El Palacete de los Burgos, un edificio emblemático situado junto a la plaza de Jerónimo Páez, vuelve a estar de nuevo en la lista de los establecimientos hoteleros planificados en Córdoba. El proyecto, que consiste en rehabilitar el inmueble del siglo XIX que ocupa los número 14 y 16 de la calle Julio Romero de Torres para transformarlo en un hotel de cinco estrellas, vuelve a reactivarse y no es la primera vez. La cadena que adquirió el edificio en la primera década de este siglo, Mercer Hoteles, ha retomado la iniciativa, que descartó justo antes de la pandemia provocada por el coronavirus, cuando la Gerencia de Urbanismo le denegó la licencia que llevaba años esperando.
Mercer, que esta misma semana ha dado a conocer sus planes de apertura de establecimientos hoteleros en toda España, dentro de los que destaca un bloque de apartamentos de lujo en la calle José Zorrilla, muy cerca del bulevar del Gran Capitán, sigue trabajando con el Ayuntamiento de Córdoba para "rescatar" el proyecto del Palacete de los Burgos, por lo que "no está descartado al 100%", según han explicado a este periódico fuentes de la empresa. Es más, la cadena mantiene la idea de abrir un hotel de 12 habitaciones e, incluso, prevé tenerlo para el segundo semestre del 2023.
La cadena aún anuncia en su web el futuro cinco estrellas, fruto de la transformación de un palacete modernista de finales del siglo XIX incluido en el Catálogo de Bienes Protegidos del Conjunto Histórico de Córdoba. Mercer, según señala su web, "apostará por la integración de los elementos originales del edificio (como la fachada o la estructura) en la propuesta de reforma contemporánea, para crear un hotel de cinco estrellas de superlujo singular que cautive a nuestros huéspedes". El hotel contará con tres plantas, "12 exclusivas habitaciones y suites, un restaurante gastronómico, un cocktail bar y varios patios interiores".
En septiembre del 2019, cuando Urbanismo le denegó la licencia, el propietario de Mercer Hoteles, Pedro Molina, expresaba su “desánimo” y “decepción” por el desenlace de una iniciativa para la que entonces llevaba cuatro años esperando permiso de obra. En aquel momento Molina estaba a la espera de otra autorización más para unos apartamentos turísticos.
Pedro Molina compró el palacete en el año 2005 y, dos años después, inició las negociaciones con Urbanismo para modificar la ficha del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Córdoba (Pepchc), hecho que no se produjo hasta el 2012. En el 2008 recibió el primer varapalo, ya que Urbanismo denegó a la empresa inmobiliaria Sant Llorenç 99 las licencias de obras y actividad que había solicitado para transformar el Palacete de los Burgos en un hotel de cinco estrellas que gestionaría Mercer Hoteles.
Siete años después, Mercer lo volvió a intentar y se encontró de nuevo con problemas y divergencias que no lograba solventar con Urbanismo, que entonces estaba en manos de IU, pese a las modificaciones introducidas. Las discrepancias en torno al proyecto persistieron después durante la actual etapa del PP y derivaron en una nueva denegación de licencia.
