El peso de las mujeres en el mercado laboral es cada vez mayor. No queda otra. Los avances son evidentes porque antes también lo era una posición de inferioridad que aún hoy en día lucha por desterrarse. A las puertas de celebrar el Día Internacional de las Mujeres, cuyo objetivo básico es alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres, las cifras todavía demuestran que queda mucho camino por andar.

A nivel provincial, y analizando únicamente la última década, hay varios datos que llaman la atención porque en casi todas las comparativas (paro, salario, firma de contratos...) la mujer sale perdiendo. Los avances, eso sí, están ahí. Por ejemplo, en los últimos diez años la brecha salarial se ha reducido más de un 22%, pero aún sigue siendo demasiado acusada.

La mujer en el mercado laboral. R. AZAÑÓN

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Según el último informe del Mercado de trabajo y pensiones de la Agencia Tributaria, actualizado hasta el año 2020, las mujeres cordobesas cobran al año, de media, 13.725 euros. Este salario supone un incremento de un 15,13% desde el 2010, es decir, que el salario femenino cordobés ha avanzado durante la última década. Y lo ha hecho, además, por encima del de los hombres. Según los últimos datos registrados, en la provincia de Córdoba los hombres cobran de media 17.041 euros anuales, que supone una subida de un 5% en una década.

Sin embargo, a pesar de crecer a mejor ritmo, los sueldos de las mujeres todavía quedan muy lejos de los de los hombres. Concretamente, en Córdoba una mujer cobra 3.316 euros menos al año que un hombre. ¿En cuánto se ha reducido la brecha salarial en una década? En apenas 945 euros.

En Córdoba una mujer cobra 3.316 euros menos al año que un hombre

La secretaria de Empleo, Igualdad y Políticas Sociales de UGT Córdoba, Francisca Haro, advierte que con este ritmo «harían falta dos décadas más para acabar con la brecha salarial». Como no existe una varita mágica para saber la solución a este problema, Haro entiende que habría que empezar por una «red social amplia» y un «refuerzo de los servicios públicos». La clave está en la corresponsabilidad y en que no sean siempre ellas las que renuncian a trabajar por cuidar de los hijos o las personas dependientes. En este sentido, las cifras también son claras. A nivel nacional, porque este dato no está provincializado, en el 2020 286.100 mujeres se redujeron la jornada por cuidado de dependientes, mientras que lo mismo hicieron 19.500 hombres. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) exponen, por lo tanto, que dentro de los ocupados a tiempo parcial (y que tienen esta jornada por cuidar de personas a su cargo), el 93,6% eran mujeres y el 6,4% hombres. Esto ha mejorado ligeramente en la última década, porque en el 2010 eran el 2,2% de los hombres y el 97,8% de las mujeres. Sí existen datos provincializados con las excedencias por cuidado de familiar. El año pasado en Córdoba se pidieron 338 excedencias de este tipo, 206 las pidieron mujeres y 102, hombres.

Más paro y menos contratos

Las mujeres siguen sufriendo más paro y también firman menos contratos que los hombres. En la última década el desempleo se ha reducido entre las mujeres, pero también lo ha hecho entre los hombres, sin que eso llegue a limar las diferencias entre ambos. Atendiendo a la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre del 2021, la tasa de paro en la provincia de Córdoba era de un 17,35%, bastante inferior a la de hace una década, cuando superaba el 31%. Los que han conseguido reducir en mayor medida esta tasa han sido los hombres, que han pasado de un nivel de paro del 28,65% a un 13,9%. En la población femenina esta tasa también ha caído, pero menos, y además sigue estando muy por encima de la de los hombres. A finales del año pasado la tasa de paro en mujeres en Córdoba era del 21,47%.

Llama también la atención el tiempo que las cordobesas están demandando empleo. Según los datos del Observatorio Argos, de febrero de este año, dentro de las mujeres el grupo más amplio de demandantes de empleo son las que llevan más de un año buscando trabajo, mientras que en los hombres el porcentaje más señalado es el que está menos de tres meses.

La secretaria de Empleo de CCOO, Ana Belén Acaiña, cree que la mejora que pueda intuirse en ese peso de la mujer dentro del mercado laboral realmente no existe, dadas las claras diferencias que hay entre hombres y mujeres. Para Acaiña, la clave está en «invertir mucho en políticas de empleo y formación» y también en los planes de igualdad, que existen, pero que «ahora tienen que cumplirse».

Por otro lado, además de sufrir más paro, las mujeres también firman menos contratos. De los 39.812 contratos firmados en febrero de 2022 en Córdoba, 14.831 eran de mujeres y casi 25.000 de hombres. En todos los sectores ellos se impusieron, excepto en el sector servicios, donde ellas son mayoría. Aquí está otra de las claves de esa radiografía laboral de la mujer: los empleos feminizados.

Empleos feminizados y techo de cristal

Tanto Haro como Acaiña señalan que hay profesiones que están claramente feminizadas y que, además, tienen en común unas condiciones laborales bastante cuestionables. La limpieza o la dependencia son dos claros ejemplos de esos empleos feminizados. También la enfermería, con mejores condiciones laborales cuando se pertenece al sector público.

Y de la misma forma que hay empleos femenizados, también los hay masculinizados. La industria, la ingeniería o la construcción son sectores copados por hombres y donde la presencia femenina en ocasiones es anecdótica. 

«Hay que darle la vuelta a estas cifras», entiende Haro, que recuerda que además unas condiciones laborales peores derivan en unas pensiones mucho más bajas. Por su parte, entiende Acaiña que aquí hay un componente educacional muy fuerte y apunta que «hay que enseñar a nuestros niños y a nuestras niñas que los trabajos los pueden desempeñar hombres y mujeres».