Diario Córdoba

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REPORTAJE

Mayores al volante

La DGT no marca una edad concreta para dejar de conducir y se limita a acortar los plazos para renovar el carnet | La salud de los conductores es clave para saber si hay que retirarse

Marcial Luna, a sus 82 años, sigue conduciendo su flamante 2CV con soltura. RAFA SÁNCHEZ

La DGT no marca una edad máxima para conducir en España. Esto hace que la edad no suponga ningún impedimento para esta práctica, aunque el estado de salud del conductor, y los posibles problemas y limitaciones físicas y mentales que se vayan desarrollando conforme se cumplan años sí lo puedan ser. Es por esto por lo que a partir de los 65 años el periodo de vigencia del carnet de conducir pasa de los 10 a los 5 años, plazo que se puede acortar si el centro de reconocimiento así lo estima.

Pese a que sea innegable que llegado un momento dejar de conducir se convertirá en una obligación, son muchas las personas de avanzada edad que, gracias a gozar de un envidiable estado de salud y unas adecuadas condiciones psicomotrices, siguen disfrutando de la conducción.

Este es el caso de Marcial Luna, un vecino de Pozoblanco que a sus 82 años continúa conduciendo. Luna explica que tiene un «2 CV nuevecito, que está en muy buenas condiciones y es una maravilla, es precioso». Con él, Luna conduce «para arriba y para abajo perfectamente», y comenta que suele moverse por el pueblo, ir con su mujer a comprar y llevar a su nieta a donde lo necesite, «como a los campamentos».

Luna reconoce que ahora coge el coche menos, por dejadez, porque tiene a sus hijos «y hay otros medios, por ejemplo, coges el autobús a Córdoba y desde allí puedes viajar en AVE», comenta. Aun así, Luna asegura que sigue conduciendo sin problema, y que también lo hace porque su 2 CV, «que es una preciosidad --insiste-- conviene arrancarlo de vez en cuando, aunque a éste no se le va la batería como al 600 que tenía antes».

Para seguir en la brecha hay que poner más atención y evitar las horas punta de densidad de tráfico

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Luna explica que aprendió a conducir con apenas 14 años, antes de sacarse el carnet a los 18. «Mi padre tenía coches, camiones y camionetas de alquiler --recuerda-- y un chófer nos dejaba el coche a escondidas de mi padre, luego, como el suelo era terrizo, borrábamos las huellas con una escoba».

«En esa época no había apenas tráfico, y aprendimos a conducir muy jóvenes», continúa Luna, que explica que a lo largo de su vida ha seguido conduciendo mucho, y que ha ido en numerosas ocasiones a otros pueblos como Montilla, Córdoba capital y a toda la Campiña. Además de usar el coche para ir a cazar, cosa que ha dejado de hacer «porque ahora hay menos caza y menos ilusión que cuando teníamos 30 o 40 años», concluye.

Por otro lado, aunque casos como el de Marcial prueben que es posible llegar a los 80 con plenas capacidades para conducir, todos tendremos que decirle adiós al carnet algún día. Expertos de la compañía de seguros Cleverea explican que existen ciertas señales que nos pueden estar mostrando que este momento está cerca o ya ha llegado, como que el número de otros conductores que le piten aumente considerablemente o que se desoriente con mayor facilidad, lo que puede estar mostrando un deterioro cognitivo aún no diagnosticado.

Asimismo, para alargar lo máximo posible este inevitable momento estos expertos proporcionan una serie de recomendaciones, como mantenerse activo y realizar ejercicio físico de manera habitual, dentro de las capacidades de cada persona, lo que tiene beneficios innumerables para la salud, más allá de permitirnos estar en plenas capacidades para coger el coche.

Desorientarse con más facilidad y recibir más pitidos de otros conductores deben ponernos alerta

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También es imprescindible controlar la vista y el oído, sentidos que se ven reducidos con la edad, y que nos pueden hacer reaccionar con mayor tardanza ante posibles imprevistos, sobre todo en condiciones climáticas adversas o durante la noche. Audífonos y gafas pueden convertirse en buenos aliados para los mayores al volante.

Y, por supuesto, ser conscientes de nuestra situación, compensando las limitaciones que la edad nos pueda imponer con una mayor atención al volante, evitando horas de mayor densidad de tráfico, y aceptando que el momento de dejar de conducir puede estar llegando. Siempre será mejor hacerlo por elección propia que por imposición.

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