Diario Córdoba

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INCENDIOS FORESTALES

El riesgo de fuegos cada vez más explosivos planea sobre la Sierra

La ola de calor de junio seca la vegetación y se suma al peligro de montes con más combustible | Desde el Infoca apuntan que los siniestros son cada vez más graves y difíciles de gestionar

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Un día con los retenes del Infoca Manuel Murillo

La ola de calor más larga de un mes de junio en Córdoba ha aumentado el estrés de la vegetación y se ha sumado a las condiciones ya existentes en la sierra cordobesa de cara a un recién comenzado verano marcado, de por sí, por una tendencia generalizada hacia incendios forestales cada vez más «explosivos» y de mayor magnitud. Y, por ende, más difíciles de controlar. El 17 de junio, la provincia cumplió siete días consecutivos en aviso naranja de la Agencia Estatal de Meteorología por las altas temperaturas. Estas circunstancias no han hecho, como explica Eduardo Nicolás, director del Centro Operativo Provincial del Infoca, más que tensar la cuerda en un entorno como la sierra, cuya vegetación se ha secado precipitadamente este año. Esa tensión es provocada, según el experto, por una inercia hacia siniestros cada vez más graves, en terrenos forestales con un «aumento exponencial» de superficie y combustible. Así, se convierten irremediablemente en generadores de energía para las llamas.

Cuando Eduardo Nicolás afirma que «estábamos muriendo de éxito», se refiere a unas cifras «bastantes irreales» que la provincia estaba registrando en cuanto a incendios forestales. Hasta el año pasado. Porque estos siniestros parecen no entender de normas y, si el viento siempre ha respetado a Córdoba, el verano anterior jugó en contra de los bomberos y se convirtió en «motor de propagación». Localidades como Alcaracejos, Hinojosa, Villaharta y zonas como la Subbética quedaron marcadas por el fuego, con fenómenos de importante envergadura. Solo el año pasado ardieron 1.668,88 hectáreas, mientras que la media entre el 2000 y el 2020 no superó las 496,97 hectáreas, según los últimos datos de la Junta de Andalucía. Es decir, se multiplicó por más de tres. A pesar de ello, el director del Infoca en Córdoba asegura que logran controlar «de forma muy rápida» el 90% de los incidentes. Sin embargo, «el 90% de la superficie que se quema es por una parte ínfima de incendios».

Limpieza de terrenos para reducir el riesgo de incendios.

La propagación dinámica del fuego, como precisa el experto, depende de tres factores: meteorología (humedad, viento, temperaturas, etcétera), orografía y vegetación. Solo el último es controlable. La masa forestal es el combustible de las llamas y, como reitera Eduardo Nicolás, cada vez es mayor. Eso se debe, indica, a factores como el despoblamiento de las zonas rurales, la ganadería intensiva y otros cambios sociales que han tendido a un menor aprovechamiento de los productos del monte y una menor gestión forestal. Para el director del Infoca en Córdoba, «limpiar el monte no significa nada, hay que gestionar el monte». Y, tras esa afirmación, enumera varias formas y objetivos, como son «sacar productor aprovechables», «generar bioeconomía» y «alcanzar estados de vegetación más acordes». Respetando, señala, la biodiversidad. De esta forma, considera que hay que acabar con el cliché de que la naturaleza se autorregula, porque, en su opinión, no es cierto en «entornos antropizados» por la mano del hombre.

Parcelaciones, zona caliente

Pero las catástrofes, como dice Eduardo Nicolás, llegan «sin que te lo esperes». Por eso, cree necesario tomar conciencia. Y hace hincapié en la prevención como elemento esencial. Esta es, recalca, «obligatoria por ley en todos los terrenos forestales». El director del Infoca en Córdoba asegura que ellos se encargan de aquellos de titularidad pública, mientras que los particulares deben hacerlo en las parcelaciones privadas. Estas últimas, que, como explica, hacen tan singular a la sierra cordobesa, «no ayudan». Los incendios en el término municipal de la capital, señala, «son complicados», ya que están acompañados de un problema «gravísimo» de protección civil y, a las labores de extinción, hay que sumar la gestión de personas y bienes. Por lo tanto, considera que la zona urbanizada de la Sierra es un punto «muy caliente».

Además, aclara que más medios no implica necesariamente mayor fuerza de extinción. «Estos incendios de nueva generación te dan muy pocas oportunidades», afirma. Y, muchas veces, los medios lo que hacen es «estorbarse» y «arriesgar». Ante el «cóctel complejo, difícil de gestionar», que se está preparando, sí considera importante el trabajo que realizan, desde hace años, los voluntarios del grupo de pronto auxilio Siete Fincas, con quienes mantienen una estrecha colaboración. También valora el refuerzo de la vigilancia por parte de Policía Local y Protección Civil en la zona, anunciado por el Ayuntamiento el pasado 21 de junio, y las investigaciones desarrolladas, desde hace tiempo, en la Universidad de Córdoba. Todo suma para enfrentarse a un riesgo latente.

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