Diario Córdoba

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Entrevista
ENTREVISTA María Dolores Baena Directora del Museo Arqueológico de Córdoba

"Las obras van a dar lugar a uno de los museos más singulares de España"

La directora del Museo Arqueológico de Córdoba, tras 20 años en el cargo, aborda su trayectoria profesional y la evolución del centro

María Dolores Baena, directora del Museo Arqueológico de Córdoba, en el recinto museístico. Francisco González

La arqueóloga María Dolores Baena cumple 20 años al frente del Museo Arqueológico de Córdoba, un trabajo que desempeña de forma vocacional y a través del que ha tratado de elevar el patrimonio cordobés y acercar la historia a todos los públicos. Además, forma parte del Consejo Internacional de Museos. Con más de dos décadas de trayectoria en este cargo, la directora no aparta la mirada del futuro, donde se vislumbran proyectos como la segunda fase de las obras de la sede o la ampliación del área de reservas.

Dijo el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que la reforma de la segunda fase del Museo Arqueológico de Córdoba estaría lista en 2024, ¿qué espera? 

Ese es un tema que lleva el ministerio de Cultura, y lo suelen hablar con los servicios centrales de la consejería de Cultura. Yo espero que se cumplan todos esos plazos. Evidentemente para el 2024 no va a estar abierto, entendemos que en el 2024 podría empezar de alguna manera la obra. Y, ahora mismo, está en fase de licitación. Es la información que tengo. 

Son 11 de años de espera. 

Son 11 años porque cuando abrimos el edificio de ampliación, se hizo una exposición que tendría que durar dos años, que es una exposición temporal -la que ahora mismo hay- y se llama Córdoba: Encuentro y Cultura. Tiene menos de un 1% de la colección expuesta y era temporal mientras se hacía la otra fase, que era la del Palacio. Por eso son 11 de espera, desde que hicimos el proyecto del Palacio. En nuestro programa estratégico preveíamos no cerrar nunca al público y, por eso, lo hicimos por fases. A lo mejor si se hubiera hecho todo a la vez, estaríamos cerrados desde hace muchos años. Lo hicimos por fases, se abrió la ampliación con esta exposición y se cerró el Palacio, a excepción de los patios, para las actividades y otras visitas. Un museo cerrado pierde gran parte de su sentido, que es la relación con el público. 

Uno de los objetivos es conectar todas las áreas del museo, ¿cierto?

El museo tiene tres edificios, pero para nosotros es una misma unidad, entonces hay que conectarlos todos. Aunque lo hemos hecho por fases, están preparadas las conexiones para el futuro. 

Entonces, ¿qué se encontrará un futuro visitante tras las obras?

Lo que se va a encontrar es lo que creo que vamos a ganar toda la ciudadanía, todos los visitantes y todo el mundo. El trabajo de dos administraciones que están a una por el proyecto de este museo, que son el ministerio y la consejería de Cultura, va a dar lugar a uno de los museos más singulares de España. Va tener su colección, que es espectacular e imprescindible; porque es un museo, no como otros arqueológicos que están especializados en alguna cultura, sino que este museo tiene, desde la más temprana prehistoria hasta el siglo XVII, piezas de todo tipo y muy buenas. Se va a encontrar también unos valores añadidos que tratamos exactamente igual que una pieza: los edificios, el espacio físico donde está la sede, que es el palacio del siglo XVI, un valor importantísimo, y luego ese gran yacimiento que vamos a unir y que va a ser todo visitable.

El Ayuntamiento de Córdoba dio en abril el visto bueno a la cesión de un solar junto al Silo para construir un área de reserva. ¿Por qué es tan importante para el museo?

Es muy importante. Tenemos tres edificios y son iguales de importantes para el museo. Uno de ellos es el Silo de Córdoba, donde se ubica el área de reservas, que es un edificio declarado Bien de Interés Cultural. Nosotros llevamos mucho tiempo planificando un centro que en un futuro pueda ser visitable y controlado, para que se conozca el trabajo interno del museo. Prácticamente desde el 2006 estamos planificándolo. Y, ahora, este equipo de la consejería de Cultura ha conseguido que un solar, que ya teníamos visto, pueda servir para este equipo cultural. Va a aumentar la superficie para el ingreso de materiales, almacenamiento, investigadores y, en un futuro, para que también se puedan hacer estas reservas visitables.

"Somos el tercer museo de los gestionados por la Junta en cuanto a visitas"

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Mirando a los últimos años, ¿cómo afectó la pandemia de covid-19 al museo?

Antes del covid y después del covid, hemos tenido muchas visitas. Partíamos en 2018 con más de 300.000 visitas, en 2019 tuvimos 292.000 y ya vino el cese de la actividad con el confinamiento. En el 2020, la bajada fue manifiesta, como en todos sitios, porque estuvo gran parte del tiempo cerrado. En el 2021, empezamos a recuperar visitas. Durante el confinamiento y los cierres parciales, trabajamos mucho, como todos los museos y todo el mundo de la cultura, el tema de la relación con nuestro público a través de las redes sociales e internet. Y, en el 2021, intentamos poco a poco volver a la presencialidad. Hicimos un sistema mixto, con actividades presenciales que retransmitimos en streaming. También tenemos un canal de YouTube en el que se puede ver lo que hacemos. Fueron 146.500 visitantes en el 2021.Y, en el 2022, de enero a mayo, llevamos ya 120.000 visitas. Por los datos que tenemos de la Junta de Andalucía, somos el tercer museo de los gestionados por la Junta en cuanto a visitas. Evidentemente, el Museo de Bellas Artes de Sevilla tiene muchísimos visitantes, el museo de la Alhambra también acoge a muchos y nosotros solemos ir, por números, detrás de ellos.  

Durante la pandemia se perdieron las llegadas de viajeros extranjeros, ¿qué tan importantes son para el museo?

Podemos decir, en las estadísticas, que alrededor de un 55-60% son entre visitantes locales, de Andalucía y españoles. El resto suele ser visitante extranjero. Está bastante bien. No vienen los grandes grupos que puedes ver en la Mezquita o en la Judería, vienen grupos de otro tipo, muchos escolares, muchos de Francia y muchos visitantes individuales. 

¿Cuál es la relación de los cordobeses con el museo?

Los cordobeses vienen mucho. Cuando entré en la dirección del museo, uno de mis objetivos era fidelizar visitas y entender que no hay un público, sino muchos y tenemos que ir diversificando la actividad y las maneras de dirigirnos a esos públicos. Lo que no quería, ni mi equipo, era que un cordobés diga: «Pues yo ya fui una vez al museo». Queríamos que viniese mucho al museo a actividades diferentes. La gente repite bastante, creo que hemos logrado fidelizarlo. Vemos a visitantes que hasta nos conocen. Es muy gratificante. Fidelizar esas visitas y hacer un museo inclusivo, que estamos trabajando mucho con grupos de diferentes capacidades, son algunos de los retos que nos propusimos y creo que estamos avanzando mucho en ello. Nosotros tratamos, junto a la delegación de Cultura de la Junta, que nos apoya siempre en todo esto, de estar siempre presentes en los grandes eventos de la ciudad. 

¿Cómo es la relación con el resto de la provincia?

Tenemos una relación también muy fuerte con los ayuntamientos a través de la red de museos locales. Córdoba es una de las provincias que tiene más museos locales. Los materiales que ingresan en el museo son de Córdoba y provincia. Según la normativa, las piezas que se encuentran en la provincia tienen que ingresar en este museo, pero existen mecanismo para poder colaborar como hacer depósitos en esos museos locales, para lo cual siempre estamos dispuestos a colaborar.

"Nos interesa mucho que nuestro público conecte la vida actual con la historia y aprendamos por qué vivimos como vivimos"

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¿Ese intento de innovar para que el público repita requiere una importante labor creativa?

Todo esto forma parte de una planificación estratégica. Dentro de lo que son las actividades, entendemos que es un museo creativo. Hay líneas de investigación que dicen que los museos patrimoniales no tiene que tener creación. La nuestra es que los museos arqueológicos sí hacemos creación porque hacemos investigación y, además, queremos que los creadores contemporáneos nos den su visión sobre el museo. Por eso, hacemos muchas veces estas colaboraciones de intervención. Ahora mismo tenemos alguna que pueden ver en el patio del Palacio. También tratamos temas transversales, como la tecnología a través de la historia. O la alimentación, los transportes, las migraciones... Nos interesa mucho que nuestro público conecte la vida actual con la historia y aprendamos por qué vivimos como vivimos mirando a la historia. 

El museo también colabora en proyectos internacionales. 

A lo largo de estos años hemos creado una red importantísima con instituciones tanto nacionales como internacionales. Yo estoy en el Consejo Internacional de Museos, en el comité ejecutivo español, lo cual también te da visión. Hemos enviado, por ejemplo, camiones con material de ayuda a los museos ucranianos. Todas esas redes te dan una visión mucho más amplia y unas oportunidades de colaborar en exposiciones temporales a nivel internacional. Nos piden muchísimas piezas. Para nosotros no es que el museo esté esté presente a nivel internacional, es que llevamos a Córdoba a nivel internacional, llevamos el patrimonio de Córdoba. 

¿Cuántos registros hay aproximadamente en el museo?

Aproximadamente hay 40.000 registros, pero un registro corresponde a una excavación. Y puede llegar pues a 300, 400, 500, 1.000 piezas. Es difícil establecer una cifra real, pero en torno a más de 40.000 registros tenemos. El ingreso en estos últimos años no ha parado. También tenemos una estrechísima colaboración con todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, que continuamente salvaguardan el patrimonio.

"Este museo ha cambiado mucho y algo habrá sido parte del trabajo que hemos hecho"

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Este año se cumplen 20 desde que se puso al frente del Museo Arqueológico de Córdoba. ¿Suele mirar atrás o solo adelante?

Suelo mirar casi siempre adelante. Lo que pasa es que, cuando tienes alguna cuestión de problemas de trabajo, miro atrás y digo: «Es que hemos cambiado mucho». Este museo ha cambiado mucho y algo habrá sido parte del trabajo que hemos hecho. Para eso si miro atrás, pero mi visión suele ser más hacia el futuro. 

Se podría decir que ha sido parte importante de la visión de la historia de la ciudad. 

Creo que cada uno, en nuestro día a día, hacemos nuestra parte. El museo no soy yo, es un equipo y toda la gente que ha pasado a lo largo de estos 20 años. El museo es el equipazo que hay, todas las ganas y el esfuerzo que le ponen.

¿Cómo se lleva tener en sus manos un valor tan importante?

A lo mejor en mis manos ha estado, sobre todo, ser el canal de comunicación que hace las propuestas a nuestra administración gestora, que es la Junta de Andalucía, y esta transmite al Ministerio lo que le corresponde. Y lo que corresponde a la Junta, normalmente lo asume. 

¿Cómo ha sido y es esa relación con las administraciones?

Yo soy una profesional de la Administración pública y defendemos el servicio público y su disposición a todo el mundo. Formo parte de ella, soy personal de la Junta de Andalucía, del cuerpo facultativo de museos. No he tenido ninguna cuestión resaltable. Por eso, quizás, todo va fluyendo. Siempre hemos ido avanzando, que es lo importante. 

¿Hay algo que no olvide de estas dos décadas?

No olvido nada, aunque diga que miro al futuro. Ha habido cosas muy importantes y, sobre todo, porque todo mi recorrido profesional va ligado a mi recorrido vital. Muchas veces recuerdo que, hace algunos años, en la escuela del Prado, donde estaba dando una conferencia sobre el proyecto del museo, empecé diciendo que el proyecto tenía 1,85 metros de altura y 27 años. Todo el mundo se quedo así [cara de sorpresa] y dije: «Es que es la edad que tiene mi hijo mayor». Antes de entrar en la dirección, era conservadora de este museo. Luego estuve de conservadora en el museo de Huelva, pero ya había empezado antes un poco con esa planificación estratégica. Lo que quiero decir con esto es que este tipo de trabajo, que es muy vocacional y creo que tiene que serlo, se entrelaza mucho con el recorrido vital de cada uno. Mis hijos se han criado aquí prácticamente, cuando no podía dejarlos, me los traía al museo. Y muchos de mis compañeros así lo hacen. 

¿Qué desea para el museo en los próximos años?

Para el museo, para el patrimonio y para la ciudad de Córdoba siempre deseo lo mejor. Lo que quiero es que sigamos avanzando. Y estoy firmemente convencida de que el futuro va a ser mejor. 

¿Se siente satisfecha después de estos años?

Mucho, muchísimo.

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