La última vez solo fueron dos, pero ahora son decenas las caras de arcilla que han vuelto a aparecer a modo de decoración, esta vez, en uno de los muros del parque de Ruth y José, en una zona escondida de la Ribera, junto al Molino de Martos.

A simple vista, da la sensación de que el o los autores de tan discreta intervención han debido retirar algunas piedras del muro para dejar hueco a su obra, que incluye rostros hechos con arcilla de distintos tamaños y expresiones, mujeres y hombres, dejando una singular huella artística efímera y anónima que ya tiene dos precedentes anteriores a la pandemia, ambos en el año 2019, primero en la Puerta de Almodóvar y luego en las escaleras que unen la plaza Santos Mártires con la calle de Caballerizas Reales, frente al Alcázar de los Reyes Cristianos.

Quien quiera que las coloque, cada vez busca lugares más discretos para su instalación y menos conflictivos desde el punto de vista patrimonial. Cabe recordar que la última vez la Gerencia de Urbanismo tuvo, que las detectó, abrió una investigación antes de proceder a retirarlas, ya que se encontraban en una zona protegida. Esta vez, puede que sobrevivan hasta que la el tiempo y las inclemencias meteorológicas las borre definitivamente.