REPORTAJE

"Al final eres tú la que más los necesitas a ellos"

Rosario Corrales colabora con la asociación Paz y Bien en la acogida temporal de una chica interna en un centro de menores

Rosario Corrales, madre de acogida temporal, colaboradora de la asociación Paz y Bien.

Rosario Corrales, madre de acogida temporal, colaboradora de la asociación Paz y Bien. / MANUEL MURILLO

M.J. Raya

M.J. Raya

La cordobesa Rosario Corrales colabora con la asociación Paz y Bien en el programa de acogida temporal de menores que se encuentran internos en centros de protección. Desde hace un año y medio tiene acogida a una menor que pasa con ella los fines de semana, días festivos y vacaciones. Supo del programa, que ahora se está dando a conocer a través de la campaña Ahora te toca a ti, a través de una amiga. 

Precisamente, el pasado martes la Delegación de Inclusión de la Junta presentaba esta campaña para hacer referencia a que en Córdoba existen actualmente 18 familias que están colaborando con este programa, pero que se necesita un mayor aporte de solidaridad pues se cuenta con al menos otros 14 chicos y chicas que están a la espera de poder beneficiarse de que alguien os quiera acoger temporalmente.

Requisitos para ser familia colaboradora

Las personas que pueden colaborar con este programa son aquellas mayores de 25 años que tengan tiempo de calidad para que el o la menor puedan salir fuera del centro y vivir una experiencia junto a ellas que no han podido disfrutar con su familia biológica por razones muy diversas. 

«Recomiendo a cualquier familia a que participe en este programa porque al final eres tú la que más los necesitas a ellos, más que ellos a ti», indica Rosario. En su caso, ella recoge a la chica que tiene acogida todos los viernes del instituto y la deja de nuevo en el centro los domingos. «Hay otros chicos que quisieran también irse con una familia y te sientes mal porque se quedan allí, aunque en el centro de menores los cuidan y tratan muy bien», señala.

Los inicios de la convivencia no fueron fáciles

Rosario recuerda que "los inicios no fueron fáciles" porque la chica que tiene acogida cuando se iba con ella a su casa sentía cómo que le fallaba a su madre, pero pronto comprendió que no pasaba nada por tener «dos madres», una un poco lejos y otra más cerca, en Córdoba, «pero que yo no iba a quitarle el sitio a quien le dio la vida, sino para darle cariño». Rosario se siente muy contenta de la evolución tan buena que ha experimentado esta chica. «Está estudiando en el instituto y dice que le gustaría ser maestra de educación infantil. Nos reímos y divertimos mucho juntas. Ver lo feliz que está ahora me da mucha satisfacción», añade Rosario.

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