Las residencias de mayores de Córdoba llevan dos años en alerta permanente, intentando surfear de la mejor manera cada una de las olas que la pandemia del coronavirus les ha puesto en el camino. Hogar habitual de la población más vulnerable frente al coronavirus, han tenido que plantar cara al covid-19, en ocasiones con muy escasas armas de protección, ante la mirada escrupulosa de la administración y las familias. Después de 20 largos meses y tres dosis de inmunidad tanto para los trabajadores como para los usuarios, se han convertido en un ejemplo de resiliencia y en la prueba fehaciente de que no hay mejor amortiguador para el virus que la vacuna. Isabel Yuste Cañero tiene 87 años y ha vivido toda la pandemia en la residencia Vitalia de Alcolea. «Yo ya pasé el covid cuando era covid, estuve muy malita, con fiebre, vómitos y de todo, pero sobreviví y aquí estoy para contarlo porque de todo salgo», bromea simpática, «gracias a Dios, ahora la cosa es más leve y hace menos daño». Ahora está pendiente de su nieta y su nuera, que han dado positivo, aunque confía en que a ellas les dé «flojito». Tras el encierro del confinamiento, está contenta de que en esta ola no se hayan suspendido las visitas, que a ella le dan la vida. «El fin de semana, lo pasaré con mi hija, que viene a por mí», relata, «yo tengo todas las vacunas ya, hasta la de la rabia», comenta entre risas. Ella no entiende a los negacionistas: «Hay que vacunarse, yo creo que hay que tener la cabeza demasiado cerrada para no hacerlo porque se trata de protegerse, aquí todos estamos vacunados con las tres dosis y bien». Antonia es una mujer de mundo, de mente abierta pese a su edad. «Yo estuve diez años viviendo en Australia y para montarme en el avión me pusieron todo tipo de vacunas, ¿no me voy a poner esta cuando la gente se está muriendo?». Espíritu alegre, dice que la residencia es su hogar. «Aquí se vive muy bien, yo soy de mucho comer y siempre pido que me llenen el plato hasta arriba, tengo muy buenos compañeros y me llevo bien hasta con la directora».

Antonia, encantadora usuaria de Vitalia Alcolea. | A. J. GONZÁLEZ

La directora de Vitalia Alcolea desde hace 14 años es Valle Carrillo, que de momento puede presumir de que en su residencia apenas ha entrado el covid en esta ola. «Ha habido dos casos de dos personas que volvieron del hospital por otros motivos, pero se aislaron y están bien», explica sin tapujos. «La residencia está sectorizada, tenemos los salones divididos por unidades de convivencia y demás», lo que no impide que el virus pueda entrar porque trabajadores y usuarios entran y salen. «Hace poco tuvimos unos cuantos empleados positivos y pasamos apuros porque sustituir a unos pocos de golpe no es fácil, por eso tenemos una bolsa grande», comenta. Valle prefiere no echar la vista atrás. «En las primeras olas, hemos pasado momentos muy duros, era aterrador porque había los abuelos asintomáticos un día y dos días después estaban gravísimos, apenas sabíamos nada del virus». Casi dos años después, «seguimos con el corazón encogido porque hay personas con muchas patologías y no te puedes relajar nunca, pero gracias a la vacuna, estamos un poco más tranquilos». Para ella, los mayores han demostrado ser «unos supervivientes y unos valientes» y aunque «están un poco cansados, entienden la situación perfectamente». Tanto los trabajadores como los abuelos echan de menos «las salidas de grupo, que apenas se han hecho desde que empezó la pandemia», pero confían en que «más pronto que tarde volverán».

El director general de Cuidados Sociosanitarios de la Junta de Andalucía, José Repiso, responsable de las residencias, considera que la sexta ola «ofrece un escenario muy diferente» que ha permitido relajar las restricciones de movilidad respecto a periodos anteriores pese al elevado número de contagios. «Las residencias de mayores son el hogar de muchas personas y no se les puede prohibir las visitas o las salidas porque hay que proteger la salud no solo física sino mental de todos ellos y sería injusto tenerlos encerrados», explica. En Andalucía hay 1.776 positivos en residencias y 42 hospitalizados. «Yo quiero mandar un mensaje de tranquilidad a las familias porque la vacuna está siendo eficaz y la sintomatología que presentan en esta etapa es mucho más leve que en otros momentos». En Córdoba, recuerda, «hay muchos centros con dos, tres o cuatro casos y eso nos tranquiliza porque significa que las medidas de sectorización se están cumpliendo y los positivos que se detectan se están aislando para frenar la transmisión». En su opinión, «es imposible que haya cero casos cuando en la calle hay miles de positivos, lo importante es actuar rápido y en general, se están haciendo las cosas bien».