La falta de rastreadores y de test de antígenos, agotados en las farmacias de Córdoba desde hace días, parece estar complicando la práctica médica en los centros de salud, donde ha aumentado la solicitud de PCR, cuyo reactivo sí está disponible. Según fuentes del sindicato CCOO, los médicos del distrito sanitario Córdoba recibieron ayer nuevas instrucciones, según las cuales se les llama a reducir el encargo de PCR entre los contactos estrechos de los casos confirmados. 

Al parecer, la situación en el laboratorio de Microbiología del hospital Reina Sofía, donde se llevan a cabo estas pruebas para toda la provincia, es crítica, ya que en las últimas semanas se ha multiplicado por cinco la carga de trabajo. El enorme aumento de la incidencia en Córdoba sumado al déficit de test de antígenos ha disparado la solicitud de PCR, lo que ha colapsado el servicio que, según el sindicato, no cuenta con personal suficiente para atender la enorme avalancha de pruebas que tiene que realizar. «Hace 15 días, el laboratorio del hospital hacía una media de 300 pruebas y ahora llegan hasta 1.300 y 1.500 diarias», señalan las mismas fuentes, que aseguran que «los técnicos están totalmente desbordados». 

El pasado 1 de noviembre, el SAS recortó la plantilla de técnicos del laboratorio de Reina Sofía y, de las 15 personas que había, se renovó solo a 10, indican las mismas fuentes. El reciente aumento de los casos obligó a reforzar el servicio, pese a lo cual, «la carga de trabajo ha sido tan alta que varias personas se han dado de baja en los últimos días». En esta coyuntura, según CCOO, el Distrito Sanitario Córdoba Guadalquivir ha pedido a los médicos de Atención Primaria que diferencien dos grupos entre los contactos estrechos. Por un lado, los vulnerables por patología crónica, no vacunados con pauta completa o esenciales, que tendrán consideración especial y se les priorizará desde los equipos de rastreo para contactar con ellos «y solicitarles una PDIA entre el 4-7 día del último contacto». Por otro, los asintomáticos y vacunados, a los que «se les trasladará la información y la forma de proceder a través del paciente que los consideró contactos estrechos». Es decir, en estos casos, no habrá rastreador que contacte con ellos. El protocolo adaptado del distrito Córdoba establece que los centros asignen a alguno de sus enfermeros la labor de rastreo, pero no les dota de personal extra para ello. 

El sindicato teme que los contactos estrechos asintomáticos, sin confirmación del diagnóstico ni baja médica, sigan haciendo una vida normal y contribuyan a aumentar la transmisión del virus, al tiempo que critican que el único objetivo sea «ahorrar costes». Los servicios centrales del SAS dijeron no tener constancia de estas instrucciones.