La actualidad la copa el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ¿qué mensaje puede enviar en estos momentos?

Con la guerra no ganamos nada y podríamos perderlo todo. Con la guerra, es mucha gente la que muere, la que sufre, la que es desplazada. Los hombres deberíamos entendernos con la palabra, para eso existen las instituciones, la diplomacia. La guerra interrumpe la relación diplomática de los países. Le pido a Dios que entre en el corazón de los hombres y nos haga constructores de paz. Bienaventurados, dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos son llamados hijos de Dios.

El próximo miércoles arranca la Cuaresma, ¿espera que pueda vivirse con total normalidad?

Las líneas fundamentales de la Cuaresma, que son la oración, el ayuno y la limosna, las hemos podido vivir también el año pasado y el anterior, quizá más que nunca porque estábamos con la pandemia. En cuanto a las expresiones de piedad popular en la calle, eso ha estado impedido, y no por nosotros, porque los cofrades estaban deseando, sino porque las autoridades dijeron que no era prudente y todos lo entendimos. Ahora, sin embargo, las autoridades nos dicen que sí, que podremos y estamos encantados. Es como cuando a los niños los tienes recogidos porque no se puede y un día los sueltas, lógicamente se ponen más contentos. Yo creo que este año, si no llegamos del todo a la normalidad, espero que podamos alcanzar unos niveles aceptables.

Y tras la Cuaresma, la Semana Santa.

Sí, todas las cofradías se están preparando para una normalidad de una Semana Santa recuperada. El año pasado no pudimos y el anterior tampoco, espero que en este 2022 sí podamos tener la Semana Santa con cierta normalidad. No sé qué medidas cautelares hay que tomar, ya nos lo dirán las autoridades. Por parte nuestra, incluso, con más fervor porque hemos estado contenidos y ahora viene una expresión más fuerte o más intensa de lo normal.

¿Podrán usar las hermandades la denominada segunda puerta? Ya ha dicho que la Catedral necesita una puerta para las procesiones.

Sí, y no es un capricho ni ir en contra de lo que está hecho, que está muy bien hecho, ni tampoco el capricho de decir «pues ahora no». Se hizo con todas las de la ley, se pidieron los permisos que hubo que pedir a partir de una necesidad. Si la estación de penitencia de las hermandades y toda la Semana Santa de Córdoba confluye en la Catedral, cosa que nadie discute de que es un logro, no se puede hacer con una puerta, hay que hacerlo con una y otra. Se necesita otra puerta. Se pidieron los permisos, se concedieron los permisos, se abrió la puerta y conozco la sentencia que dice que no se hizo legalmente, pero por parte de quienes dieron los permisos, no por parte nuestra, que lo hicimos todo legalmente. Ahora esperamos que se pueda llegar a un entendimiento para satisfacer la justicia que nos da esa sentencia.

«Si nos quieren quitar la Catedral, tienen que hacer una ley distinta»

¿Está preparado el Cabildo para restituir la celosía de Rafael de la Hoz si así se determinara por parte de la justicia?

Está preparado para hacerlo, pero materialmente es muy difícil porque una vez abierta la puerta hubo que romper la estructura, habría que hacer una nueva, ya no aquella. Pienso que el Cabildo ha presentado una solución más integral, que es la restauración íntegra de la fachada norte, que es la más deteriorada. De esta manera cumpliríamos las exigencias de la justicia, responderíamos a la necesidad de los cofrades y de la Semana Santa, y el Cabildo está para eso, para servir, no está para salirse con la suya o hacer cualquier otra cosa que esté mal.

Esa solución integral para el muro norte del templo, recogida en el plan director presentado hace unos meses, ¿contempla la retirada de alguna celosía más?

El objetivo es, sobre todo, garantizar el muro entero, que es el más deteriorado por la lluvia, los vientos, etcétera. Eso está todo expresado en el plan director, que necesita el reconocimiento de las autoridades. Está estudiándose ahora en Cultura. Por tanto, el plan es público, se puede acudir a él, pero no es definitivo hasta que no lo apruebe la consejería. Y será, por tanto, la consejería la que dé una solución integral. Incluye la puerta para la Semana Santa, no sé si más o menos puertas de las que hay, pero la de la Semana Santa la incluye. La puerta se sitúa en el contexto de toda una fachada que hay que restaurar y reforzar, está dentro de la restauración que habitualmente se hace en la Catedral.

¿Hay fechas marcadas para tener el plan director aprobado?

Una vez presentado en tiempo y forma, suele tardar como un año. Si hay alguna dificultad, lo alargarán, pero hasta el año que viene por estas fechas no tendremos noticia de cómo va a quedar.

¿Qué opina del movimiento que reclama la titularidad pública de la Mezquita-Catedral?

Creo que en este punto hemos agotado todos los trámites. Por una parte, lo último que ha dicho el Parlamento acerca de este punto es que la Iglesia ha inmatriculado legítimamente, legalmente, la Mezquita-Catedral. Hay que tener en cuenta que la inmatriculación no da la propiedad, sino que la inmatriculación reconoce la propiedad, por tanto, la propiedad es de la Iglesia durante ocho siglos y eso es indiscutible. Algunos lo han puesto en duda, pero este resultado de las listas de inmatriculaciones deja en evidencia que si nos quieren quitar la Catedral, tienen que hacer otra ley distinta totalmente a la legalidad actual.

«Conozco la sentencia de la segunda puerta, nosotros lo hicimos todo legalmente»

El Gobierno y la Conferencia Episcopal llegaron a un acuerdo en el que se incluían hasta 1.000 bienes inscritos erróneamente por la Iglesia a nivel nacional, ¿por qué se cometieron esos errores?

Primero, la lista fue dada por el Gobierno a la Conferencia Episcopal. La Conferencia Episcopal punteó uno por uno y descubrió que había errores. El error pudo ser del Gobierno, pudo ser del registro, de quien no era es de la Iglesia, eso está claro. La Iglesia lo único que hizo fue decir: «Oiga, que me ha dado usted un poco más». Ponía un obispo este ejemplo, es como si vas a comprar una cajetilla de tabaco y te dan el doble de la vuelta que tenían que darte y vuelves a decir: «Oiga, que me ha dado usted más, se habrá equivocado». Eso no es devolver, eso es reconocer honradamente que me han dado más de lo debido, pues igual. Que el huerto de la casa del cura de Valenzuela sea o no sea de la Iglesia, porque son detallines así, pues se corrige y ya está. Pero con ello la Iglesia no devuelve nada, si no era suyo, al contrario, ha sido honrada al decir que eso no fue nunca suyo. En relación con las propiedades en la provincia y en la diócesis de Córdoba, que se publicó el documento, se da uno cuenta de que han sido errores, simplemente, materiales, de inscripción y eso tiene arreglo con buena voluntad. Todo tiene arreglo menos decir que la Iglesia devuelve lo que no es suyo, esa no es la actitud que tuvo la Conferencia Episcopal, sino al contrario, dice: «Me ha apuntado usted inmuebles que no son nuestros».

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en uno de los pasillos del Palacio Episcopal. A. J. GONZÁLEZ

Los ingresos del Cabildo han caído debido a la pandemia del coronavirus, ¿se dibuja algún horizonte temporal para recuperarse?

Ha pasado en todas las familias, que si los ertes, que si el paro… pues también la Iglesia es una familia de familias y hemos tenido ese parón. Yo no sé cuánto tiempo tardaremos en normalizarlo o en recuperarnos, pero hay buenas expectativas, ya para este año 2022 podremos llegar a la normalidad en ese sentido. Cuando uno se normaliza económicamente, se pueden atender todas las demandas que tiene el Cabildo. El Cabildo sostiene muchas iniciativas de la diócesis. La diócesis de Córdoba tiene la gran ventaja de tener un Cabildo que sostiene sus iniciativas. Obras sociales, de caridad, el albergue de transeúntes… podría citar y no terminar. Esas obras no han sufrido detrimentos, el Cabildo ha procurado que todas las obras sociales se mantengan tal cual, porque los pobres no pueden sufrir más a causa de la pandemia, que bastante tenemos. Para eso ha hecho esfuerzos en otros campos, de reducción de gastos de restauración o de proyectos que tenía en mente y se han aplazado. Si nos reponemos en este año 2022, ya podemos pensar que el presupuesto del 2023 sea normalizado.

El informe de libertad religiosa presentado el año pasado en Córdoba apuntaba hacia una limitación desproporcionada de los cultos religiosos durante la pandemia por parte de los gobiernos, ¿cree que fue así?

En Córdoba, no. En Córdoba, las autoridades civiles fueron muy abiertas y comprensibles. Y las religiosas, el Obispo o el Consejo Episcopal dijimos: «Aquí no se cierra nada, aquí está todo abierto y si la gente no puede venir, no puede, lo comprendemos, pero que no sea porque nosotros lo tenemos cerrado». Desde el día en que se decretó el estado de alarma, y, por tanto, el confinamiento, celebré misa todos los días en la Catedral y era transmitido. Por toda España me dicen que era la misa que seguían durante la pandemia, me hice famoso por esa misa, no lo pretendía. En la Catedral todos los días había cinco, seis u ocho personas, la Policía también entró varias veces a ver si lo estábamos haciendo según la normativa y lo hacíamos según la normativa. Igual que en la Catedral, en todas las iglesias de todas las diócesis, quizá con alguna excepción, se caracterizaron por no haber cerrado nunca. Además, en el segundo o tercer decreto de alarma se podía salir a los trabajos esenciales y consulté a la subdelegada del Gobierno y al delegado de la Junta de Andalucía si se consideraba trabajo esencial el trabajo del sacerdote atendiendo a sus fieles y contestaron minuciosamente que sí, que se consideraba esencial. Esa pregunta no se había hecho en toda España y la respuesta tampoco. Por lo tanto, la elevé a las autoridades de la Conferencia Episcopal y la difundieron por toda España. Córdoba en eso fue ejemplar, primero en no cerrar y segundo, en que las autoridades reconocieron que el trabajo que hacía la Iglesia a través de sus sacerdotes era esencial.

«Decir que la vida es más importante que la opción de decidir hoy es muy contracultural»

Muchas de sus cartas semanales causan revuelo y, en no pocas ocasiones, polémica. Ha hablado sobre el aborto o la eutanasia. ¿Se considera un obispo polémico?

(Ríe) Soy bastante tranquilo, no me gusta la polémica. Pero hay cosas que son contraculturales. Decir que la vida es anterior y más importante que la opción a decidir sobre un embarazo o no, a día de hoy y en las circunstancias actuales, es muy contracultural, pero no dejaré de repetirlo. Creo que hace mucho bien a mucha gente e, incluso, hace bien a los que le sienta mal porque se lo recuerdas y, aunque de pronto se revuelvan, uno tiene experiencia ya. Como un padre que tiene experiencia con sus hijos, hay veces que le corrige y ese hijo se revuelve, pero luego cuando pasa el tiempo, el hijo dice «ay, qué razón tenía mi padre que me decía las cosas que me tenía que decir». No soy polémico ni me gusta la polémica, pero sí que soy pregonero del Evangelio y no tengo que ser perro mudo ante el Evangelio y, sobre todo, ante la vida, que es algo sacratísimo.

La Conferencia Episcopal ha encargado una investigación a un bufete de abogados para investigar los abusos sexuales cometidos por representantes de la Iglesia y de las órdenes religiosas en España, ¿llega tarde este paso?

La Iglesia es la institución que más ha hecho, más está haciendo y que más hará por este tema que es la defensa de las víctimas, estar a su lado y acompañarlas. No hay ninguna otra institución que haya hecho eso. Es verdad que cualquier acto cometido por un sacerdote en este sentido es gravísimo y eso la Iglesia lo reconoce y públicamente pide perdón continuamente. Desde el Papa hasta el obispo que le habla. No es verdad que la Iglesia no haya hecho en este campo nada, está haciendo y mucho desde que el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto, y ahora el Papa Francisco, nos han dicho que tolerancia cero, que vamos a crear espacios seguros y lo estamos haciendo a nivel pedagógico, a nivel de formación y eso no suele salir en la prensa. Ahora se constituye una comisión para evaluar y valorar y, sobre todo, transmitir a las víctimas que no tengan miedo de presentar su caso en la Iglesia. La diócesis de Córdoba, y todas, han habilitado una oficina, un correo y un teléfono para que si alguien se siente herido y necesita ayuda queremos acompañarle, pedirle perdón y que no suceda más. El que la Iglesia se tome en serio este tema debiera ser pauta para que las instituciones y la sociedad también se lo tomen en serio.

«Soy pregonero del Evangelio y no tengo que ser perro mudo, sobre todo ante la vida»

¿Entiende que se genere polémica al conocerse que uno de los abogados encargados de ese bufete pertenece al Opus Dei?

No. Cuando se genera polémica es porque se pone en duda la profesionalidad del bufete y el bufete tiene un reconocimiento profesional público y notable. No vamos a buscar a otras personas si las personas conocidas, competentes en su profesionalidad, pueden hacerlo. Habrá que esperar a ver qué criterios objetivos emplean para ser más o menos creíbles en su trabajo. Espero que sea 100% creíble puesto que han demostrado que son capaces de hacerlo bien.

¿Irá la Iglesia hasta el final en este asunto?

¿Cuál es el final?

Expulsar de la institución a quienes se consideren culpables de cometer abusos sexuales.

Ya se hace, se viene haciendo desde hace más de quince años. En el campo de la pederastia la Iglesia es la única que ha tomado medidas drásticas y desde luego va a la cabeza de la sociedad, también le corresponde porque tiene que ser un ejemplo ético y de buenas prácticas. Lo que se va haciendo no es que sea una novedad que antes no se ha hecho. ¿Y las instituciones pedagógicas?, ¿y las sociales?, ¿y las deportivas?... que es ahí donde se produce el máximo contingente de abusos, ¿qué están haciendo? La Iglesia iremos abriendo camino y otros lo seguirán.