¿Quién no ha dicho alguna vez un pego? Habrá quien diga: "Yo jamás". A tal afirmación un cordobés respondería que "no ni ná". Porque donde esté esta triple negación (no-ni-nada) que se quité un insulso "sí". Lo cierto es que la palabra pego da nombre incluso a negocios de la ciudad. Y, aunque los cordobeses se refieran con ella a una "tontería", no es mala idea usarla como marca publicitaria pues está a la orden del día en el habla cordobesa.

No son pocas las palabras y expresiones que en la provincia se crean y retuercen para dar lugar a un amplio vocabulario identitario. ¡La vín (virgen) cómo somos! Con esta lista, queremos recordar -o descubrir para algunos- y dar valor a la cultura popular que recoge el habla de Córdoba. Esperamos que no os parezca un pego -guiño-.

Una forma curiosa de llamar la atención

¡Cucha! ¡Aquí! Curiosa forma de llamar la atención, ¿no? Pues bien, así lo haría un cordobés sin saber muy bien de dónde procede la expresión pero consciente de su eficacia. Hay pocas referencias etimológicas. Según el diccionario de la Real Academia Española, en Chile se utiliza como una interjección para llamar a los gatos. En otros países latinoamericanos se utiliza para referirse a los amigos o los padres. Pero en Córdoba, donde se utiliza también como una interjección, quizás se acerque más al imperativo "¡escucha!".

Durante la conversación, o incluso a continuación del cucha, es frecuente escuchar un illo. El illo o illa puede que sea la palabra más pronunciada por un cordobés, ya que llega a repetirse varias veces en la misma frase. Este vocativo reduce a dos sílabas la palabra "chiquillo" y resulta frecuente entre amigos y conocidos. En otras provincias andaluzas pueden oírse variedades como el quillo o el io.

En el universo de las interjecciones es imprescindible el "ea" que da por hecho cualquier afirmación. Y aunque pueda parecer sacada de la manga, su origen se remonta al latín (eia). Como explica la RAE, se utiliza para "denotar alguna resolución de la voluntad, o para animar, estimular o excitar". Es decir, el "ea" es una invitación a continuar una acción o una muestra de acuerdo, entre otras cosas.

Unos adjetivos muy cordobeses

El cordobés tiene formas curiosas de definir a sus coetáneos. Probablemente algunas de estas palabras y expresiones se repitan en otros lugares de la misma forma o con alguna variación, pero resultan tan frecuentes en Córdoba que no deben quedarse fuera de esta lista. Aviso: La mayoría tienen un significado negativo, pero probablemente te saquen una risa.

Exclusiva de la provincia es la formación cordosieso o cordosiesa, la unión del gentilicio y la palabra "sieso". Este resulta un ejemplo de cómo el vocabulario ayuda a construir el cliché y así lo cuenta el antropólogo Carlos Cabrera en su tribuna abierta. En el mismo sentido -porque en Córdoba hay que tener gracia- el cordobés se refiere a quien carece de simpatía o más bien, como define la RAE, a la persona sosa como una esaboría. Esta expresión coloquial figura en el diccionario como "desaborido". Poca gracia tiene también el lacio, un adjetivo que en el caso de Córdoba no se usa solo, como es común, para definir el cabello. La Real Academia le recoge como algo "flojo, débil, sin vigor".

Un poco más allá va quien se refiere a alguien como fartusco o faltusco por tener pocas luces. No son pocas las expresiones que aluden a dicho juicio. Una de ellas hace gala, incluso, de un postre típico de la gastronomía cordobesa. Porque "tener un torrijazo" no es contar con una torrija muy grande, sino... Bueno, ya sabéis. En vez de eso, se podría "tener un plomillazo", que vendría a ser lo mismo.

El del mal carácter o quien hace las cosas de mala gana, por otra parte, es el malafollá en Córdoba. Es probable que esta persona pueda causar enrritación, la forma cordobesa de decir irritación. Ya sabéis, ese estado emocional que roza la ira. Una sensación que experimenta el que pasa un berrinche. Esta expresión coloquial consta en la RAE como una "irritación grande que se manifiesta ostensiblemente, y sobre todo la de los niños".

¿El mayor elogio?

Pero no todo iba a ser malo. Por el contrario, cualquiera puede sentirse satisfecho de ser una persona apañá (apañada). El apañao puede tener grandes habilidades, ser de valor, una persona que se presta a la complacencia de los demás o ser, como define también la RAE, agradable de aspecto. O, en el mejor de los casos, todo ello. ¿Puede haber mayor elogio en una sola palabra? Cabe decir que no solo se refiere a personas.

Pd: No confundir con un "vas apañado", con el que, irónicamente, el cordobés advierte que la otra persona se encontrará o se encuentra ante una situación, según el diccionario de la Real Academia, incómoda o difícil.

Estas son solo algunas de las palabras y expresiones populares más utilizadas por los cordobeses en el día a día. Fuera se han quedado muchas otras, pues la cultura y el habla de la provincia es inabarcable, pero nos ha quedado un artículo bastante apañao, ¿no?