que pueda convocarse una huelga general? 

M. B. Ahora mismo la opción de la huelga general no está en el escaparate de las dos organizaciones. De todas formas, una huelga general no es un fin. La huelga general se le hace normalmente a un gobierno, a una administración que no da respuesta, o a los empresarios, pero algunos de los empresarios sí están cumpliendo. Sí es verdad que algunos no nos están ni escuchando. Nunca descartamos una huelga general, pero no es un fin en sí misma.

V. P. Una huelga general no es un fin, es un medio para conseguir un objetivo. Aquí no tiene cabida porque una huelga general se puede plantear cuando hay un conflicto común a nivel nacional, un enfrentamiento donde falla todo el sistema, aquí no falla todo el sistema. El Gobierno ha subido los salarios a los funcionarios, por ejemplo, aunque quizá nos hubiese gustado más. Pero sí adelanto que habrá movilizaciones en el seno de las empresas, puede haber huelgas, ahí está el ejemplo de Cádiz con el sector del metal. Ahora mismo, no luchamos contra leyes, aunque el Gobierno sí puede empujar a que esta situación se desbloquee, luchamos contra la situación de una patronal que puede decidir libremente y no puede ser intervenida por el Gobierno. Esto no es una pelea por cuestiones políticas, estamos hablando exclusivamente de cuestiones salariales.

Más allá de sus propios sindicatos, ¿ven espíritu crítico en la clase trabajadora e interés por movilizarse y decir «hasta aquí hemos llegado»? 

M. B. Por supuesto, no solamente los dos sindicatos. En sí nosotros solos no somos nada, nosotros somos el movimiento y los representantes de los trabajadores y las trabajadoras. Hay una mala sensación ahora mismo en las empresas. Hemos hecho asambleas con las empresas y todo el mundo está a disgusto, porque ya no es trabajar para llegar a fin de mes, es que hay quienes no llegan ni a mediados de mes. 

V. P. Yo creo que pasan dos cosas. La situación económica, cuando es tan tensa, el trabajador tiene más miedo de perder el puesto de trabajo, pero, por otro lado, también lo incentiva a pelear por mejorar sus condiciones. Todo esto va a partir de la base de que dejemos el individualismo de lado y empecemos a hacer lo colectivo. En lo colectivo siempre se gana y se acaban consiguiendo objetivos, en lo individual, no. En la crisis anterior hubo mucho individualismo y eso llevó a una situación bastante nefasta. Creo que ahora no estamos en esa situación y que los trabajadores y trabajadoras han aprendido que si quieren tener algo tiene que ser por la lucha. Estamos viendo más movilizaciones ahora en poco tiempo que en años anteriores. Se está viendo que ya no se aguanta más, cuando no llegas a cubrir tus necesidades básicas peleas por que eso cambie.

¿Qué convenios están en negociación ahora mismo en Córdoba? 

M. B. Convenios se están negociando continuamente, ahora mismo lo que más tenemos son planes de igualdad en la negociación colectiva. Hemos firmado finalmente el del comercio, que ha sido difícil, pero de grandes dimensiones ahora mismo, quizá el de Cervezas Alhambra, que se está llegando a buen término con la negociación bien encauzada. 

V. P. Hay que separar dos cuestiones. Por un lado, están los convenios sectoriales que a principios de año se empezará alguno, pero ahora estamos en los convenios propios de empresa. Ahí nos estamos encontrando que hay empresas que responden positivamente a lo que se les pide. En los sectoriales es más complicado, ahí la patronal suele estar bastante bien organizada y se suele negociar de otra forma. Nos gustaría tener interlocutores válidos, hay muchas presiones desde fuera. El conflicto de Cádiz, por ejemplo, ha dado un fruto muy bueno y una gran enseñanza de cómo se pueden conseguir objetivos. 

M. B. Una de las cosas que ocurre en la negociación y en todos los ámbitos del mundo laboral es que en aquellas empresas donde están organizados los trabajadores y tienen comité de empresa, sacan muchísimo más y mejores condiciones laborales que donde no hay representatividad.

"Todo esto va a partir de la base de que dejemos el individualismo de lado y empecemos a hacer lo colectivo"

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Sobre el conflicto de los trabajadores de ambulancias, CTA ha acusado tanto a CCOO como a UGT de ponerse de lado de la empresa. 

M. B. Lo único que decimos al sindicato es que, a río revuelto, ganancias de pescadores, y está buscando el río revuelto. Creo que no tienen ni idea de lo que está sucediendo, solo se tienen que leer la licitación. Esta licitación de la Junta tiene unos requisitos y la empresa ha puesto los que entendía que se podían hacer. Se ha quedado mucha gente fuera, se ha negociado que entren 38 personas más, se ha llegado a buen término en la negociación. A los compañeros de CTA solo les digo que se lean la licitación y que vean si todas las personas eran subrogables.

V. P. La licitación era de ambulancias para el SAS. Hay trabajadores que estaban en centros privados y, evidentemente, el contrato era del SAS, no para esos centros. Entiendo también que la empresa que ha salido los ha dejado ahí para que se busquen la vida cuando se sabía que esta situación iba a llegar. Por ejemplo, una empresa multiservicios de fontanería, jardinería y electricidad se presenta a un concurso para cuidar jardines. Evidentemente, los trabajadores que entrarán serán los de jardinería. Eso no significa, bajo ningún concepto, que no estemos preocupados por todos y cada uno de los trabajadores, pero habrá que verlo de otra forma, jurídicamente no tiene cabida. En la lucha está el salvar a todo el que se pueda. Hay quien está haciendo de esto una guerra y confundiendo a los propios trabajadores y creo que lo hace para sacar un beneficio sindical. A mí eso no me parece que sea lo más óptimo. 

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