Llegó a Córdoba desde su querida Cazorla a principios de los años 60 del siglo XX y comenzó a trabajar junto a sus paisanos Juan el Cale, Isidro, Eduardo, Alejandro, José... Pronto se independizó para hacer de ditero y recorrer todos los barrios de Córdoba junto al tío Emilio vendiendo y cobrando a diario. Hombre honesto y cabal como pocos, los que han tenido la suerte de conocerlo y tratarlo saben de lo que hablo. Siempre al lado de su querida compañera de viaje, su esposa Carmen.

Tu esposa, hijos, nietos, hermanos, cuñados, sobrinos y demás familia siempre te añoraremos y llevaremos en el recuerdo como lo que fuiste, el gran patriarca de la familia. Descansa en paz.