Más allá de las curiosas imágenes que la calima está dejando este martes en Córdoba, los efectos que sobre la salud tiene este polvo africano en suspensión no se pueden obviar. Lo explica a este periódico el jefe de la Unidad de Neumología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, Francisco Santos, que apunta directamente a las personas que padecen alguna patología respiratoria, como asmáticos, enfermos de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o con enfisema.

Las partículas que ahora inundan el aire cordobés pueden afectar también, de mantenerse en el tiempo, a personas sin patologías excesivamente graves, como a los alérgicos, causando irritaciones en ojos o nariz.

El doctor Francisco Santos detalla que entre esas partículas predomina el sílice, una sustancia "peligrosa para la salud". Es más, los niveles máximos a los que podría estar expuesta una persona dentro de este ambiente hablan de 50 miligramos por metro cúbico para no pasar a un estado que entraña peligro, ahora, esos niveles se superan y mucho.

El jefe de Neumología del hospital cordobés apunta que el peligro existe, sobre todo, si esta situación se mantiene en el tiempo. Por ello, explica una serie de pautas a seguir para estar protegidos dentro de lo posible.

¿Cómo reducir los riesgos de estar expuestos a la calima?

El doctor Santos recomienda reducir la actividad física realizada en el exterior, especialmente a las personas mayores y a aquellas que padezcan alguna enfermedad cardiovascular.

También explica que es aconsejable no ventilar abriendo ventanas y puertas, es más, dentro de lo posible, lo óptimo sería tener las ventanas de las viviendas cerradas.

El uso de la mascarilla, extendido desde la pandemia del coronavirus, es muy positivo para estos días. Eso sí, debe ser una mascarilla FFP2 bien colocada.

Una vez pase este fenómeno meteorológico, a la hora de limpiar el interior de las viviendas del polvo que haya podido acumularse, el experto pide que no se usen ni plumeros ni escobas que harían que ese polvo se dispersara de nuevo por el aire. Lo recomendable es aplicar humedad, es decir, quitar el polvo con fregona o con paños mojados.