Lo que comenzó siendo una huelga de piquetes informativos minoritarios e incidencias sin importancia va camino de poner en jaque a toda la economía, también en Córdoba. La huelga, convocada por la Plataforma para la Defensa del Transporte de Mercancías por Carretera, cumplió ayer su quinta jornada consecutiva. Sin la patronal apoyando, los transportistas minoritarios, en su mayoría autónomos, ya han dejado más que claro que no cesarán la lucha hasta que el Gobierno no se siente a negociar. La principal reivindicación es que el precio actual del combustible hace que sacar el camión a la calle suponga perder dinero. Y si el principal problema hace días era la escasez de pescado fresco, el asunto ha cogido peso y ya afecta a un tejido industrial que se ha visto abocado, directamente, a paralizar la producción.

Una de las primeras empresas en caer ha sido Grupo Cunext. Afincada en Córdoba capital, Cunext es una de las empresas de tratamiento de cobre más importantes de España (por no decir la más importante) y concentra un porcentaje altísimo, casi del 25%, de las exportaciones de la provincia. Ayer, el grupo explicó que se ha visto abocado a parar la fundición de cobre y la línea de fabricación de alambrón.

Lineales de leche prácticamente vacíos en un supermercado de la capital.

«Esta crisis nunca antes vivida, ni siquiera durante el periodo de confinamiento en la pandemia, compromete seriamente a un sector esencial, ya que los productos elaborados por el Grupo Cunext están clasificados como esenciales por ser indispensables para la transmisión de energía, lo que podría llegar a afectar al suministro», advirtió la empresa.

Desde el grupo empresarial, incidieron en que esta situación afecta a toda la plantilla, es decir, a más de 350 empleos directos, y perjudica también a más de 1.200 empleos indirectos. «Debido a estas circunstancias, queremos destacar que no es posible predecir las consecuencias que se derivarán de las decisiones que nos hemos visto obligados a tomar, ya que esta situación imposibilita cumplir los plazos de entrega acordados con nuestros principales clientes tanto nacionales como internacionales», explicaron.

La misma situación se produce en otras grandes industrias de la ciudad, como Smurfit Kappa, que fabrica soluciones de embalaje de cartón. En la fábrica han dado directamente vacaciones a sus empleados porque se han visto obligados a cesar la producción casi por completo.

Camiones detenidos, ayer, en Córdoba.

Otra industria de calado de la provincia, la del frío industrial, avisa de que si continúa la situación tendrá que cesar la actividad. El director general de Efficold, Manuel Pastor, afirmó ayer que existen dos problemas: el primero, que no llegan materias primas para poder producir, y el segundo, que lo que se produce no sale de la fábrica. Esto último provoca, a su vez, un problema de espacio que ya viven en esta empresa lucentina, la producción se acumula por no encontrar salida. Es más, según concretó Pastor, desde el sábado pasado tienen ocho camiones completamente cargados sin que hayan podido salir a la carretera.

De momento, en Efficold no van a parar del todo la producción, aunque sí vaticinan que para la semana que viene no van a poder trabajar al 100%. «Aguantaremos una semana», avisa Pastor, que añadió que, de no actuarse rápidamente, se va a paralizar prácticamente toda la actividad.

Y todos estos problemas los resumió el presidente de CECO y de la Cámara de Comercio, Antonio Díaz, en una palabra: «Colapso». Es más, Díaz avisó de otro sector que paralizará la actividad la semana que viene, el de la aceituna de mesa, y lo hará en toda Andalucía.

Díaz señaló directamente a la plataforma que convoca la huelga. «No sé cuál es el concepto jurídico de una plataforma», se preguntó el presidente de CECO, que recordó que esta huelga se realiza «al margen de la patronal, que es la que representa a las empresas del transporte de mercancías».

Escolta policial

«Para garantizar el flujo de distribución de materias primas y productos esenciales en la cadena alimentaria». Así explicaba ayer la Guardia Civil el amplio despliegue ejecutado por sus agentes en algunos operativos de la provincia. Lo hicieron, por ejemplo, con Covap, aunque como recordó el Instituto Armado, se recogen las peticiones de distintas empresas para atender «el derecho al paro de parte del sector del transporte y el derecho al trabajo de los transportistas que así lo deseaban».

Ese dispositivo policial está formado por unos 1.000 efectivos, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional. Lo explicó ayer la ministra de Justicia, Pilar Llop, en una visita a Córdoba, junto a la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela. Según la ministra de Justicia, los efectivos desplegados tienen el objetivo de «garantizar el transporte a supermercados y cadenas de suministros», además de «proteger a quienes no están de acuerdo con la huelga».

Por otro lado, varias familias de transportistas se concentraron a las puertas de Mercacórdoba para mostrar su apoyo a los trabajadores.

Concentración en Mercacórdoba de familiares de transportistas.