análisis

Palos en las ruedas en el sector de la automoción

La situación económica afecta a un sector que arrastra diversos problemas

Venta de coches en un concesionario de Córdoba.

Venta de coches en un concesionario de Córdoba. / A.J. GONZÁLEZ

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

Inflación, recesión económica, barreras a la financiación... Sueña poco halagüeño, pero se podría decir que son palos en las ruedas --nunca mejor dicho-- del sector de la automoción. Un sector que no parece levantar cabeza, aunque el gerente de la Asociación de Talleres, Automoción y Movilidad de Córdoba (Atradeco), José Manuel Rodríguez-Carretero, se muestre esperanzado. Porque tras el desequilibrio solo puede llegar la estabilidad. Y el mercado automovilístico hace, desde un tiempo atrás, malabares con las crisis que se han interpuesto en su camino. La incógnita radica en el cuándo.

Primero fueron los microchips, que escasearon y siguen faltando. Aquella crisis sigue siendo esta crisis que actualmente afecta al sector tanto a nivel provincial como con carácter nacional. El problema es tan evidente que Rodríguez-Carretero lo definió con una sencilla frase: «Si no hay vehículos, no puedo comprarlos». Luego, llegó la inesperada pandemia de coronavirus y, por si fuera poco, la guerra de Ucrania. En medio, un parón de los transportistas que no hizo más que evidenciar la necesidad de este eslabón y las consecuencias de su parada. Y, después, la inflación de los precios.

A los vehículos que faltaban por entonces se suma la dificultad que puede tener una familia media para hacerse con un nuevo vehículo en un contexto de incertidumbre. Una fusión perfecta para la parálisis del sector. Más complicada resulta la compraventa, advirtió Rodríguez-Carretero, si la financiación se hace menos accesible y más cara tanto para las empresas como para las personas. La compraventa o, en su momento, la reparación en los talleres, otro de los subsectores afectados por las circunstancias adversas que se han experimentado en los últimos años.

El aumento de la edad media de los vehículos que afecta al parque automovilístico nacional y provincial no es más que un síntoma de la situación económica que atraviesa la sociedad y que, como si se tratase de un círculo vicioso, acaba repercutiendo también en el mercado. Porque, como dijo en su momento el presidente de Atradeco, el recelo de las empresas y los particulares se hace notar.

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