reportaje | vigilancia del ocio nocturno
La noche bajo control
Un refuerzo de Policía Local evita aglomeraciones en las calles del Centro | El Ayuntamiento reacciona a las quejas vecinales
La calle queda vacía y callada en apenas unos minutos. La única presencia humana tras el desalojo de decenas de personas lleva placa y uniforme. Con o sin queja, los clientes se van dispersando hacia el interior de los establecimientos o dejando tras de sí las copas para concluir la noche en una calle donde nunca deberían aglomerarse. Se impone la calma que desde un principio debe existir y tanto reclaman los vecinos del centro y del casco histórico de Córdoba. La noche es larga y la ciudad se hace grande en los recurrentes recorridos que realizan los agentes de la Policía Local para controlar y mantener el orden público en las calles de la capital. Este último fin de semana, además, de forma reforzada para atender a los requerimientos que una parte de los cordobeses había exigido previamente.
Los principales problemas se producen en el eje que conecta las calles Fernando de Córdoba, Alhaken II y Fray Luis de Granada. En esta ubicación se concentran los locales de ocio nocturno que están de moda, actualmente, entre los jóvenes cordobeses. Tampoco se escapa de está situación el casco histórico y la zona de la Ribera. Desde ambas llegaron quejas al Ayuntamiento de Córdoba sobre los inconvenientes que derivan de este ocio y su afectación en el descanso de quienes viven en estos barrios.
Al ruido se suma la suciedad. Y, en el peor de los casos, las reyertas. Por ello, diferentes asociaciones manifestaron, a través del Consejo del Distrito Centro, la incomodidad a la que se exponen durante las noches de fiesta. Y el Consistorio, en respuesta, prometió un mayor despliegue policial para mantener a raya estos contratiempos. Una labor que ya pudo verse este pasado fin de semana.
Actuación y control
A las 23.00 horas, los agentes del turno de noche se reúnen para organizar la jornada. El jefe de turno explica el briefing que tiene como objetivo dar respuesta a los problemas detectados en días anteriores. A lo largo de las siguientes horas, asisten hasta en dos ocasiones a reuniones para especificar la disposición de varios controles de alcoholemia que se despliegan a lo ancho de la capital, un trabajo coordinado por la seguridad vial que persigue, en primera instancia, evitar que los conductores consuman bebidas alcohólicas y sancionar a aquellos que incumplen con la normativa y pueden ser un peligro para los demás.
Gracias al refuerzo puesto en marcha por el Ayuntamiento, cuatro patrullas se dividen en las zonas donde se han detectado los alborotos denunciados días y semanas atrás. En puntos específicos actúan de forma estática para controlar las aglomeraciones que se forman a altas horas de la madrugada, moderando, con mano izquierda, la presencia exagerada de personas en las inmediaciones de los espacios de fiesta y dispersando esta acumulación de personas. La mera presencia de los agentes ya produce un efecto disuasorio que evita imágenes repetidas con anterioridad. A su vez, efectivos de paisano se mueven alrededor de diferentes puntos de interés para detectar infracciones y descontroles en el orden público. En el foco de estas actuaciones se encuentra la supervisión de veladores y la detección de grandes grupos de personas, así como la inspección de establecimientos. Observaciones concretas permiten, además, supervisar el cumplimiento de las normas que deben cumplir los locales de ocio nocturno -como la prohibición de la entrada a menores- y estar al tanto de otros posibles delitos en un trabajo que pasa desapercibido entre el ajetreo nocturno.
El origen de la problemática gira en torno a los locales de ocio nocturno, que son los principales señalados por los vecinos. Sin embargo, como explican desde la Policía Local de Córdoba, «los establecimientos, en principio, no tienen responsabilidad» puesto que «están haciendo su actividad». «Lo que pasa es que es tal la cantidad de personas que acude que no puede entrar toda a la vez, los aforos se completan y pretenden esperar allí hasta que vaya saliendo gente», explica el jefe del turno de noche. Y asume que son los propios agentes «los encargados de que en la vía pública no ocurran estas aglomeraciones». En torno a estos espacios se mueve una gran afluencia de jóvenes, «que nos cortan tanto la calzada como el acerado». «Los vecinos, aparte de no poder transitar correctamente, se encuentran con todo el ruido que conlleva», precisa. Y aclara que «las llamadas se reciben sobre todo por molestias de ruido, pero es verdad que se producen reyertas». «Si juntamos jóvenes, alcohol y aglomeración de personas, reyertas seguro», concluye.
Para el encargado de organizar a los agentes durante el fin de semana, el límite siempre debe ser «la convivencia». Cuando se atenta contra esta, la autoridad tiene que intervenir. «Ante esa alteración de las zonas públicas, nosotros tenemos que actuar. ¿Cómo actuamos? Invitando a la gente a que se marche, que la gente no consuma bebidas en el exterior...», explica. Cuando a la aglomeración de personas se añade el alcohol, «perdemos la educación y el civismo. Si no estamos nosotros, la gente micciona en cualquier sitio, los vasos los deja en cualquier lado... No es agradable». «Con nuestra presencia todo eso -que son infracciones de la ley- se evita», zanja el jefe de turno.
Acción y reacción
El resultado del refuerzo desplegado en la capital a causa de las quejas vecinales llevó a interponer tres multas por botellón y una por conducción negligente. Con labores de vigilancia a pie en el entorno de la Ribera y los servicios fijos establecidos en el eje central de la ciudad se consiguió, tanto el viernes como el sábado, acabar con las aglomeraciones que venían afectando al descanso de los residentes.
Además, varias actuaciones por exceso de veladores o ruido tuvieron lugar en vías bastante concurridas como Ronda de Isasa, calle Fernando de Córdoba, Alhaken II, calle Góngora, Historiador Diaz del Moral y calle Manuel de Sandoval. En lo referente a los controles de alcoholemia, que son frecuentes en puntos estratégicos de la ciudad durante los últimos días de la semana, se detectaron seis positivos y se interpuso una denuncia por infracciones técnicas.
En esa vorágine de farra, los agentes de la Policía Local tienen, además, que mantener la vigilancia por otros posibles avisos, sin dejar al margen -aunque el centro sea el foco de atención de las últimas semanas- al resto de barrios, donde la labor policial sigue siendo necesaria. Durante el patrullaje, las llamadas se suceden. Y, con mil ojos, los efectivos suman intervenciones a lo largo de una noche, velando por la seguridad ciudadana cuando son requeridos o, simplemente, se percatan de algún incidente que requiera intervención, como puede ser un problema de salud.
A la conclusión de este primer despliegue para atender a las numerosas quejas de los vecinos del centro y del casco histórico de Córdoba, se atenderá a la evolución de esta situación durante las próximas semanas para decidir si se mantiene o si, por el contrario, se ha dado por controlado el problema, teniendo en cuenta, siempre, la posibilidad de que se extienda a nuevas zonas, detectadas durante los servicios, con el fin expreso de mantener a raya la noche cordobesa.
Suscríbete para seguir leyendo
- Doscientos perros, cien gatos y una cabra enana
- Incendio en el Parque Figueroa: dos evacuados al hospital y un bloque desalojado por el humo
- El Ayuntamiento deniega la prórroga del contrato al pub Kamaleónika 84 tras cuatro años en situación irregular
- La Sacristía se defiende: asegura que sus montaditos de pringá se consumieron en una casa de hermandad fuera de su establecimiento
- Salud confirma que los montaditos de pringá causaron la intoxicación alimentaria con decenas de afectados en Córdoba
- Vueling ofrecerá a partir de septiembre dos vuelos semanales a Barcelona desde el aeropuerto de Córdoba
- Y tras el frío vuelve la lluvia (y mucha) a Córdoba: estos son los días con precipitaciones
- Comienza el mercado temático de Córdoba con 150 puestos y la mirada puesta en el cielo