Mayores ratios, fortalecer la atención primaria, mejores condiciones laborales y profesionales o más plazas en las facultades son algunas de las reivindicaciones que incluye el Decálogo justo e inaplazable de la enfermería cordobesa, elaborado por el Colegio de Enfermería de Córdoba. "Ya no queremos aplausos, queremos hechos, estamos cansados", ha apuntado el presidente en funciones del Colegio, Enrique Castillo.

Entre las demandas, destacan más número de enfermeras para ampliar la ratio enfermera - paciente de Córdoba que se sitúa entre las más bajas de España, según afirman desde el Colegio. "El exceso de presión y sobrecarga de trabajo pone al límite la capacidad de respuesta de las enfermeras y en riesgo a los pacientes", dice el decálogo. En concreto, Córdoba, con una ratio de 548 profesionales por cada 100.000 habitantes, es la 16ª provincia española con la ratio más baja, según el Informe de Recursos Humanos de Enfermería del Consejo General de Enfermería (CGE). Además, "la citada ratio cordobesa de 548 es un 40% menor que la ratio ideal de 917 enfermeras que considera la OMS", resalta Castillo.

En este sentido, el Colegio de Enfermería de Córdoba vuelve a reclamar a la Consejería de Salud y Familias la renovación de la totalidad de los contratos realizados por el SAS durante la pandemia, los llamados contratos covid, después de que más de 3.000 en toda Andalucía correspondientes a enfermeras no se renovaran el pasado 31 de octubre.

Por otro lado, reclaman mejores condiciones laborales así como profesionales. Afirman que las retribuciones "poco tienen que ver con la preparación y el nivel de responsabilidad exigido". En España el salario bruto medio anual (sin contar productividad) está entre los 26.000 euros y los 30.000 euros brutos anuales, según datos oficiales, por lo que los citados 27.571 euros colocarían a las enfermeras cordobesas por debajo de la franja media, y lejos de comunidades como el País Vasco, donde la diferencia supera los 5.000 euros brutos anuales. En la sanidad privada las condiciones son peores y los sueldos más bajos, situándose los más habituales entre los 1.200 y 1.300 euros brutos al mes, rondando la mayoría los 15.000 euros brutos anuales y en raras ocasiones alcanzando los 2.000 euros brutos al mes en 12 pagas. "No entendemos cómo haciendo la misma labor hay una diferencia tan importante", apunta el presidente del Colegio.

Por lo que respecta a la sobrecarga de trabajo, ésta es conocida por la propia sociedad cordobesa, ya que el 51,8% de los cordobeses considera que las condiciones laborales de las enfermeras son más duras que en la mayoría de las profesiones. Además apuntan que "es imprescindible poner freno a la temporalidad" porque esta situación provoca el éxodo de enfermeras a otras Comunidades y provincias que viene registrándose en los últimos años, y que se ha agravado a consecuencia de la situación derivada del covid.

Otra de las principales quejas recae sobre las especialidades, ya que, aseguran, hay especialistas que no están ejerciendo en su área porque no se desarrollan de manera real y efectiva especialidades reguladas como son Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona), de Salud Mental, del Trabajo, Familiar y Comunitaria, Geriátrica y Pediátrica, a la que se viene a sumar la de Cuidados Médico-Quirúrgicos. A esto se suma que "el número de plazas para Enfermero Interno Residente (EIR) son irrisorias", lamenta Enrique Castillo.

Impulsar la carrera profesional

En cuanto al reconocimiento de la carrera profesional, "Andalucía es una de las comunidades más duras y exigentes para optar a ello y esto provoca que muchos se queden en el camino de la preparación. A esto se le suma que solo pueden acceder a esta acreditación aquellas enfermeras que tienen plaza, dejando fuera a los interinos", comenta el también vicepresidente de la institución.

En este sentido, reclaman a la administración sanitaria que reconozca a las enfermeras dentro del grupo profesional A1, pue son en vano son profesionales con título universitario de Grado que cuentan, además, y en muchos casos, con una formación de postgrado de primer nivel. "Esto no solo tiene efectos retributivos -ya que el salario base de un A-1 está fijado para este año en 1.238,68 euros brutos mensuales, frente a los citados 1.071,06 euros-; sino que también impide el acceso a determinados puestos de responsabilidad y de gestión en la función pública", señalan.

Por todos los motivos que han expuesto, reconocen que se sienten "ninguneados". Entre diversas cuestiones, la Consejería de Salud y Familias ha olvidado, relegado o minusvalorado últimamente la voz y representatividad de la profesión en el diseño y desarrollo de la nueva Estrategia de Atención Primaria en Andalucía, en el plan de regreso a la atención presencial en los centros de salud puesto en marcha el pasado mes de octubre, en las nuevas Unidades de Gestión de Salud Pública que estarán integradas en los distritos sanitarios, y en la Comisión de Garantía y Evaluación de las peticiones de eutanasia, donde las enfermeras no cuentan con el mismo nivel de presencia que otras categorías profesionales.

"La enfermería está preparada para asumir puestos de responsabilidad"

Continuando con los reconocimientos también exigen los de ámbito sociosanitario, sobre todo, en las residencias de mayores que está provocando que las enfermeras huyan de este sector, con el problema que esto conlleva para el cuidado de nuestros mayores. "Es necesaria una mayor equiparación de estas profesionales respecto al resto de sectores, y no sustituir estos puestos de trabajo por otros perfiles que no tienen la cualificación ni las competencias que exige la atención a un mayor o a un paciente crónico", destaca la enfermería cordobesa.

En este decálogo de reivindicaciones no han dejado atrás la petición de más Atención Primaria y más prevención, no solo para unos cuidados de calidad y cuestiones diversas como las campañas de vacunación frente al COVID-19 y la gripe; sino también para el desarrollo de políticas de prevención y educación para la salud de la ciudadanía, que reducirían la sobrecarga existente en la atención hospitalaria.

En materia escolar, aseguran que asociaciones de docentes, de familias y de pacientes cordobeses demandan que las enfermeras deben estar presentes en los centros escolares, situándose al frente de los planes de salud de cada centro educativo, y fomentando hábitos saludables y una verdadera educación para la salud entre toda la comunidad educativa, especialmente entre los niños y jóvenes.

Más plazas en las facultades

Por último han hecho hincapié en la necesidad de ofrecer más plazas y oportunidades para que los jóvenes se formen en Enfermería. Las 126 plazas de nuevo ingreso que viene ofertando cada curso en los últimos años la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba (UCO) son a todas luces insuficientes para garantizar las necesidades del sistema sanitario existentes en el presente, y para asegurar el relevo generacional en la profesión, ya que solo llegan a cubrir en torno al 1 o 2% de las vacaciones de los centros sanitarios.