La exvicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo ha dudado este lunes de la constitucionalidad del acuerdo entre PP y Vox en Castilla y León por ir contra las leyes, los tratados internacionales y la "estructura jurídica" que sustenta la protección específica de la mujer en el ordenamiento.

Calvo, que es profesora de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba en situación de servicios especiales por su condición de diputada, se preguntó "hasta qué punto es constitucional y legal el acuerdo al que ha llegado el PP con Vox en Castilla y León porque está en dirección contraria a toda la estructura jurídica con la que las mujeres hemos avanzado en la lucha contra la violencia específica que sufrimos por el hecho de serlo".

En un encuentro con periodistas antes de intervenir en la jornada 'Siempre Adelante', organizada dentro de los actos del Día de la Mujer por UGT Córdoba, Calvo aseguró que "el feminismo tiene en este momento grandes amenazas, la misoginia ha vuelto, el machismo se ha organizado, en Castilla y León se ha organizado institucionalmente, se le ha dado carta de naturaleza institucional".

A su juicio, con el acuerdo de PP y Vox "se ha dicho que sí a un retroceso a lo que está en nuestras leyes, en los tratados internacionales, en el Convenio de Estambul, en la jurisprudencia, en nuestros tribunales".

En esta línea, la diputada por Madrid dijo que "el Estado de derecho tiene que responder contundentemente a lo que allí pueda estar pasando" y que "las mujeres, los hombres demócratas, el feminismo como gran propuesta política, tienen que encontrar respuestas continuamente a esto".

En su opinión, "la democracia del siglo XXI es sostenible si hay respuesta para los problemas de las mujeres, sino la democracia tendrá muchos problemas de sostenibilidad política porque no somos un colectivo, no somos un grupo, somos más de la mitad de la población".

Para Carmen Calvo, "cada día las mujeres somos más conscientes de nuestro verdadero poder político, que es también nuestro poder electoral" y también "cada día las mujeres, ejerciendo nuestra ciudadanía, somos mucho más rigurosas exigiendo soluciones a problemas concretos y reales que tenemos y que casi todos tienen que ver con nuestra condición de ciudadanas y de trabajadoras".

Por ello abundó en que "la calidad de la democracia se va a medir por la calidad de los derechos que las mujeres tengamos y por la calidad de las respuestas que el Estado nos dé" y que, en todo caso, "esto va en el camino correcto, las mujeres somos cada día más muy más conscientes de nuestros y somos mucho más exigentes".