Marta Martínez, de 33 años, no sabe lo que es pasar prácticamente un día del año sin soportar un severo dolor de regla ni otras consecuencias añadidas a este problema. Un día, el dolor fue tan intenso, acompañado de vómitos y otras consecuencias, que solo podía estar doblada, llegando a pensar que se moría.
A esta enfermera del hospital Reina Sofía le diagnosticaron hace unos años endometriosis (enfermedad en la que el tipo de tejido que es similar al revestimiento del útero crece fuera de este). Marta solicitó una adaptación de su puesto de trabajo para poder sobrellevar algo mejor la incapacidad que le supone el dolor tan fuerte y el agotamiento tan grande que sufre. Le pareció surrealista que le preguntaran cuando hizo la solicitud qué pensarían sus compañeras si le adaptaban su labor, por tener menos edad que muchas de ellas, menospreciando el deterioro que le causa la endometriosis y el dolor de regla. Así que, aunque le gustaba mucho su anterior lugar de trabajo, ahora ejerce en otro algo más llevadero.
Marta cree que la reforma que ha impulsado el Gobierno central lo que debería aprobar realmente no son bajas temporales de 2 o 3 días, sino que se pueda conceder la incapacidad a aquellas mujeres con reglas dolorosas y daño severo a su salud que no puedan continuar trabajando o que se les reconozca una determinada discapacidad, así como que siempre exista opción de solicitar una adaptación del puesto de trabajo.
«No hay nada que pueda la mayoría de las veces curarme el dolor, por lo que son muchas las visitas que hago a Urgencias. En este servicio me ponen mediante una vía una medicación que a veces me hace sentir mejor, pero otras ocasiones tampoco me quita el dolor del todo», relata. Marta expone que la endometriosis afecta a la fertilidad, a las relaciones sexuales y a las relaciones de pareja o de amistad, porque «muchas personas te quieren animar, pensando erróneamente que esto que nos pasa no es algo tan molesto y que con una pastilla se nos quita. Sin embargo, no es así. Firmaría donde pudiera que este dolor solo me durara como mucho 7 días, como un ciclo menstrual normal, porque te hacen sentir muy incomprendida».
Paradójicamente, para tratar a algunas pacientes con endometriosis estas dejan de tener el periodo por el tratamiento que se les indica, pero eso no evita que sigan sufriendo dolor de regla. Por otro lado, la sanidad pública no cubre servicios que requieren mujeres en la situación de Marta, como nutricionista, psicóloga o fisioterapeuta, entre otros, que deben pagar de forma privada.
Esta joven recalca que se trata de una enfermedad global, no solo ginecológica, y si la sociedad en general la desconoce, lo «preocupante» es que haya profesionales sanitarios que tampoco posean la formación adecuada, por lo que esta enfermera defiende que exista apoyo político para que se apruebe por ley en España la posibilidad de acceder a una discapacidad o a una incapacidad en determinados casos graves de esta enfermedad, para que la misma deje de ser invisible.