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crónica

Escaparates apagados tras una jornada de 'rebeldía' en Córdoba con el ahorro energético

Pocos negocios ponen el aire acondicionado a 27 grados en una de las ciudades más calurosas de España

Escaparates apagados en Las Tendillas y Gondomar, esta noche.

Dieron las 22.00 horas y, todavía con algo de luz natural, Córdoba apagó sus escaparates, como marca el decreto del plan energético del Gobierno, tras una jornada donde las críticas, las dudas y también las buenas intenciones fueron las protagonistas.

Y es que el plan de ahorro energético del Gobierno ya ha entrado en vigor y en Córdoba necesitará un tiempo de adaptación. El sentir general de comerciantes y hosteleros ya quedó claro cuando se anunciaron las medidas, entre las que destacan no poder poner el aire acondicionado por debajo de los 27 grados, cerrar las puertas o apagar los escaparates a las 22.00 horas.

Basta con darse un paseo por Córdoba para ver que la puesta en marcha de las medidas de ese decreto ley todavía no han cogido carrerilla. En el centro, por ejemplo, ver una puerta de un negocio cerrada es bastante complicado y cuando se pregunta por el termostato ocurre más de lo mismo.

Locales de alimentación, por ejemplo, han cogido como propio el decreto emitido ayer por el Ayuntamiento que dejaba exentos a mercados de abastos de tener que bajar el aire hasta los 27 grados. La razón, la conservación de los productos frescos. Es lo que ocurre en la pescadería Rojas, en ronda de los Tejares, donde el aire marca 17 grados. "Yo no puedo poner eso a 27, aquí da todo el sol y se derrite el hielo", explica la pescadera, mientras una de las clientas añade que "esas cosas no le vienen bien al pescado".

Clientes en la pescadería Rojas. FRANCISCO GONZÁLEZ

Más allá de no echar a perder la comida, muchos empresarios coinciden en que Córdoba debería tener ciertas excepciones. Por ejemplo, este miércoles 10 de agosto, día en el que el decreto entra en vigor, la capital estaba en aviso amarillo decretado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) por máximas que podían llegar a los 39 grados.

En un bar de la avenida de Gran Capitán creen que esto debería servir para no tener que aplicar algunas de las obligaciones. "Lo tengo puesto [el aire acondicionado] a 25 grados, y aparte me dice que la sensación térmica es de 30, si lo pongo a 27, imagínate", comenta la gerente del local. "No me creo que se centren ahora en estas cosas y no en ayudar a los autónomos, por ejemplo", opina la empresaria hostelera.

Precisamente la hostelería es uno de los sectores donde se aplican ciertas excepciones y aquí sí se permite bajar el aire de los 27 a 25 grados. Lo recuerda el presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, que más allá de las medidas concretas se pregunta por las dudas que todavía están encima de la mesa, como la de quién va a encargarse de inspeccionar que se cumpla el decreto.

De la Torre también se refiere a esa obligatoriedad de cerrar las puertas, algo "muy complicado" en hostelería, teniendo en cuenta que se tendrían que hacer "malabarismos con la bandeja". El presidente de Hostecor insiste en que se está intentando que el Gobierno establezca diferencias dentro de la norma según el sector y también según la comunidad en la que se apliquen, más allá de eso, asegura que la hostelería cordobesa cumplirá con lo mandado.

"Flexibilidad, tiempo y ayudas"

Preguntado por el sentir general de los comerciantes, el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, cree que hay que hablar de tres cosas: "flexibilidad, tiempo y ayudas". ¿Qué quiere decir esto? Bados entiende que el pequeño comercio tiene que adaptarse a medidas que, en Córdoba, pueden llegar a afectarles, como esos 27 grados de máxima en el aire acondicionado.

Una camarera de un bar de Córdoba sale con una bandeja. FRANCISCO GONZÁLEZ

Más allá de eso, también pide ayudas para dicha adaptación que, propone, podrían venir de los fondos de recuperación que tienen un 40% destinado, precisamente, a afrontar el cambio climático. Aun así, Bados insiste en que el comercio de cercanía "lleva años" aplicando medidas para adaptarse a esta nueva realidad climática, lo que no evita que se encuentre ya "al borde del abismo". Esas ayudas servirían, por ejemplo, para poder tener puertas abatibles que permitan un cierre automático y que faciliten cumplir el decreto.

Sobre tener que apagar los escaparates a las 22.00 horas, Bados recuerda que en agosto, en Córdoba, muchos negocios están de vacaciones, por lo que supone que la adaptación vendrá poco a poco y una vez esos empresarios vayan conociendo la normativa.

Edificios públicos

Donde es más fácil aplicar las medidas recogidas en el plan de ahorro energético es en edificios públicos y también en trabajos de oficina. El Ayuntamiento de Córdoba, por ejemplo, ya dejó todo preparado para que todas las obligaciones del decreto empezaran a aplicarse en sus edificios, a excepción del ya citado caso de los mercados de abastos.

La diferencia entre trabajos más sedentarios y otros claramente más activos también se ha tenido en cuenta. La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ya dejó claro la semana pasada que la medida de los 27 grados se iba a aplicar "con flexibilidad". Esa flexibilidad está presente en oficios o bien con mucho movimiento o en lugares muy calurosos, como pueden ser unas cocinas de un restaurante.

Este punto lo destacan desde CCOO en Córdoba. El sindicato hace referencia a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que marca las temperaturas a las que se debe trabajar. La ley dice que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 grados y donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 grados. Se consideran trabajos ligeros aquellos que implican poco desplazamiento, de forma ocasional. Varios ejemplos de ello son los trabajos que implican estar frente al ordenador, tareas en banco pequeño de herramientas, conducción de vehículos en condiciones normales o trabajo con herramientas de baja potencia.

En cualquier caso, recuerda el sindicato, el decreto ley del ahorro energético y la cita normativa laboral no chocan, ya que la temperatura máxima es la misma que se permite en el plan de choque del Gobierno.

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