Diario Córdoba

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30 ANIVERSARIO

Manuel Belloso: «El AVE dejó a muchos viajeros abandonados»

Uno de los responsable de circulación en Córdoba recuerda la llegada de la alta velocidad a la ciudad

Pruebas del AVE en Córdoba. FRANCISCO GONZÁLEZ

Manuel Belloso tiene 66 años y se jubiló el año pasado tras 40 años de servicio. Ingresó en la antigua Renfe en 1980 como militar en prácticas y le tocó recorrer media España hasta que pasó a Atocha como personal civil. «Cuando empezaron las obras del AVE y se cerraron las mercancías en Atocha, me ofrecieron el puesto de responsable de circulación de trenes en Córdoba». En aquella época, desde aquí se controlaban unos 1.000 kilómetros de vía de ancho nacional por las que circulaban trenes las 24 horas del día. «Había hasta 16 expresos por la noche, además de los trenes de viajeros, los Talgo y los mercancías», explica Belloso, que recuerda el colapso que provocaron las obras del AVE.

«La línea ferroviaria era radial y desde que empezaron las obras, la circulación se saturó por completo, había tal cantidad de trenes de mercancías que muchos tenían que quedarse parados durante horas porque no había capacidad de recepción para todos ellos». Fueron meses de locura, asegura, «soñábamos con los trenes, a veces no sabías si estabas en casa o en la estación, era un trabajo matahombres porque hacíamos turnos de cinco noches seguidas». En la planificación del AVE, Manuel Belloso nunca entendió que el intercambiador de ancho se colocara en Antequera.

«Fue una decisión política sin base técnica porque debería estar en una gran ciudad, en Córdoba, por ejemplo, que es el centro geográfico y nudo de distribución para el resto de Andalucía, no en Antequera, en un descampado donde la llegada de viajeros es mínima». En su opinión, el AVE trajo importantes ventajas como «más oportunidades de circulación para los trenes de mercancías y rapidez para los viajeros», pero también tuvo elementos negativos en la provincia como que «las estaciones intermedias de ancho nacional, sobre todo, en la línea de Málaga, quedaran abandonadas y con ellas muchísimos viajeros de municipios como Aguilar de la Frontera, Montilla, Puente Genil.., que se quedaron sin trenes pese a existir infraestructuras y estaciones preparadas para ello».

Para este ex responsable de circulación en Córdoba, «el AVE condenó a esas personas a irse a la carretera y viajar a Córdoba, Sevilla o Antequera para poder coger un tren». El avance tecnológico fue palpable y también la reducción de personal. «Donde antes había 500 personas controlando manualmente la circulación, ahora hay 5», señala, «hoy en día hay mucha responsabilidad, pero también se ha multiplicado la seguridad, que siempre fue nuestra máxima prioridad, y la calidad en el trabajo ha mejorado muchísimo». 

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