Como cada martes y trece, se vuelve a unir la tradición y la fe ante la Virgen de los Remedios que ha vuelto a lucir en el altar mayor de la parroquia de San Lorenzo donde a pesar de la lluvia ha recibido la veneración de cientos de cordobeses.
Los fieles se han acercado al templo para pedirle a la Virgen tres deseos de los que, según la tradición, se les concederá uno. Una tradición que nadie sabe muy bien de donde viene y que, sin embargo, cada año al llegar el martes y trece hace que las colas se sucedan en las puertas de San Lorenzo para venerar a la milagrosa Virgen de los Remedios.
Una tradición desde los años 40 del siglo XX
La tradición, de acuerdo con José Manuel Morales, experto conocedor de leyendas cordobesas, no parece poseer un origen concreto, pudiendo localizarse su «aparición espontánea» a partir de los años 40 del siglo pasado.
Desde entonces, «ya fuera por fe o por costumbre, los cordobeses comenzaron a encomendarse a la Virgen de los Remedios cada martes 13» para prevenir el mal augurio, realizar deseos y regalarle ofrendas.
Algo más claro parece ser el origen de la funesta fecha (martes y 13), que cuenta tanto con influencias latinas como católicas. De acuerdo con la tradición romana, Marte era considerado el dios de la guerra y su día, martes, propicio para la destrucción y la violencia.