Aprovechando que la climatología sigue siendo benévola, por la falta de lluvias y las temperaturas agradables, los cordobeses han querido acercarse hasta los cementerios de la ciudad para limpiar y preparar las sepulturas de sus seres queridos de cara a la celebración de los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. En concreto, en la ciudad de Córdoba se espera que sean entre 8.000 y 10.000 las personas que pasen por los camposantos a limpiar, embellecer y colocar flores de recuerdo a sus allegados fallecidos. Según ha indicado a este periódico el gerente de la empresa municipal de cementerios, Cecosam, Pedro Ruiz, desde el día 15 de octubre hasta el día 2 de noviembre, la cifra se puede acercar a las 20.000, ya que se espera superar la cifra del año pasado que fue unas 16.000.
Para poder atender a todo el público que pasa por los cementerios en estos últimos días de octubre y primeros de noviembre, la empresa pone en movimiento a toda su plantilla, explica el gerente, es decir, 50 trabajadores, a los que se suman algunas contrataciones externas que también se hacen.
En la mañana de este sábado una multitud ocupaba los pasajes y las calles de los distintos cementerios de la ciudad. Personas de todas las edades y apariencias compartían ocupación entre cubos de agua, cepillos, trapos, latas y brochas de pinturas y flores, muchas flores, que cubrían todas y cada una de las paredes y panteones. Y para los que acudían sin pertrechos para acometer la limpieza, en las propias instalaciones se cuenta con numerosos puntos de agua y escaleras repartidas por lugares estratégicos de los recintos. Además, cada poco, grupos de espontáneos pregonan su ofrecimiento de “agua, pintura, escaleras…”, con lo que vienen a mejorar por unos días la economía doméstica. También ellos forman parte de la tradición que configurada en torno a la celebración del Día de los Difuntos, como los tenderetes de flores de la entrada.
Estos tenderetes son la última oportunidad para quienes acuden al cementerio sin la previsión de las flores para colocar ante la lápida o el panteón. La festividad de Los Difuntos supone para este sector el mayor empujón del año al negocio, según explica Conchi Vilches, que regenta una floristería, aunque recuerda que desde octubre hasta febrero son bastantes los acontecimientos en los que las flores son protagonistas, como la Navidad o el día de los enamorados. "pero como el Día de los Difuntos, ninguno". En estos días, indica, aunque es muchísima la clientela que apuesta por las flores naturales, también se incrementa considerablemente la venta de flores artificiales, que ya las hay de gran calidad. Otro veterano de la venta de flores es Salvador González, quien coincide en que este mes es el mayor venta de todo el año y viene a suplir las ventas que no se hacen en meses anteriores. Señala que es un producto que se vende con antelación, pues hay encargos, sobre todo en flor artificial, desde el verano, mientras que la natural se encarga con menos plazo intermedio. Respecto al nivel de ventas con respecto a años anteriores, González señala que está en la misma línea, algo en lo que influye "que los precios no han subido demasiado".
Acontecimiento cultural
Tanto el gerente de Cecosam, como la presidenta de la entidad, María Luisa Gómez, han explicado que uno de los objetivos que persigue la entidad es la de intentar dar otra imagen de la actividad funeraria de Córdoba, dotarla de un contenido cultural. Por ello se organiza un amplio programa que se desarrolla desde el 20 de septiembre y concluye el mismo Día de los Difuntos. Un programa que se abrió con un concierto y siguió con el concurso de pintura rápida y fotografía organizados con Diario CÓRDOBA, las visitas teatralizadas en el cementerio de San Rafael que han cubierto todas las plazas posibles, visitas guiadas en el cementerio de La Salud para conocer detalles históricos de camposanto (también completas ya). A ello se une la misa del día 1, presidida en el cementerio San Rafael por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Asimismo se han programado paseos nocturnos en La Salud, en los que ha tomado parte unos 800 cordobeses.
Estas actividades dan respuesta, explica María Luisa Gómez, a esas nuevas demandas de la sociedad tanto en el aspecto cultural como turístico. “Me está sorprendiendo esa manera de vivir ya estas celebraciones, sin olvidar el respeto y el cariño hacia los familiares, se vive de una manera mucho más amable”. Ese sentido, apunta la concejala, es “el que queremos potenciar, además de que nuestros servicios sean excelentes, que los jardines sean cada vez más bonitos, para poder ofrecer ese momento de recogimiento y contemplación acorde a esas exigencias y que sean espacios mucho más acogedores tanto en estos días como el resto el año”.
Pese al evidente bullicio que se podía apreciar en cada uno de los cementerios cordobeses, nada alteraba la tranquilidad y los buenos deseos de los asistentes, entre los que se observaban los que se afanaban en perfilar algún borde de la lápida, los que colocaban flores naturales para sustituir las artificiales, los que permanecían con la mirada perdida ante el nombre de su ser ausente y los que se retiraban, una vez cumplido su cometido, viendo como las lágrimas regresaban a sus rostros.
