Excepto por la icónica vista de la torre de la Mezquita-Catedral desde el interior, la Calleja de las Flores sigue sin desprender la belleza que le corresponde. El pasado octubre de 2021 este diario se hizo eco del mal estado en el que se encontraban partes de las fachadas de la calleja, con visibles agrietados, humedades y suciedad hasta en las paredes que envuelven la plaza del fondo. A principios de esta semana de enero, la estampa desmejorada todavía permanecía a excepción del gran resquebrajado de la entrada, al que ya pusieron remedio los propietarios de la vivienda correspondiente, y que ahora luce blanco e impoluto. El resto del entorno, sin embargo, permanece sin reparaciones. 

La delegada de Casco Histórico y Participación Ciudadana, María Luisa Gómez Calero, tuvo una reunión con Lourdes Martínez Bernar, presidenta de la Asociación de vecinos La Medina y secretaria de la Asociación La Judería, así como con los asociados para incidir en el hecho de que, por ley, los particulares deben hacerse cargo del arreglo de sus fachadas, sin que el Ayuntamiento tenga ninguna potestad salvo las ayudas de Vimcorsa, cuyo plazo para las solicitudes está abierto hasta el próximo 17 de enero. «Con estas ayudas cuantiosas, con requisitos que tratan de ampliar el abanico de los solicitantes, tratamos de cubrir la mayor parte del presupuesto de las reparaciones, así que no podemos más que instar a los vecinos a que arreglen sus fachadas», explica María Luisa Gómez. Sin embargo, cada propietario tiene una circunstancia distinta que parece retrasar los trámites.

Los filtrados de una tubería provocaron el hundimiento. MANUEL MURILLO

«El propietario vive en Málaga y no creo que sepa lo de Vimcorsa. De todas formas, pensaba pintar yo misma la fachada, aunque ahora no puedo asumir ese gasto», explicaba Patricia Martínez desde su tienda de zapatos y complementos, en plena Calleja.

Soledad Canals, dueña de la tienda de souvenirs Las Flores, frente a la fuente de la plaza de la Calleja, comentaba que «antes los vecinos pintaban sus fachadas ellos mismos, cada marzo, pero ahora con las viviendas turísticas ya no se hace» y señalaba el decadente estado de una antigua vivienda que será destinada a apartamentos turísticos pero cuyas obras se abandonaron al inicio de la pandemia y no han vuelto a reanudarse. Ocurre lo mismo con las obras del solar aparejado al hotel de la plaza y por las que los gatos campan a sus anchas. «Bueno, y menos mal que están los gatos para evitar que salga alguna rata de ese agujero», incidía la comerciante en relación al socavón abierto hace más de un año y al que se sigue sin poner remedio. Antonio Álvarez, delegado de Infraestructuras, explica el motivo.

Sadeco adecenta la Calleja en respuesta de un aviso. MANUEL MURILLO

Al parecer el hundimiento se debió a un problema en el enganche con el colector de aguas residuales, lo que provocó un vertido que debilitó el terreno. «Hemos tenido varias reuniones con Emacsa y no van a asumir la reparación porque la incidencia corresponde al desague del particular, por lo que debe arreglarlo él mismo», comentaba el delegado. En lo que respecta a la suciedad de la calle, con la incidencia de excrementos de paloma, de lo que ya dieron parte las asociaciones vecinales, el director del departamento de operaciones de Sadeco, Ángel Alba, respondía a este diario que la disminución de operaciones se debe a «las restricciones del uso del agua debido a la sequía», aunque tienen en cuenta los avisos ciudadanos, como demostraron los operarios al actuar ayer en la Calleja en cuanto recibieron el aviso.