Diario Córdoba

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ACTIVIDADES PARALELAS DE FLORA 2022

Santiago Beruete invita a Córdoba a volver la vista al río para aprender de su biodiversidad

El filósofo conversa este lunes en el centro social Rey Heredia con Ángel Lora sobre la historia del Guadalquivir

Emilio Ruiz, Santiago Beruete y Ángel Lora durante su paseo por el Guadalquivir a su paso por Córdoba. PATRICIA CACHINERO

Siglos de historia centrados en el rico patrimonio cultural de la ciudad han hecho que Córdoba haya vivido de espaldas al río Guadalquivir, un entorno singular que ha crecido de forma desordenada, construyendo un vergel que si bien para muchos no es más que un síntoma de la dejadez de las instituciones, desde el punto de vista ecológico constituye un tesoro.

El conocido filósofo Santiago Beruete y el ingeniero de Montes Ángel Lora, profesores los dos, protagonizarán este lunes a las 11.30 horas una charla en el centro social Rey Heredia que, con motivo del Festival Internacional de las Flores Flora 2022, dará a conocer el proceso que ha dado lugar al río tal y como se conoce hoy las reflexiones sobre lo que representa y cómo debe ser la relación de la ciudadanía con su río a partir de ahora. Para ello, Beruete y Lora pasearon ayer por la ribera del Guadalquivir en un recorrido tras el cual el filósofo explicó que su exposición de hoy, titulada Cuando el río suena, irá «de lo global a lo local».

En su conversación abordarán las contradicciones que rigen la actualidad «como cultura y natura, desafío ecológico y cambio climático, autóctono y foráneo, nativo e invasor, crecimiento ilimitado y sostenibilidad, belleza y fealdad, ideas que conviven en nuestras cabezas y las dificultades que plantea alinear las convicciones y las acciones que realizamos». Desde esa preocupación por temas globales, ambos pensadores aterrizarán en Córdoba, en el Guadalquivir y su relación con la ciudad. Beruete mostró su sorpresa por la belleza que encierra el río Guadalquivir a su paso por Córdoba, «que mantiene su aire silvestre en lugar de haber sido arrasado por el hormigón, como en otros lugares, lo que aporta belleza además de un auténtico pulmón a la ciudad». La observación cercana del río, en el que no encontró mucha contaminación, es además, desde un punto de vista filosófico, «una metáfora del paso del tiempo como concepto y de la historia de Córdoba». Según Beruete, el entorno del Guadalquivir, tal y como lo conocemos, «es un espacio a preservar, reflejo de gran belleza y riqueza», por más que haya quien pueda pensar que «está sucio, desordenado o descuidado».

Para él, «el río en Córdoba es enormemente bello y un recordatorio de lo que la Naturaleza hace cuando la dejamos, crear lugares de biodiversidad donde nos enseña a vivir a los humanos y lanza un mensaje a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar este entorno natural». Para el autor de libros que relacionan la filosofía y los jardines como Jardinosofía, el río constituye un «espejo de la ciudad por la que pasa y no solo porque sea una lámina de agua en movimiento». Tras años viviendo de espaldas al río, en su opinión, ha llegado el momento de que Córdoba vuelva la vista al río, que es una auténtica enciclopedia, y aprenda las lecciones que pueda ofrecer la Naturaleza».

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