Vasyl Mamrai es un profesor de la Universidad Politécnica de Zhytomyr (Ucrania), situada a 140 kilómetros de Kiev, especializado en minería a cielo abierto (Big Open Mining). Llegó a Córdoba el domingo pasado para dar clase durante una semana en la Escuela Politécnica de Belmez, invitado por la Universidad de Córdoba, pero sus planes se han ido al traste después de la invasión rusa. "Recibí la primera llamada de mi hermana a las cinco de la mañana, me dijo 'Vasyl, ha empezado la guerra'". La zona de la que procede ha sido bombardeada, pero su familia se encuentra bien. "Las mujeres y los niños se han ido a una zona de campo alejada de la ciudad y mis hermanos se han ido al frente". Dos de ellos son militares profesionales, el resto de familiares hombres se han unido a la guerrilla organizada para defender el territorio con los escasos medios de que disponen. El vuelo de Vasyl se ha cancelado y ahora mismo no puede volver a Ucrania. "Me quedaré en Córdoba al menos un par de días para seguir la evolución del conflicto y luego no sé qué haré. Intentaré volar a algún país próximo como Polonia o Eslovaquia, pero aún no estoy seguro de poder llegar a Ucrania desde allí".
La Universidad de Córdoba le ha ofrecido apoyo y la posibilidad de quedarse más tiempo, pero quiere volver. "Si puedo volver, me uniré a la guerrilla, por supuesto". No tiene experiencia militar, pero no duda en que debe estar ahí. "Soy profesor, pero qué podemos hacer, toda mi familia está luchando y no son militares profesionales, no tenemos a nadie que nos proteja, no podemos elegir, hay que hacerlo, se trata de vivir o morir. Aquí la gente está a salvo, pero en Ucrania no".
Vasyl está en contacto con sus colegas de la Universidad. "Me dicen que ha habido bombardeos en una base militar muy cercana en la que han muerto al menos cinco personas ya, en la ciudad todo el mundo se está preparando para el ataque esa zona está en peligro y se van a proteger como sea", afirma convencido.
"Si lo hubiera sabido, no me hubiera ido a ninguna parte"
En los últimos ocho años, relata, la situación en Ucrania ha sido muy complicada. La tensión ha tenido altibajos, según el momento y la se ha ido acostumbrando a vivir en estas circunstancias como si fuera normal". Pese a la escalada de violencia de Putin, asegura que "nadie podía imaginar que Rusia nos declararía la guerra de este modo. Si lo hubiera sabido, no me hubiera ido a ninguna parte, nos hemos acostumbrado a la provocaciones de Rusia, pero no estábamos mentalizados para algo así, nadie creía que nos atacarían desde todos los frentes y en especial desde Bielorrusia, que es una espada de Damocles para nosotros en este momento. Con Rusia siempre ha habido conflicto, pero Bielorrusia para nosotros es como Portugal para España".
Vasyl se niega a ver a todos los rusos como al enemigo. "Yo trabajo en la Universidad, en el departamento de Relaciones Internacionales, y hemos estado en contacto con universidades y personas de Rusia, separando lo que son las autoridades rusas de las personas rusas", explica, "sé que hay rusos que no son buenos, pero también hay gente normal, ellos no son nuestros enemigos y no queremos ser enemigos de ellos, aunque haya quienes se dedican a hacer propaganda en las redes contra nosotros y nos odian".
"No esperamos nada de Europa, es demasiado tarde"
Para este profesor, Europa llega tarde a intentar ayudar. "No esperamos nada de Europa, si querían ayudarnos, deberían haberlo hecho hace ocho años, cuando empezó el conflicto, no solo Europa, sobre todo, EEUU y Reino Unido". Recuerda que Ucrania firmó el Memorandum de Budapest. "Entregamos nuestras armas nucleares y estos países se comprometieron a protegernos y garantizar nuestra soberanía, pero ese documento no ha servido de nada, tendrían que haber hecho algo hace ocho años, ahora es demasiado tarde para nosotros, todo depende ya de nuestro ejército y nuestra gente". En su opinión, las sanciones económicas que ponga Europa, "no harán Putin pare, quizás tengan algún efecto dentro de un tiempo, pero nuestra gente está muriendo ahora".