Diario Córdoba

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REACCIONES TRAS EL FUEGO EN EL LAGAR DE LA CRUZ

La falta de gestión forestal agrava el riesgo de sufrir grandes incendios

El dueño de Pino Gordo critica que las normas de protección obstaculizan la conservación y denuncia la dejación de funciones de las administraciones competentes

Enrique Urbano camina sobre una zona afectada por el incendio. MANUEL MURILLO

Enrique Urbano es el dueño de la finca Pino Gordo, una de las afectadas por el incendio declarado en El Lagar de la Cruz, y lleva dos días facilitando la entrada a los agentes forestales que trabajan en la extinción del fuego, que empezó en una cuneta junto al mirador. En su opinión, siempre se pone el foco en el origen del fuego, pero no se analizan los factores que ayudan a su propagación, algo que tiene mucho que ver con «la presencia de abundante combustible vegetal por la falta de gestión forestal, de acciones preventivas adecuadas». Así, recuerda que hace unos años, «este área concreta se declaró, sin audiencia de los propietarios, zona de especial conservación CEC, una norma que impide usar herbicidas en las cunetas». Esto significa que las tareas de mantenimiento y desbroce deben hacerse manualmente, lo que dispara los costes. A 31 de mayo de este año, fecha límite para la limpieza de cunetas, él mismo alertó a Medio Ambiente de que el trabajo no se había ejecutado todavía, tras lo cual «se hizo algo de mantenimiento, que ha sido claramente insuficiente».

Para el dueño de Pino Gordo, comprometido con la sostenibilidad, «se ha producido una dejación de funciones tanto de la administración propietaria de las carreteras, la Diputación, como de la autoridad que debe vigilar que se cumpla la ley, la Junta de Andalucía». Urbano recuerda además que para prevenir incendios y garantizar la accesibilidad en caso de fuego, es necesario invertir en gestión forestal, lo que supone propiciar «la presencia de ganadería extensiva, la apicultura, la explotación del corcho y toda la actividad rural que llena de vida el monte porque el uso sostenible es lo que conserva el medio e impide que se creen zonas inaccesibles que son pasto fácil para la propagación de incendios».

Una hermana de Urbano fue quien alertó a Enrique del siniestro, que se trasladó a la finca. Todos permanecieron en la casa, desde donde permitieron acceder a los agentes forestales, a los que están muy agradecidos por su labor. «Nos quedamos aquí porque teníamos claro que el fuego no llegaría a la casa, ya que nos hemos preocupado de fragmentar la continuidad vertical y horizontal de la vegetación, lo que frena la propagación», explicó, «y esto se ha hecho con gestión forestal, que es la clave de la prevención».

Imagen del menor impacto del fuego en una zona con mantenimiento forestal, en la finca de Pino Gordo. MANUEL MURILLO

En este punto coincide con el subdirector del Centro Operativo Provincial del Infoca, César Vicente, que asegura que «la gestión forestal es la medida número uno en la prevención de grandes incendios» y que para atajarlos «hay que invertir lo máximo posible en economía rural porque el abandono de los aprovechamientos forestales y de la ganadería extensiva hace que la carga de combustible sea cada vez mayor». Las diferencias se aprecian en el terreno. El fuego se detiene cuando alcanza una zona con mantenimiento forestal y deja árboles con hojas en las copas, capaces de regenerarse mientras que arrasa las áreas salvajes, donde los incendios recurrentes aniquilan las especies vegetales. 

Urbano destaca además que las normas ideadas para la protección del monte en realidad obstaculizan la gestión forestal, ya que establecen prohibiciones y trámites burocráticos que hacen que «la propia ley de protección lleve a la destrucción del espacio que pretenden proteger». Vicente no está de acuerdo en este punto, cree que las normas no son un freno e insiste en que el problema es «que hemos abandonado el monte» por un cambio social y que hay que volver a dinamizar la actividad rural.

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