En Córdoba, la edad media de los vehículos se sitúa en 12,79 años, según los datos proporcionados por la Asociación de Talleres, Automoción y Movilidad de Córdoba (Atradeco). Suman años, como todo, y pocos remedios frente una edad cada vez más avanzada parecen servir en estos momentos para los coches. El parque automovilístico cordobés está envejecido y continúa en esa tendencia, aunque ese proceso que se da en la provincia no parece tan acelerado como en el resto del país. En España, los datos más recientes revelan que, de media, los vehículos suman 13,49 años y se encaminan hacia su decimocuarto aniversario. La cifra es más relevante si se mira con perspectiva. La tendencia alcista se experimenta desde el 2007 y hace que el país se aleje de la media europea, que se encuentra en 11,5 años. Córdoba también supera por más de un año esos números.
Esta circunstancia está directamente relacionada con la compraventa en el sector automovilístico. El mercado depende principalmente de dos tipos de clientes: empresas y particulares. Como ya adelantó a este periódico el gerente de Atradeco, José Manuel Rodríguez-Carretero, hay dos motivos principales que desembocan en este escenario: la falta de renovación de flotas de vehículos empresariales y el recelo de los particulares para realizar una nueva adquisición. En las transacciones entre personas, seis de cada diez automóviles superan la decena de años, mientras que de cada diez vehículos vendidos de empresas a ciudadanos, tres sobrepasan esa edad.
Por tipos de vehículo, los ciclos son los más longevos con 16,13 años de media. Les siguen los camiones, con 13,71. Los furgonetas, actualmente, tienen 12,48 años. Los turismos y las motocicletas son las categorías en las que menos se experimenta ese envejecimiento, aunque no deja de ser notable. En el primer caso, la edad media se sitúa en 11,49 años. En las motos, la cifra se queda en 10,15. Como puede apreciarse, hay hasta seis años de diferencia de media entre los vehículos más viejos del parque automovilístico cordobés y los más nuevos.
El trasfondo de esta situación evidencia un panorama poco alentador para el mercado cordobés, derivado, a su vez, de una complejidad socioeconómica que lleva al recelo de los particulares a adquirir un nuevo automóvil o a las empresas a renovar su flota. Como advirtió Rodríguez-Carretero, esto tiene como consecuencia un tránsito de automóviles cada vez más envejecidos por las carreteras españolas, un desnutrido estado del sector de la automoción y un vacío en lo que se refiere a vehículos jóvenes. El gerente de Atradeco piensa, además, en el «incierto futuro» de los talleres ante una cadena de distribución sin alimento. Es entonces cuando pensar en «incentivos» parece el único remedio contra el envejecimientos. Mientras no exista, claro, una inversión en renovación de vehículos.
