En Córdoba existen, actualmente, 678 perros potencialmente peligrosos, de los que 156 se encuentran en la capital, según los datos del Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA). Estas cifras, en ambos casos, no supone ni un 1% respecto al número de canes total. En la ciudad hay 21.000 perros registrados, mientras que, en la provincia, la cifra asciende a 76.000.
Aunque hay ocho razas caninas (pitt bull, rottweiler, tosa inu, akita inu, doberman, dogo argentino, fila brasileiro, bull terrier y american terrier, así como sus cruces) que se encuadran en esta categoría, este registro se refiere a esos animales que, por sus características, tienen capacidad para poner en peligro la vida.
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Para disponer de un perro de este tipo, una de las obligaciones del dueño es conseguir una licencia que expiden los ayuntamientos y para la que hay que cumplir varios requisitos: ser mayor de edad, carecer de antecedentes penales graves, someterse a un test de aptitud psicológica, superar un curso y disponer de seguro de responsabilidad civil. Pero, además, se deben seguir una serie de obligaciones cuando se encuentren en la vía pública, como tener siempre encima la licencia, usar bozal y correa de no más de un metro y llevar únicamente un perro. El incumplimiento de la normativa podría acarrear multas de entre 150 y 15.000 euros.
El RAIA trata de tener identificados a los perros potencialmente peligrosos y al resto de animales de compañía. Y, como explican desde el Colegio de Veterinarios, lo habitual es que estén registrados, por los riesgos que suponen y las consecuencias a las que se exponen los dueños.
Recientemente, la Policía Local capturó a un perro tras atacar a otras dos en Carlos III. Una murió y la otra resultó malherida, mientras que la dueña también fue afectada. El animal se encuentra en las instalaciones de Sadeco, donde permanece aislado a la espera de la localización de su propietario. El can no tiene chip y habrá que esperar para determinar su futuro.
