«Estamos desesperados. Los precios ya están en unos niveles que nadie imaginaba», afirma Miguel Ruano, presidente de la Asociación Provincial de Autónomos del Taxi de Córdoba (Auttacor), al ser preguntado por el impacto del encarecimiento de los combustibles en el sector. «Estamos muy preocupados, porque no parece que tenga fin a corto plazo. La última subida fue de cerca de 20 céntimos del tirón. Si no hubiéramos subido la tarifa, estaríamos trabajando solo para pagar el combustible», lamenta.

El precio de los carburantes roza los dos euros por litro, tanto para la gasolina 95 como para el gasoil, en las estaciones de servicio más caras de la provincia, aunque los taxistas pueden adquirirlo a un coste más económico en el Centro del Taxi, donde se vende sin margen comercial. Pese a esta ventaja, Miguel Ruano explica que hace seis meses el coste del litro de gasoil rondaba un euro y en estos momentos se sitúa en torno a 1,60 euros. Por tanto, para un depósito de 60 litros, supone una subida de 36 euros. Si se realizan diez suministros mensuales, el profesional abona 360 euros más que antes y la factura puede superar los 700 euros, por lo que «casi duplica los precios que teníamos no hace mucho». «Encenderemos una vela cuando llamemos al proveedor», bromea el presidente de Auttacor.

Esta situación puede afectar, incluso, a la manera de prestar el servicio, ya que «circular en vacío se está convirtiendo en un modo prohibitivo. Si le das una vuelta a Córdoba de cinco kilómetros, te has gastado el beneficio del servicio», puntualiza.

En el 2022, las tarifas han subido un 2,98% y el presidente de Auttacor apunta que los precios «soportan muy difícilmente los envites de los precios del combustible». Así, comenta que esperan reunirse con la dirección de Movilidad de la Junta de Andalucía para buscar soluciones y alude a «reivindicaciones históricas» como la implantación del gasóleo profesional.

En el caso del transporte de mercancías por carretera, el escenario es diferente. El presidente de Atransmerco, Tomás Aranda, señala que «estamos soportando el incremento, pero, en parte, lo estamos repercutiendo a nuestros clientes porque si no, no podríamos salir a la calle».

En el marco de esta actividad, la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte ha convocado un paro nacional indefinido a partir del 14 de marzo. Tomás Aranda explica que esta movilización ha sido impulsada por los profesionales autónomos y recuerda que en España hay más trabajadores por cuenta propia que empresas, pero «ellos no tienen fuerza para repercutir los precios». En esta línea, alude a la última huelga convocada por el sector el pasado diciembre y destaca que «se consiguieron las reivindicaciones», entre las que se incluía la posibilidad de que las empresas repercutan la subida de costes a los clientes.

Sin embargo, aclara que los autónomos «no pueden repercutir lo que le supone la subida y no pueden funcionar». En su opinión, «ahora mismo tendría que estar todo el mundo en la calle por la subida de los precios».

Otro sector afectado por el incremento de los carburantes es el de las autoescuelas y el presidente de la patronal, Rafael Cruz, asegura que «estamos impactados, no nos esperábamos esta subida tan brutal». De esta forma, estima que el precio que se abona para obtener el permiso B «tendría que subir entre un 15% y un 20% por estos incrementos de los precios de la energía», y recuerda que «los precios de las autoescuelas llevan sin subir en Córdoba desde el 2016, pero en estos días tendrán que incrementarse una media de dos o tres euros las clases prácticas».

Cruz entiende que, a pesar de que «hoy día es muy barato sacarse el carné, las familias tendrán menos poder adquisitivo y habrá menos alumnos», una situación que «puede poner en riesgo la viabilidad de algunas empresas», avanza.