Con los contagios por coronavirus en retroceso tras el despegue de casos provocado por la sexta ola, la Junta de Andalucía se está empezando a plantear seguir dando pasos hacia la normalidad y el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha anunciado que el siguiente paso será la eliminación de las mascarillas en las aulas de los colegios, algo que podría producirse antes de la Semana Santa. 

Según Aguirre, «es algo que se está valorando ahora tras el análisis del informe de la Sociedad Española de Pediatría», por lo que estima que será una de las cuestiones que se aborden en las próximas reuniones del consejo interterritorial para que la medida se lleve a cabo de forma coordinada en todas las comunidades autónomas.  

Aguirre insistió en que «no hay que correr demasiado antes de tiempo». Por otro lado, tras recordar el elevado porcentaje de población andaluza vacunada, valoró que bajar la cuarentena a cinco días es medida que podría ser «prematura en este momento debido a la cifra de positivos e ingresos hospitalarios, que confían en que siga bajando en las próximas semanas. 

Los docentes coinciden con Aguirre en que cualquier paso debería realizarse con cautela «y sin precipitaciones». Los docentes de Córdoba consultados indican que «en la comunidad educativa hay opiniones dispares», si bien la mayoría destaca que «en los colegios e institutos siguen produciéndose a día de hoy nuevos positivos», por lo que esperan que la Junta adopte una medida de este calibre «cuando los contagios se acerque lo máximo a cero para que no se traduzca en un nuevo foco de transmisión de casos».

Esperar a las vacaciones de Semana Santa

En esta línea, el máximo responsable de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía en Córdoba, Antonio Erencia, afirma que «como ha dicho el consejero Aguirre en una parte de su intervención, deberíamos ser prudentes». En su opinión, «es cierto que tenemos un amplio porcentaje de población estudiantil vacunada y que los casos han descendido notablemente en las últimas semanas, pero no han llegado a desaparecer del todo y el virus sigue conviviendo con nosotros». Para el representante de los directores de institutos, «para tomar este tipo de medidas, deberíamos esperar a ver el impacto que tienen las vacaciones de Semana Santa , donde de nuevo tendremos numerosos acontecimientos que propiciarán la concentración de mucho personal, y comprobar durante el tercer trimestre que efectivamente se consolida el descenso de casos y de contagios».

Por su parte, la responsable de CSIF Educación en Córdoba, Elena García, «no hay que apresurarse ni actuar sin datos objetivos». Insiste en que «sigue habiendo contagios en las aulas» y confía en que la supresión de las mascarillas en las aulas, que junto con otras medidas como la ventilación de los centros se han demostrado la principal garantía de seguridad frente al coronavirus «se lleve a cabo con mucha prudencia y garantizando la seguridad sanitaria tanto de los alumnos como del profesorado». En cuanto a la aplicación de la retirada de los tapabocas en los recreos, Elena García indicó que «todavía hay menores que salen al patio con la mascarilla puesta» y que no hay datos en tan poco tiempo para saber si su retirada ha provocado nuevos contagios. Lo que tiene claro es que «garantizar la distancia de seguridad entre los alumnos, sobre todo entre los más pequeños, es imposible», por lo que confía en que las mascarillas se retiren «cuando haya certeza de que no aumentará el riesgo en los centros escolares».

Los colegios, un reflejo de la calle

La situación que se vive estos días en los colegios de Córdoba en cuanto al volumen de contagios por coronavirus que se están registrando no difiere de lo que ocurre en el resto de la población. Según la enfermera escolar coordinadora de casos en la provincia de Córdoba, Inmaculada Algar, «los centros son solo el reflejo de lo que ocurre en la población general, por lo que el comportamiento del virus en este momento es idéntico». Esto supone que «el pico máximo de casos de esta sexta ola se registró a mediados de enero y desde entonces, la tendencia es decreciente» si bien aún siguen notificándose positivos en alumnos y docentes. Algar no se atreve a valorar el impacto que tendrá la no obligatoriedad del uso de la mascarilla en los recreos. «Esa orden es del 10 de febrero por lo que hace escasamente diez días de su entrada en vigor y es difícil en tan poco tiempo determinar si ha influido o no esta decisión en los contagios, más aún cuando estamos en plena bajada de la incidencia», detalla. 

En lo que sí insiste es en que las medidas que hasta ahora se han demostrado como más efectivas para controlar el avance del virus en las aulas son el uso de la mascarilla, el lavado de manos, la distancia social y la ventilación natural. Todas esas normas han sido claves en las diferentes olas para reducir los contagios desde que el alumnado volvió a la presencialidad y de momento, no se ha probado otro escenario, si bien Inmaculada Algar, que no entra a valorar la idoneidad de retirar o no las mascarillas, destaca que la vacunación, que en otras fases no había llegado a los menores, ahora resulta determinante «ya que está quedando demostrada su eficacia contra el coronavirus».