Todas las casas y bloques de pisos en los que viven niños amanecían en este Día de Reyes con gran escándalo. Las paredes casi temblaban con los gritos de emoción que seguían a la aniquilación de los envoltorios de colores, tras los que se escondían los regalos soñados que los tres magos de Oriente han logrado hacer realidad una vez más gracias a sus poderes.

"¿Qué piensas de los Reyes Magos?", le preguntaba a Leia su madre. "Son mágicos, por eso sé que los regalos me van a encantar", le respondía la pequeña antes de descubrir una miniatura de Blue, la velociraptor de la película Mundo Jurásico, que Melchor le había dejado en casa de sus abuelos. Todavía quedaban varios paquetes por descubrir, ante los que Leia casi no podía contenerse, con los puños apretados, los dientes sobre el labio inferior y los ojos brillantes. A su lado, su primo Michel miraba ensimismado el juego para fabricar Slime, una pasta viscosa de colores vivos, que había pedido junto con el ajedrez, el libro y los sets de construcción.

Michel vive en Holanda con sus padres, pero hoy ha abierto sus regalos en Córdoba, en casa de sus abuelos, por lo que su rey favorito, Baltasar, tuvo que dar un ligero rodeo para hacerle llegar a tiempo lo que pidió. Misión cumplida. Otro deseo de infancia satisfecho.

No muy lejos de allí, Jorge salía a la calle con su flamante bicicleta nueva, seguido de su hermana pequeña Elena, que quería enseñarle a sus vecinos el baúl con maquillaje que había aparecido bajo el árbol. En casa de sus abuelos esperaban más paquetes. La historia se repetía con un orden parecido en todos los hogares. Si normalmente resulta difícil que la hora del sueño llegue sin objeciones, en la noche de la venida de los magos todo son facilidades para ir a la cama. Así, las gemelas Vega y Carla saltaban al árbol mientras sus padres todavía dormían para abrazar dos bicicletas brillantes que no tardarían en sacar a la calle.

Los parques de la ciudad recibían los patinetes, los coches teledirigidos o los carritos cargados con los muñecos recién estrenados. Los juegos virtuales o las consolas de videojuegos, sin embargo, tienen cada vez más demanda entre los pequeños junto con los juegos de mesa o de construcción, por lo que son muchos los que prefieren quedarse en casa para disfrutar de la novedad de sus juguetes antes de la vuelta al colegio.

La dualidad tradicional de muñecas para niñas y coches para niños, por lo general, tampoco se mantiene. Cada vez es más frecuente que Melchor, Gaspar y Baltasar opten por juegos colaborativos o de creación, a los que puedan sumarse otros niños de la familia o los amigos. 

Tener poderes, sin embargo, no significa ser infalible y para los jóvenes adultos, cuyas ilusiones miran hacia nuevos lugares, los reyes dejaban en casa de Isabel sobres con dinero. 

En cualquier caso, era difícil no contagiarse de las risas que se oían por cada esquina de los barrios, ya fuese porque era el momento de probar los juguetes con ruedas o porque los bares se llenaban de familias que aprovechaban el buen tiempo para tomar el aperitivo fuera.

Por mucho que las fiestas navideñas estén llenas de luz e ilusión desde su inicio, nada se compara con el momento culmen que empieza con la cabalgata, este año descafeinada, y termina con una mañana de gritos que demuestran la verdadera magia navideña.