El Carnaval de Córdoba no tendría un carácter popular de no ser por el traslado de esta tradición a las calles, que pronto volverán a llenarse de color con las más variopintas ocurrencias. A la espera de las fiestas en la Corredera, las Tendillas y las barriadas, programadas para el último fin de semana de febrero, los cordobeses comienzan a idear sus vestimentas. Según las tiendas de disfraces, las series de televisión y el cine siguen calando hondo en el subconsciente.

Si los años anteriores las caretas de La Casa de Papel llenaban todas las estanterías, esta vez los uniformes de El Juego del Calamar se quedan con todo el protagonismo. Aunque hay opciones que nunca pasan de moda. "La verdad es que vendemos de todo, indios, vikingos y sobre todo nos preguntan mucho por El Juego del Calamar", comentan desde Moyano. Estos almacenes han experimentado una falta de abastecimiento debido al impacto del coronavirus en el transporte, por lo que las novedades que esperaban no han llegado y los accesorios de Halloween siguen ocupando gran parte del espacio.

Algo similar experimentan estos días en Juguetilandia, donde "normalmente vendemos siempre para las épocas del carnaval así que, aunque nos falte abastecimiento, hemos podido tirar de lo que teníamos de otros años", comenta el encargado del negocio. Allí se están acostumbrando a vender sobre todo para niños que quieren convertirse en superhéroes. "Es lo que más nos están pidiendo y, además de superhéroes, disfraces específicos que les hayan pedido para las fiestas de los colegios".

"¿La Casa de Papel? no, eso ya no lo piden", comentan en El Palacio de los Caramelos, donde han visto de cerca varios berrinches juveniles por no encontrar el disfraz deseado. "Nos están preguntando mucho por la protagonista de Encanto, de Disney; también por La Patrulla Canina o cualquier serie de dibujos de la televisión", explican. "Los padres le dan importancia a que los disfraces estén homologados, en vez de ser una imitación del personaje".

Ganas de fiesta

Un disfraz de cleopatra expuesto en Almacenes Moyano AJ GONZÁLEZ

Todos los comerciantes coinciden en el entusiasmo generalizado de los clientes por volver a las calles, lo que se traduce en unas buenas ventas comparado con los dos años anteriores. Para El Palacio de los Caramelos "todavía es pronto para tener datos sólidos porque hay mucha gente que espera hasta último momento para comprar los disfraces" y, en gran parte de los clientes, las promociones inciden en la elección de la temática. "Como tenemos dos por uno, si venía un grupo con una idea fija muchas veces terminan decantándose por otra opción", explica la encargada. Pese a todo, confían en acercarse a unos datos similares al año anterior a la pandemia.

"Lo que notamos, sobre todo, es que no es como los años anteriores, sino que la gente tiene ganas de divertirse, de salir a la calle", añaden en el establecimiento. De ahí que, en numerosas ocasiones, primen las ganas de divertirse por encima incluso de la temática o la referencia. Quienes no hayan planeado con cuidado su disfraz, no tendrán más remedio que conformarse con las opciones que queden en las tiendas a última hora, o con sacar los restos socorridos de Halloween o Navidad. También influyen notoriamente la comodidad del traje, así como la temperatura que vaya a hacer el día programado ya que, esta vez sí, las celebraciones salen de casa.

Las tendencias de comportamiento son impredecibles y no será hasta el estallido de esta fiesta en las calles cuando se vean los temas triunfadores del 2022. Sí permanecen invariables las ganas de evadirse cambiando por un rato una vida por las que aparecen en las pantallas